Ambos equipos viven realidades muy disimiles. A pesar de la derrota en Córdoba ante Instituto, Independiente Rivadavia viene mostrando una clara mejoría en su juego, aunque todavía sigue agobiado por el fantasma del descenso. Por su parte, Chacarita (el Funebrero) sueña con volver a primera y para eso necesitaba imperiosamente de una victoria para descontarle puntos a Brown de Puerto Madryn. A ambos conjuntos sólo les servía "ganar o ganar”, por lo que había promesa de buen fútbol en el Gargantini.

Así fue. Tan sólo dos minutos pasaron desde el inicio del encuentro hasta la primer ocasión de gol: centro desde la izquierda que llegó a empujar Mauro Cerutti y que se fue junto al palo derecho del arco que defendía Emanuel Trípodi.

Independiente Rivadavia salió decidido a ser protagonista. A los nueve minutos, Gastón González buscó a Cerutti, este se la devolvió de taco y el volante por derecha desvió su remate al mismo lugar que lo había hecho Cerutti en la primera jugada.

Un minuto más tarde, González envió un centro desde la derecha, que cabeceó Tarragona y atajó Trípodi. La pelota quedó boyando en el área y Diego Cardozo llegó para empujarla. La bocha entró pidiendo permiso y la Lepra convertió el primero de tres tantos.

La intención de los de Berti era clara: presión alta en la salida de Chacarita y que los rapiditos de arriba complicaran a los centrales que quedaban expuestos. El ímpetu y la velocidad de Cardozo, Cerutti y Disanto pusieron contra las cuerdas a la experiencia y la edad de Rosso y Re en varias ocasiones. Después del primer gol, el partido entró en una meseta. Independiente neutralizó completamente el juego de Chacarita, a la vez que no logró concretar ninguna de sus situaciones de peligro.

A los 26 minutos llegaría el segundo de la Lepra: el lateral izquierdo de Chacarita, Lazarte, enviaría un centro desde la izquierda que cabeceó Rodrigo Salinas y que alcanzó a despejar Arciero. La pelota le quedó a Disanto, que comandó la contra, se la dio a Cardozo y el “10”  ganó el duelo frente a Tripodi. Era el 2 a 0 y en el Gargantini se vivía una verdadera fiesta.

A partir de ese momento, Independiente Rivadavia quitó el pie del acelerador, mermó en la presión y dejó que los dirigidos por Coyette se acercaran, pero estos siempre lo hacían sin mayores ideas. Gastón González se paró al lado de Montero y se preocupó más por marcar que por proyectarse en ataque. A los 37 minutos, Chacarita podría haber descontado gracias a un blooper de Aracena: el arquero calculó mal la salida y la pelota se fue besando el poste derecho.

Arrancaba la segunda mitad y la idea del conjunto local pasaba a ser jugar a la contra y especular con la desesperación de Chaca. Así llegó el tercer gol: Cardozo avanzó con la pelota y la cedió para que Disanto definiera un costado del arquero. El pibe, que ya tiene a la hinchada en el bolsillo, marcó su primer gol en primera.

El equipo porteño tuvo otra chance de descontar mediante un tiro libre de Oroz, pero que Aracena contuvo con prestancia. El último gol del partido llegaría de la mano del recién ingresado Elías Alderete y, con él, un final anticipado del partido, ya que ambos equipos se preocuparon más por pelear que por intentar jugar. Con este resultado, Independiente suma ocho partidos sin caídas en el Bautista Gargantini.

En la fecha 40 del torneo de la B Nacional, Chacarita recibirá a Santamarina, mientras que Independiente visitará a San Martín en Tucumán.

Durante un tramo del campeonato, el panorama para Independiente Rivadavia era desolador y pensaba más en despedirse dignamente de la B Nacional que en la permanencia, pero desde la llegada de Alfredo Berti, el grupo ha mejorado el rendimiento y conseguido buenos resultados. Ahora, eso que hace unas fechas parecía una utopía hoy está más cerca que nunca: el equipo está a tan solo a 23 centésimas de la salvación. Si la Lepra juega los partidos que restan como jugó el de hoy, es imposible que algo malo suceda.