La misión del Fondo Monetario Internacional finalizó, luego de 10 días, de auditar las cuentas públicas del país. En un comunicado de prensa, el organismo destacó las primeras impresiones sobre el estudio realizado después de una década de ausencia.

“El nuevo Gobierno puso en marcha una transición ambiciosa y muy necesaria hacia un mejor marco de política económica”, expresa el escrito, en el cual primaron los elogios a la administración macrista, aunque admitieron que la devaluación de este año produjo un “impacto adverso en el corto plazo” sobre la economía argentina, a pesar de corregir graves desequilibrios y distorsiones heredadas.

Pese a algunas críticas, reconocieron que el aumento de tarifas de los servicios públicos permitió una equivalencia frente a los precios que se manejan en el mercado internacional.

Otro de los puntos destacados fue la recuperación de las mediciones brindadas por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec). El FMI asegura que permitirá la generación de datos fidedignos y de calidad sobre el comercio internacional, el mercado laboral y la inflación.

Sobre el aumento de precios, felicitó al presidente Mauricio Macri por su “claro compromiso” para bajar la inflación a niveles de un dígito y reducir el déficit fiscal. La auditoría advirtió que la velocidad de estas medidas debe tener en cuenta el impacto en el crecimiento, el empleo y los segmentos más vulnerables de la población.
 

Críticas a la gestión anterior

El grupo de técnicos, que estuvo encabezado por Roberto Cardarelli, realizó la primera consulta del Artículo IV desde 2006, debido a la tensa relación con los gobiernos kirchneristas. Al respecto, reprobó la gestión económica pasada. "Los niveles de consumo eran insosteniblemente elevados, la inversión se encontraba en niveles históricamente bajos y los profundos déficits fiscales se financiaban mediante la creación de dinero, lo cual generó alto niveles de inflación", fueron algunos de los ejes centrales de la crítica del FMI.

Además, se hizo énfasis en los antiguos controles de mercado y el cepo cambiario, que definieron como “distorsiones microeconómicas”. Según el organismo, las barreras comerciales, las restricciones del cambio monetario y la intervención estatal de la economía afectaron la competitividad y complicaron el crecimiento a mediano plazo.

La misión culminó el jueves 29 con un encuentro con el presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger; con el ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat Gay, y con el jefe regional de los auditores, Alejandro Werner.

El informe final será entregado al Gobierno nacional a fines de noviembre, previo a ser entregado ante el directorio del FMI. Finalmente, serán las autoridades locales las que decidirán la publicación de la información al alcance de los ciudadanos. Para ese mes también se espera que el organismo oficialice el levantamiento de la moción de censura que desde febrero de 2013 aplica a las estadísticas argentinas.