Qué representa un intercambio estudiantil, representa 6 meses de papeleo con tu universidad de origen y muchos correos con tu universidad destino; despedirte de familia y amigos; lagrimas de emoción y de tristeza; llegar a un país nuevo, sentir nostalgia y al mismo tiempo desesperarte al buscar residencia; perderte las primeras semanas, tomar micros equivocados y preguntar a todos “¿Cómo llego a..?”; escuchar diversidad de acentos, palabras raras; adaptarte a un estilo de vida diferente; costumbres, horarios, pero sobre todo a la comida.

Los mendocinos no desconocen la comida mexicana, solo tienen una idea diferente de ella, la conocida “Tex-Mex”, propia de inventores mexicanos y americanos que se consume en Texas, caracterizada por el uso de tortillas de harina (en lugar de maíz), frijoles y picante, dejando de lado la riqueza de la comida mexicana, así que si ustedes llegan a hacer un intercambio a México, no deben olvidar lo siguiente.

La gastronomía mexicana nace de un mestizaje a partir de la colonización. La recepción de productos como el trigo,  arroz, azúcar y aceite hace que la dieta náhuatl, compuesta principalmente por pescado y verduras, se fusione y cree nuevos platillos.

A lo largo de la historia la intervención de diferentes países en México ha causado que siga evolucionando hasta hoy en día. Aun así, nosotros los mexicanos conservamos esas tradiciones que se pasan de generación en generación que involucran diversidad de guisantes, colores, olores y sabores, modos de preparación y recetas.

Si se hace un recorrido por todo el país encontraremos platillos típicos diferentes que han sido adaptados a la agricultura de la región, al estilo de vida y a las costumbres que definen dichas regiones. Lo que hace muy amplia esta disciplina de la gastronomía.

Algo con lo que se nos identifica muy rápido en Mendoza, además de El chavo del 8, es la comida picante. Claro es que uno de los complementos más fuertes en nuestra comida es el chile. Existe una variedad de estos, diferenciados por colores, tamaño y el “que tanto pica”. Los utilizamos secos, en vinagre, crudos y cocidos, según lo que queramos preparar.

Un elemento importante es el maíz,  que es la base de muchas de nuestras comidas. Con maíz se producen las tortillas que sirven para crear tacos, quesadillas, chilaquiles, sopes, entre otros. Puede utilizarse para fabricar atole, una bebida, comerse solo con aderezos o desgranarse y aplicarlo a platillos  como el pozole.

La comida es un aspecto que representa nuestra cultura seamos del país que seamos, porque representa nuestra historia, costumbre e ideologías. Intercambiar recetas me está sirviendo para hacer mi propio estilo, combinar y ampliar mi paladar para seguir probando cosas nuevas.

Si estás como yo en un país que no es el tuyo puedes:

1 Visitar mercados y supermercados para ampliar tu panorama y saber cómo es la comida, de qué manera está  empaquetada o cómo se consigue.

2 Hacer una lista de las comidas que podrás fabricar con los alimentos en común, es decir los vegetales, carnes, quesos, aderezos, especias que existan en el país que resides por tu intercambio y del que eres originalmente.

3 Verificar el nombre de los alimentos porque no se llaman igual en todo el mundo, aunque se trate de países donde se habla español.

4 Comprar cuidadosamente, comparar precios y calidad para que tus adquisiciones sean buenas.

5 Preparar en casa haciendo uso de la memoria.

6 Compartir con compañeros de diferentes nacionalidades, serán los mejores críticos de comida, ya que están abiertos a probar nuevas cosas.

Así tendremos como resultado que la sazón no es el mismo y no sabe como te lo hacía tu mamá. Ánimo, todos pasamos por esto, es por ello que empiezo a aprender de la cultura mendocina, a cocinar con menos grasa, hornear es una buena idea, acompañar la comida con pan en lugar de tortilla, buscar más aderezos y dejar un poco el picante de lado, un poco solamente.