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21 DE NOVIEMBRE DE 2024
Para comprender con más precisión la naturaleza laboral del actual momento, como así también de las particularidades que ha presentado la región latinoamericana durante los últimos años y sin dejar de lado la realidad laboral de Argentina y de Mendoza, el Instituto de Trabajo y Producción de la UNCuyo desarrolló el Informe Observatorio Laboral que fue difundido a mediados de diciembre de 2012.
Foto: Web
El estudio realizado en el marco de la UNCuyo se produjo en base a la colaboración de los miembros del Instituto, que fueron convocados a presentar trabajos específicos relacionados con la realidad laboral internacional, latinoamericana, nacional y provincial.
El informe, presenta datos significativos que son útiles para comprender distintas variables que, en base a su entrecruzamiento, colaboran en la conformación de un mosaico que da cuenta de los procesos sociales, económicos y laborales desarrollados desde el 2003 a la fecha, como así también las perspectivas y desafíos que se presentan ante el mundo del trabajo para los próximos años.
Contexto internacional
Según se señala en el informe, la realidad económica y laboral latinoamericana presenta una serie de índices auspiciosos, frente a un mundo que está transitando por una de las peores crisis desde la caída de Wall Street en 1929.
Entre sus puntos más destacados, el estudio indica que, mientras se constata un crecimiento nulo en la zona del euro con el incipiente riesgo de que el 25 por ciento de la población europea caiga en la pobreza, en Latinoamérica y el Caribe se espera un crecimiento de 3.2 por ciento y 3.9 por ciento en 2012 y 2013.
Estas expectativas dejan en claro una vez más que existe un gran potencial para la región; una capacidad que no significaría nada si no contara con el acompañamiento de políticas concretas. En este sentido, el informe indica que, desde hace aproximadamente 10 años, en Latinoamérica se ha generado “una mejor relación entre activos y pasivos; superávits de cuenta corriente y superávits fiscales; acumulación de reservas; estructura financiera con menor dependencia del dólar; mercado interno en crecimiento”, sumado al hecho de que se cuenta con una “abundante dotación de recursos naturales y de reservas de agua dulce y un gran potencial para la expansión de la superficie cultivada”.
En términos más transparentes, lo que el informe indica es: que se está vendiendo más de lo que se está comprando; en materia impositiva se está guardando más de lo que se está gastando y ese ahorro se acumula año a año; se están ocupando monedas alternativas (sucre) para los intercambios regionales, lo cual implica evitar los efectos negativos de un dólar debilitado y, por otro lado, asentar un avance inestimable en lo que respecta a la soberanía financiera de la región. Estas son algunas de las políticas que acompañan -y que a su vez son su causa y resultado- el crecimiento señalado.
No sólo Latinoamérica presenta expectativas de continuidad en su crecimiento: países emergentes como India o Rusia, entre los cuales existen naciones que han tenido un importante vínculo con la región como la República Popular China (cuya desaceleración de la demanda asimismo plantea nuevos interrogantes), presentan proyecciones de crecimiento mayores al 5 por ciento. Todo indica que durante la última década, luego de las secuelas de innumerables colapsos económicos y crisis de representación, la balanza económica se ha volcado para aquellos países que han sufrido históricamente la dependencia –e injerencia- de las llamadas naciones desarrolladas, que hoy sufren los efectos de sus propias recetas mercantiles.
De esta manera, frente a la crisis que comenzó en 2008, mientras que en gran parte de los países de Latinoamérica –donde la Argentina sostuvo un rol destacado en la defensa conceptual y efectiva de estas medidas- se apostó a la defensa del trabajo y la producción (y con ello, del consumo interno), en los países de Europa se aplicaron a rajatabla las recomendaciones del Fondo Monetario Internacional, basadas en el recorte del gasto público y la protección de las entidades financieras por sobre las productivas. Los actuales índices de desempleo del mundo desarrollado son el resultado de estas decisiones.
La situación argentina
La mayoría de los países latinoamericanos han experimentado crecimiento económico durante los últimos diez años. Una evidencia de esto es el salto de las reservas de dólares de la región, que pasaron de 159 mil millones de dólares en 2001 a 638 mil millones en 2010. Dentro de este marco, según el informe, “Argentina aparece como una de las economías más dinámicas de la década pasada, mostrando un crecimiento promedio del 7,75% anual entre 2003-2011”.
El informe también destaca la importancia que han tenido las “baterías de políticas públicas” que se han desarrollado en la última década sobre el mercado del trabajo y estructura laboral. En este sentido, propone una enumeración de valores y características de la situación actual del país.
Se señala que en los últimos diez años se ha producido un importante crecimiento del trabajo asalariado, siendo los obreros calificados de la industria y de servicios básicos (65 por ciento) los que más crecieron, seguidos por los empleados administrativos (62 por ciento) y profesionales asalariados (46 por ciento). A su vez, los que menos se insertaron como trabajadores asalariados son los obreros no calificados de la industria y servicios básicos (8,5 por ciento).
En este sentido, según sostienen Héctor Palomino y Pablo Dalle en el trabajo El impacto de los cambios ocupacionales en la estructura social argentina: 2003-2011, publicado en la Revista del Trabajo, este incremento del trabajo calificado ha sido considerado como una “expansión `calificante´ del empleo en el periodo”.
Asimismo, el informe realiza un apartado referido a la situación laboral de los jóvenes indicando que “en términos de su inserción y condiciones de trabajo, en su conjunto, los jóvenes constituyen junto con las mujeres, uno de los grupos más vulnerables”. A su vez, según un informe del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social “son las mujeres y los menos educados los más afectados por el desempleo. La mayor parte de los jóvenes desempleados, además, proviene de hogares de escasos recursos, muchos de los cuales se encuentran en situación de pobreza. Se genera con ello un círculo vicioso de transmisión intergeneracional de la pobreza”, indica.
La situación de Mendoza
Según el informe, resulta evidente que las actuales condiciones laborales de la provincia son más favorables en materia de actividad y empleo que las establecidas durante la década del 90. Sin embargo, advierte que, si se realiza un análisis cualitativo a largo plazo, los resultados no son tan auspiciosos debido a que persiste aún en la región un déficit de “trabajo decente”.
Para comprender qué significa el trabajo decente, resulta necesario realizar una definición por oposición. El trabajo no decente, según el informe, atañe a: desocupación abierta, desocupación oculta (inactivos desalentados), subempleo demandante (que querría decir trabajar mucho por poco dinero), trabajo asalariado no registrado y trabajo registrado pero precario, asalariados que son presentados como autónomos, y trabajo informal, tercerizado y flexibilizado.
Según la implicancia laboral por ramos de actividad, el estudio indica que el 50% de los nuevos puestos creados en el periodo bajo estudio, fue provisto por Agricultura y Comercio, Restaurantes y Hoteles, mientras que se percibe una pérdida de peso relativo en los servicios a las empresas en el tiempo.
Otro dato que se señala es que “durante el primer semestre de 2012, el 11,2% de la población activa del Gran Mendoza se encontraba con déficit de empleo y el 37,9% con Empleo Precario”. Sin embargo, ambos indicadores se redujeron durante el primer semestre de 2012 respecto del año anterior: el déficit de empleo mostró una cambio de -1,7 puntos porcentuales la Población Económica Activa (PEA) con déficit de empleo, mientras que el empleo precario presentó una diferencia de -0,1 puntos.
Actualmente “Mendoza se ubica como la 11° provincia en cuanto a crecimiento de puestos privados registrados, por encima del promedio de todas las provincias, el cual es de 2,6%. El ránking de crecimiento es liderado por Tierra del Fuego (+12,5%) y San Juan (+8,1%). En el otro extremo, la cantidad de trabajadores registrados del sector privado cayó en el primer trimestre de 2012 en provincias como La Rioja (-5,3%), Catamarca (-2%) y Río Negro (-0,4%)”, señala el informe, y advierte que el 96,3 por ciento de los trabajadores no registrados se encuentra en el sector privado.
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