El juez Sérgio Moro, célebre por comandar la Operación Lava Jato, descartó su candidatura y advirtió que la lucha contra la corrupción corre el riesgo de sufrir retrocesos por la resistencia de la clase política de Brasil, como ocurrió, según dijo, en Italia tras la Operación Manos Limpias, que generó un proceso que derivó en el ascenso al poder político del empresario Silvio Berlusconi en 1994.

Moro, quien el mes pasado condenó al ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva a 9 años y medio de prisión no efectiva, fue recibido por una ovación, como una estrella, en San Pablo, donde compartió un evento con dos de los abogados que presentaron el pedido de juicio político que el año pasado terminó destituyendo a la mandataria Dilma Rousseff.

Aprovechó el juez de Curitiba para criticar la reforma política que se lleva adelante en el Congreso, advirtió contra los movimientos para reducir las encarcelaciones y criticó la reducción del presupuesto de la policía federal que impulsa el gobierno de Michel Temer, con reflejos en el equipo de investigadores de la Operación Lava Jato.

Existen buenos políticos; la minoría adhiere a las prácticas criminales. Hay que tener perfil para ser político y presidente. No me veo con este perfil. Digo que no soy ni seré candidato", remarcó el juez Moro durante su intervención en un hotel de San Pablo.

Tras esa declaración fue ovacionado, entre otros por sus compañeros de conferencia, el abogado Helio Bicudo y el ex ministro de Justicia Miguel Reale Junior.

Ambos son coautores del pedido de juicio político por cuestiones presupuestarias contra Rousseff que llevó adelante el ex mano derecha de Temer, Eduardo Cunha, entonces titular de Diputados, hoy preso a disposición de Moro por desviar dinero a las cuatro cuentas que mantenía en secreto en Suiza.

Las vueltas de la política y de la Operación Lava Jato llevaron a Moro a lanzar advertencias sobre una posible revisión del fallo del año pasado del Supremo Tribunal Federal que determinó que alguien puede ser encarcelado luego de que su condena fuera ratificada en segunda instancia y no por la tercera, la máxima corte. "Espero que esto se mantenga así", dijo el juez.

La condena contra Lula dictada el mes pasado está siendo eje de una polémica: ayer, decenas de juristas firmaron un manifiesto y lanzaron un libro en el que consideran que el ex mandatario y fundador del Partido de los Trabajadores fue condenado sin pruebas.

Moro reseñó que Manos Limpias, el operativo anticorrupción que hizo temblar a la política italiana a inicios de los años 90, no terminó con un cambio en la sociedad y en la práctica política y que eso podía ocurrir en Brasil.
"No solo el Poder Judicial debe preocuparse por la lucha contra la impunidad: también los políticos y la sociedad en general. La voluntad política no puede ser apenas de la justicia penal", reclamó.