El fin de 70 años de consenso sobre Jerusalén amenaza con desatar la violencia

Hamás advierte de que la decisión del presidente estadounidense Donald Trump de mudar la embajada de su país a esa ciudad "abre las puertas del infierno".

El fin de 70 años de consenso sobre Jerusalén amenaza con desatar la violencia

Cientos de manifestantes en Gaza quemaron fotos de Trump y banderas de Estados Unidos. Foto: tn.com.ar.

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Unidiversidad / Fuente: El País

Publicado el 07 DE DICIEMBRE DE 2017

La amenaza de una explosión de violencia se cierne sobre Jerusalén. A pesar de las advertencias de los líderes del mundo musulmán y de sus aliados occidentales, Donald Trump dinamitó el miércoles 70 años de consenso en la comunidad internacional sobre el delicado statu quo en la Ciudad Santa. El primer ministro Benjamín Netanyahu ensalzó como una decisión “justa y valiente” del presidente de Estados Unidos el reconocimiento unilateral de la capitalidad en favor de Israel.

 

Trump reconoce a Jerusalén como la capital de Israel

Lo decidió pese a la fuerte oposición árabe, musulmana y europea. La medida trastoca décadas de políticas estadounidenses y se teme que provoque violentas protestas.

 

Ningún mandatario extranjero se había atrevido hasta ahora a adjudicar a una de las partes enfrentadas en el conflicto la legitimidad sobre la urbe para hacerla su capital. Es de temer que tenga consecuencias. El Consulado General de Estados Unidos en Jerusalén ya ha emitido una alerta de seguridad en la que prohíbe a los funcionarios y sus familiares visitar el casco histórico y la zona oriental de la ciudad, así como Cisjordania. La misma recomendación rige para todos los estadounidenses en previsión de que estallen disturbios.

No era visible el miércoles 6, cuando Trump dio la orden, más presencia de las fuerzas de seguridad que la habitual en la Ciudad Vieja de Jerusalén. Las autoridades informaron a través de la prensa israelí que los refuerzos policiales y militares han sido movilizados ante la amenaza de protestas contra la decisión del presidente estadounidense, convocadas por las fuerzas políticas palestinas.

El presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, replicó que “Jerusalén es la capital de Palestina” y que la declaración de Trump solo servirá para “expandir aún más la ocupación”. “Estados Unidos ha socavado deliberadamente todos los esfuerzos de paz y ha abandonado su misión de patrocinador [de los acuerdos] de los últimos decenios”, aseguró Abbas a través de la televisión palestina. El secretario general de la Organización para la Liberación de Palestina, Saeb Erekat, descalificó a Estados Unidos para ejercer como mediador.

 

 

La historia de Jerusalén está teñida de sangre. El Imperio Romano destruyó en el año 70 de nuestra era el templo de Jerusalén y desató la diáspora del pueblo judío. Cristianos y musulmanes lucharon por sus santos lugares durante dos siglos en las cruzadas. Árabes y judíos llevan más de siete décadas pugnando porque sea su capital, en todo o en parte. El Muro de las Lamentaciones, llamado Muro Occidental del Templo por los israelíes; la Explanada de las Mezquitas, o Noble Santuario para la fe islámica, y el Santo Sepulcro, basílica que agrupa el lugar de la crucifixión, sepultura y resurrección de Jesucristo según la tradición cristiana, significan una concentración sin parangón de recintos sagrados en menos de un kilómetro cuadrado. “Esta medida no cambiará nada en relación a los lugares santos de Jerusalén”, aseguró el jefe del Gobierno de Israel, quien se comprometió a mantener el actual statu quo religioso.

El movimiento Hamás, que controla la franja de Gaza, llamó a los países islámicos a “adoptar acciones contra intereses estadounidenses”, así como a cortar de raíz todos los “lazos económicos con Washington”. Un portavoz de Hamás advirtió, a su vez, que la decisión del presidente Trump “abre las puertas del infierno en la región”.

Una alteración mucho menor del statu quo –la instalación de arcos detectores de metales y cámaras de vigilancia– en el acceso al complejo de la mezquita de Al Aqsa y el Domo de la Roca desencadenó el pasado verano violentos disturbios en Jerusalén. Para los palestinos, la Explanada es el símbolo identitario nacional y religioso en el que coinciden tanto los laicos de Fatah, el partido del presidente Abbas, como los islamistas de Hamás. Para el mundo islámico, es también el tercer lugar más sagrado. El pronunciamiento de Trump a favor de Jerusalén como capital de Israel amenaza con desembocar en una nueva ola de violencia.

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