Hay un barrio en México que está lleno de grafitis de Los Simpson. Es, en cierto modo, la concreción urbana del universalizado arte de citar frases de la popular serie televisiva para cualquier hecho de la vida.

El nombre original del barrio es Infonavit Iztacalco, pero tras las intervenciones amarillas con pintura de aerosol fue rebautizado como Sprayfield. El proyecto nació como la iniciativa de un grupo de vecinos que quisieron poner en valor los espacios públicos del lugar donde vivían.

Belor, uno de los artistas encargados del proyecto, dice que la idea surgió para dar solución a la enorme cantidad de muros deteriorados que se veían.

El artista dice que los rayones tendían a generar una sensación de impulcritud entre los vecinos de Infonavit Iztacalco. Ahora, con los murales de Los Simpson, Belor notó que los residentes se sienten más involucrados y seguros en su entorno.

El hecho de haber elegido a los personajes de Matt Groening tuvo que ver con que constituían un gusto común predominante entre todos los activistas. “Junto con varios amigos tomamos la propuesta de Los Simpson. Nos gustó a todos y tiene referencias con las que nos sentimos identificados. Pintamos las paredes que nos dan los vecinos con murales alusivos a la serie”, explica Belor.

Al principio, la gente del lugar no quería saber nada del proyecto. Según Belor, todos creían que los grafiteros autoconvocados iban a hacer “rayones en sus casas”.

Para Comer1, otro de los autores del proyecto, al comienzo fue muy difícil convencer a los vecinos de que los dejaran pintar murales en sus casas. El artista urbano cuenta que para pintar los primeros murales fueron casa por casa a presentar la idea a los dueños de cada pared que querían intervenir: “Como la gente está acostumbrada a que los rayones sean puros tags y bombas, pues no les gusta. Eso es lo que para ellos es el grafiti”.

Sin embargo, más adelante y conforme todos los vecinos vieron el trabajo realizado, el apoyo a la propuesta fue pleno. En defintiva, lo que en un momento se concibió como una acción pequeña y local –un evento de Facebook que convocaba a amigos para pintar la pared trasera de un colegio de bachilleres– creció hasta tomar dimensiones enormes. Hoy todo “Sprayfield” está lleno de grafitis de Los Simpson. Es un museo a cielo abierto en honor a la serie animada más popular del mundo.