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Agitarse al caminar una cuadra, falta de aire al subir una escalera, tener fatiga generalizada, tos y mucosidad son algunas de las señales de alerta. En Argentina, esta patología afecta al 16 % de la población mayor de 40 años.
El tercer miércoles de noviembre es el Día Mundial del EPOC, patología que en Argentina afecta a entre el 14 y el 16 % de la población mayor de 40 años. Foto: ABC España
Unidiversidad / Fuente: Prensa de Gobierno
Publicado el 18 DE NOVIEMBRE DE 2020
Agitarse al caminar una cuadra, falta de aire al subir una escalera, tener fatiga generalizada, tos y mucosidad pueden ser señales de alerta, más aún si fumás o estás expuesto a gases de combustión, polvos y sustancias químicas tóxicas e irritantes. La EPOC es una enfermedad que se caracteriza por la inflamación de los pulmones que reduce la capacidad respiratoria.
El tercer miércoles de noviembre es el Día Mundial del EPOC, patología que en Argentina afecta a entre el 14 y el 16 % de la población mayor de 40 años. La Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) está relacionada directamente con la inhalación de diferentes sustancias nocivas. El factor más importante en su incidencia es el cigarrillo en todas sus formas; en segundo lugar, la combustión de biomasa (humo de leña). Estas dos se ven agravadas por la contaminación y la polución ambiental presente en grandes ciudades. La inhalación de estas sustancias tóxicas, con el paso de los años, va determinando una alteración de la estructura pulmonar, que afecta a los bronquios –lo que causa tos y bronquitis crónica– y provoca obstrucción de la estructura íntima del pulmón, hasta la aparición de un enfisema pulmonar.
Una persona que comenzó a fumar joven, transcurrida una cantidad de tiempo de exposición, dependiendo de la cantidad de consumo por día, al cabo de aproximadamente 15 años comenzará a tener manifestaciones de la enfermedad, como tos, mucosidad y fatiga progresiva. Esto lleva a una insuficiencia respiratoria crónica que requerirá tratamiento y, en algunos casos, trasplante pulmonar.
La EPOC siempre tiene relación con un agente causal. Alguien puede tener una obstrucción bronquial y que no se trate de esta enfermedad, pero cuando aparece una obstrucción no reversible y tiene antecedentes de exposición de al menos 10 años, con un consumo de 20 cigarrillos diarios, nos encontramos con la enfermedad pulmonar obstructiva crónica.
Cuando una persona tiene más de 40 años, presenta falta de aire o tos habitual y ha fumado, se debe pensar en esta enfermedad. El paso siguiente es la realización de una espirometría para confirmar o descartar el diagnóstico. Es importante saber que es un estudio simple, indoloro y sencillo que aporta mucha información sobre la capacidad funcional del pulmón, ayuda al diagnóstico de la enfermedad y también evalúa en parte su gravedad.
Esta enfermedad no tiene cura pero sí tratamiento, que apunta a frenar o ralentizar la progresión de la enfermedad, así como a mejorar los síntomas y calidad de vida. Sin embargo, aunque existan tratamientos, lo deseable y más importante es no empezar a fumar para no desarrollar la enfermedad. Muchos fumadores tienen la sensación de que no les va a tocar, pero es muy importante saber que este es un mensaje equivocado, fomentado por la industria del tabaco, que vende una falsa idea de libertad. Se transmite la libertad de hacer lo que uno quiere, pero el consumo de tabaco constituye realmente una adicción y una de las principales consecuencias de este consumo es la pérdida de libertad.
Fumadores que contraen COVID-19, con 50% de posibilidades de agravar su cuadro
Desde la Dirección Nacional de Abordaje Integral de las enfermedades no transmisibles comunicaron que los fumadores afectados con coronavirus tienen un 50% más de peligro de agravar su cuadro durante la enfermedad e incluso corren mayor riesgo de muerte.
Nuevas tendencias, nuevos problemas
Hay una tendencia internacional a ir dejando el cigarrillo por alternativas muy variadas: vapeadores, cigarrillos electrónicos, IQOS, etc. Hay que tener en cuenta que toda forma de consumo de cigarrillo es dañina. Incluso, en los últimos meses, se han reportado enfermedades exclusivamente ocasionadas por los vapeadores.
Además, ninguno de estos productos está aprobado por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat); por lo tanto, su comercialización es ilegal. No cuentan con supervisión oficial ni es posible saber si en su fabricación se respetan las mínimas condiciones de seguridad.
En algún momento se quiso instalar que estas diferentes formas de consumo de nicotina podían ayudar a las personas a dejar de fumar, pero hay que tener claro que son dañinas y no ayudan a dejar de fumar: son simplemente otra forma de consumo que perpetúa la adicción y no están exentas de enfermedad. Todas las sociedades científicas mundiales desaconsejan su uso, tanto recreacional como terapéutico.
Otras causas diferentes al cigarrillo
No hay dudas de que esta enfermedad se produce básicamente por el consumo de cigarrillo. En mayor medida se da en el fumador directo, y en menor, en el pasivo. Sin embargo, existen otros casos debidos a exposición a la combustión de biomasa, por ejemplo, en zonas rurales donde se utiliza mucha leña o en algunos trabajos expuestos a la contaminación ambiental. Este es un problema creciente y muchas veces desconocido tanto por las personas como por los médicos.
Tratamiento
Esta patología es parte del nuevo grupo de las enfermedades crónicas no transmisibles. El primer y fundamental paso es dejar de fumar; esta es una de las pocas decisiones que pueden modificar el curso de la enfermedad. A esto se suman ciertas acciones que contribuyen a mejorar la calidad de vida, como una alimentación adecuada, acompañada de actividad física planificada y progresiva que, dependiendo de su complejidad las personas, podrán hacerse sin supervisión o, en los casos más complejos, dentro de un programa de rehabilitación respiratoria supervisado. Otro pilar del tratamiento es el farmacológico, básicamente a partir de medicamentos broncodilatadores, que ayudan a disminuir los síntomas de la enfermedad (principalmente, agitación).
Cuando la enfermedad ya está en etapa avanzada, se recurre a la utilización de oxígeno adicional, la oxigenoterapia domiciliaria. También hay opciones más complejas, como el trasplante de pulmón. Incluso para algunas formas de enfisema hay técnicas reductivas de volumen, que pueden ser quirúrgicas o por endoscopía bronquial.
Todo este proceso requiere de un seguimiento médico con la participación de nutricionistas y kinesiólogos, un uso adecuado de los medicamentos y, para la enfermedad avanzada, de un correcto tratamiento de oxigenoterapia y de medicina paliativa. Todos estos procesos son ofrecidos también por las obras sociales.
OSEP brinda una amplia gama de servicios para asegurar tanto diagnóstico como tratamiento a través del Servicio de Neumonología del Hospital El Carmen y en el programa de Gestión Clínica para Pacientes Crónicos y la Unidad de Prevención y Cesación Tabáquica de la Obra Social. Esta Unidad, que también realiza acciones de prevención, ayuda y acompaña al afiliado en su decisión de dejar de fumar ofreciendo una asistencia interdisciplinaria. El equipo está conformado por médicos clínicos, de familia, neumonólogos, psiquiatras, nutricionistas y enfermeros, además de contar con referentes en cada una de las sedes distribuidas en el territorio mendocino.
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