En el año 2009, la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) designó al 22 de abril como el Día Internacional de la Madre Tierra, con la mirada puesta en el objetivo de alcanzar un justo equilibrio entre las necesidades económicas, sociales y ambientales, a partir del reconocimiento de que la Tierra y sus ecosistemas son el hogar de la humanidad.

Este 22 de abril, más de 165 países sellaron su firma en el Acuerdo de París sobre Cambio Climático, herramienta internacional adoptada en diciembre de 2015 en la capital europea para atemperar el fenómeno en crecimiento. Es el primer gran paso para mostrar el compromiso de los países de reducir las emisiones contaminantes y lograr el gran objetivo: disminuir el aumento de la temperatura a menos de 2ºC para finales del siglo XXI en comparación con el registrado antes de la Revolución Industrial.

La ceremonia fue en Nueva York, en la sede de la ONU, donde más de 60 jefes de Estado y de gobierno se dieron cita. Argentina, representada por su canciller Susana Malcorra, dijo presente. Además definió al acuerdo como “un momento histórico para abordar uno de los desafíos más urgentes a los que se enfrenta nuestro planeta”.

La canciller Susana Malcorra suscribe el acuerdo. Foto: Cancillería de la Nación.

En esta parte del mundo sobresale lo expresado por Ricardo Villalba, investigador superior del Conicet en el Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales (Ianigla, Conicet-Provincia de Mendoza-UNCUYO). El científico sanrafaelino formó parte, en 2007, del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de la Organización de las Naciones Unidas, que junto con el ex vicepresidente estadounidense Al Gore ganó el Premio Nobel de la Paz.

“En este momento, la temperatura media de la tierra es aproximadamente 0,8-1 grado más cálida que en 1880 –de cuando datan los primeros registros a escala global– y la propuesta es que el calentamiento no sobrepase los 2 grados. Si esto ocurriera, los efectos serían muy severos”, explica Ricardo Villalba. Además, agrega que lo firmado es sólo un compromiso político: “No existe algo vinculante. ¿Qué pasa si un país no cumple con lo que dijo? ¿Hay sanciones?".

La causa es la que está en el inconsciente colectivo, de conocimiento popular en estos tiempos. Así la simplifica el científico: “El incremento de las emisiones de gases de efecto invernadero es la causa principal del aumento de la temperatura en la Tierra”.

Según Villalba, la Tierra está viviendo tiempos inusuales en lo que hace a su composición atmosférica: “La concentración de dióxido de carbono sobrepasó en los últimos años las 400 partes por millón. A partir de los llamados 'testigos de hielo' en la Antártida, que han permitido reconstruir el contenido de estos gases en los últimos 820 mil años de la historia del planeta, se observó que el dióxido de carbono osciló entre 180 partes por millón en los períodos glaciares y 280 partes por millón en los interglaciares. En casi 1 millón de años, nuestro planeta nunca alcanzó valores similares a los actuales. La actividad humana sacó el carbono que estaba debajo de la tierra con el combustible que se usa cuando estamos andando en auto, calefaccionando, refrigerando, y lo trasladó a la atmósfera. Otro efecto antropogénico es la deforestación”.

Asimismo, el hombre no es totalmente responsable de las alteraciones del sistema climático. Según Villalba, los cambios climáticos debidos a las emisiones antrópicas se combinan y refuerzan con la variabilidad natural del clima.

También dedica unas palabras al momento que transita la provincia en materias de política e infraestructura de energías renovables. Hoy en día, la situación del país es suficiente sólo para cuestiones de corto y mediano plazo, pero está elaborando con Irrigación la realización de reservorios para el agua de lluvia de verano, además de la colocación de estaciones meteorológicas en la cordillera para tener detalles de los aluviones que actualmente ocurren allí.

Por último, brinda una reflexión sobre el futuro en el que deberán vivir nuestros hijos y nietos: “El desafío que nos plantea en la actualidad nuestro planeta es cómo vamos a regular el consumo de combustibles y de otros bienes y servicios, para que podamos vivir en forma digna y con equidad 9000 millones de personas” (el número de habitantes que se calcula que se alcanzará en 2050).

“Este es el gran desafío no solamente de los políticos, sino también de la comunidad científica, que tiene que involucrarse y buscar soluciones a través de energías alternativas u otros procedimientos para reducir el uso de los recursos fósiles, así como lograr pautas de consumo más sostenibles, de modo que nos permita reducir las emisiones y el impacto de las actividades humanas a escala global”.

Por: Leandro Mascareño, becario de Prensa de la Facultad de Ciencias Agrarias