El chofer de TurBus pidió perdón

Sanhueza dio su versión de los hechos que provocaron la muerte de 19 personas, tras volcar el micro que manejaba. Negó haber conducido con exceso de velocidad.

El chofer de TurBus pidió perdón

Francisco Sanhueza dio, por primera vez, su versión de los hechos que lo llevaron a volcar y ofreció disculpas a los familiares de las victimas presentes en el juicio.

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Unidiversidad

Unidiversidad/ Ernesto Gutierrez

Publicado el 16 DE FEBRERO DE 2018

A pocos días de cumplirse un año de la mayor tragedia vial en la historia de Mendoza, en la que volcó un colectivo de la empresa TurBus y se perdieron 19 vidas, el chofer imputado por el hecho declaró por primera vez ante la justicia y dijo sentido arrepentido por las víctimas del hecho.

Francisco Javier Sanhueza, el chofer del colectivo, quien se encuentra detenido en la cárcel de Boulogne Sur Mer, prestó su testimonio de manera voluntaria ante el fiscal de la causa, Gustavo Pirrelo; la doctora Paula Quiroga; los abogados querellantes Daniel Romero y Martín Sevilla; los jueces Luis Correa Llano, Ramiro Salinas y Alejandro Miguel, y ante todos los familiares de las víctimas del accidente, e indicó estar arrepentido de lo sucedido.

Sanhueza dijo que no circulaba rápido la madrugada del 18 de febrero y que ningún pasajero le pidió que bajara la velocidad. Aseguró que en el momento del accidente iban todos dormidos. Dejó claro que la intención suya no fue dañar a las personas. “Nunca se me pasó por la cabeza el suicidio ni matar a nadie. Espero algún día pedirle perdón a los familiares cara a cara”.

También expresó: “Cuando llegué al final de la curva había vehículos en la dirección contraria que me enceguecieron, no me permitían ver la cartelería del lugar. Tomé la decisión de bajar la velocidad, pero el colectivo se me fue de control, vi que se me acabó la ruta. No tengo problemas psiquiátricos para querer perjudicar a alguien; cometí un error, sepan que no fue intencional”. Por lo declarado, la estrategia de la defensa del chofer chileno es que el fiscal cambie la carátula de la causa, ya que entienden que Sanhueza no tuvo intenciones de matar a nadie. El objetivo es que la imputación cambie de homicidio simple en 19 hechos y dolo eventual a homicidio culposo, lo que le permitiría evadir la prisión.

 

Fuerte pedido de justicia

Alfredo Olivera, quien perdió a tres familiares en este accidente, dialogó con Unidiversidad y se expresó respecto al relato de Sanhueza: “Para mí, en su relato quiere revertir todo lo que se dijo, una sola persona contra varios que dijeron, vivieron y sintieron la realidad de las cosas y el horror que les tocó vivir. Quiere zafar de algo que no puede. No puedo aceptar las disculpas, por que él no va a regresarme a las personas que me sacó”.

En cuanto a la sentencia de la semana que viene, alegó: “Creo que es momento de que cambiemos la mentalidad de la sentencia, su metodología de trabajo. La negligencia estuvo. Él transportaba gente, transportó 19 almas al cielo que no puede volver a traer. ¿Perdón? ¿Qué perdón puede pedir él? Él no está en condiciones de pedir perdón. No sé si su imputación será de 8 o 25 años, lo que sé es que él va a seguir viendo a su familia y nosotros veremos solo una lápida. Para mí, él me sentenció a cadena perpetua, me dio una perpetua a mí de no ver más a mis familiares.

Por otro lado, esta tercera jornada de testimoniales estuvo marcada por el dolor y el enojo de los familiares de las víctimas del accidente. En esta situación, lo que sorprendió a muchos en la sala, sobre todo a policías y magistrados, fue la intromisión del primer testigo de la causa, que a su ingreso al recinto exclamó: “Mirame bien, hijo de puta”, algo que puso en alerta a muchos de los que estaban en el lugar. El testigo perdió en el accidente a sus dos hijos y a su mujer.

“Advertí gritando ‘¡Más despacio!’”, aseguró uno de los testigos, ingeniero industrial con residencia en Chile. “Viajaba en la butaca N.º 3 coche cama, me desperté porque un bolso me cayó encima. Vi que el colectivo se ladeaba mucho, incluso mordió la banquina. Luego el bus comenzó a hacer ruido, crujía. Poco tiempo después, sentí que el colectivo se ladeaba, como que flotaba, y es ahí cuando grité: ‘¡Despiértense, que vamos a volcar!’”, relató.

En su declaración también aportó que en ese momento enredó el brazo en el cinturón de seguridad y la otra mano en el cable de la cortina. “Comenzó un vuelco lento, estallaron los vidrios en seco. El bus comenzó a deslizarse, yo quedé colgado de la cortina y el cable. El bus derrapó, la tierra comenzó a entrar y también piedras de gran porte. Todo quedó en tinieblas”, contó.

“Logré salir del bus y me dirigí hacia la ruta, vi otro micro que se detuvo, y le dije que éramos del TurBus 2251 Mendoza y que habíamos volcado. Pedí ayuda por favor. Luego observé que comenzaron a detenerse varios vehículos. Después solo recuerdo que desperté en una sala del hospital de Uspallata”, agregó el sobreviviente.

Otro  de los sobrevivientes que viajaba y testificó fue el hombre de nacionalidad peruana que perdió el brazo durante el accidente. Expresó: “Fueron varios los que le pidieron al chofer que bajara la velocidad. En un tramo del viaje, el colectivo mordió la banquina y cayó. Cayó del lado izquierdo, el lado donde estaba yo sentado. No tenía dónde agarrarme en el momento del vuelco. No sé en qué momento, pero yo tenía el colectivo encima de mí, ya no tenía el brazo. Estoy vivo de milagro, pensé que me iba a morir”.

 

Misa por las victimas

A un año de cumplirse esta tragedia, este domingo 18 de febrero, los familiares de las víctimas realizarán una misa en la Catedral de Loreto a partir de las 10 de la mañana. En la Terminal, a las 19, se realizará una suelta de globos en conmemoración a las víctimas de la tragedia.

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