El Azufre: qué se dijo a favor y en contra del megaproyecto que se presenta como "sustentable"
Pasó la audiencia pública para evaluar el impacto ambiental que tiene el centro de esquí ubicado en Malargüe. El emprendimiento, que ya funciona como una propuesta “boutique”, proyecta infraestructura para 3500 personas en una zona inhóspita, rodeada de tesoros naturales.
Imagen de El Azufre en su versión "boutique". Foto: Instagram @glovetravel
Centro Turístico Sustentable de Alta Montaña El Azufre: así se denomina el megaemprendimiento que acaba de sortear una audiencia pública para avanzar en su plan de construir en Malargüe un centro de esquí con pocos precedentes en Sudamérica. A escasos kilómetros del límite con Chile, en un paraje poco explorado y escasamente habitado de la cordillera de los Andes, la empresa a cargo de la iniciativa defiende una y otra vez su leitmotiv: ser sostenible.
El masterplan de El Azufre SA, que tiene como caras visibles a Daniel Alejandro Nofal, Alejandro David Spinello y José Ignacio Beccar Varela, está pensado para que, en un plazo de nueve años, se construya la infraestructura necesaria para albergar a 3500 personas (1000 personas empleadas en el lugar). Desde la empresa, indicaron que cada paso que han dado y piensan dar es en el marco de un plan de sostenibilidad, en equilibro con el medio ambiente.
Si bien el centro invernal ya se inauguró en su formato boutique, con un hospedaje (lodge) para 12 personas y traslados en helicóptero para esquiar en las laderas cuya base se ubica a 2400 metros sobre el nivel del mar, el masterplan va mucho más allá. En 2023, la empresa piensa continuar con su versión “reducida”, para la que ya tiene autorización, y seguir potenciando comercialmente el centro de esquí que “garantiza” cinco meses de nieve por año.
“Economía circular”, “sustentabilidad”, “renovable” y “sostenible” son conceptos que se repiten cada vez que se publicita alguna de las características del megaproyecto. Sin embargo, la asignación de las tierras para el emprendimiento acarrea algunas polémicas que falta resolver. Gran parte de la discordia se da porque los terrenos pertenecen al Estado nacional, aunque la posesión fue transferida al Estado mendocino en 1969. Luego, en la década del 90, la Superintendencia Nacional de Fronteras habilitó a Mendoza para que favoreciera emprendimientos que ayudaran a poblar la zona. Como se ha explicado, la zona “Potreros de Cordillera” está a escasos 8 kilómetros del Paso Vergara.
En los primeros días de 2022, el Gobierno provincial publicó un decreto mendiante el cual oficializaba esta asignación de tierras, que totalizan unas 12 mil hectáreas. En este marco, en el que hubo cruces políticos por la cantidad de hectáreas y porque se señalaba al Ejecutivo provincial por “entregar” tierras, la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE) presentó una demanda ante la Justicia Federal para frenar el emprendimiento y pidió su desalojo. "Se efectuó una asignación gratuita de las tierras por parte de la provincia que no son de su titularidad, excediendo sus competencias, prescindiendo del proceso licitatorio correspondiente", dijeron desde la AABE. Hoy, esa demanda no está resuelta.
(El siguiente video muestra imágenes promocionales del centro invernal El Azufre, en su versión "boutique": Fuente: Winter Channel)
La audiencia pública
Mientras quedan dudas sobre el uso en regla o no del lugar donde se proyecta este enorme centro invernal, la Secretaría de Ambiente y Ordenamiento Territorial (Sayot) cumplió con el paso de la audiencia pública (no vinculante) que deriva en la Declaración de Impacto Ambiental (DIA). La audiencia se realizó el lunes 12 de junio, con participación presencial y virtual en la Cámara de Comercio y Afines de Malargüe. Quien comandó este procedimiento fue Soledad Barros, coordinadora de la Unidad de Evaluaciones Ambientales de la Sayot.
El primero en exponer fue Javier Ureta, jefe técnico de El Azufre, que tuvo el mayor tiempo de exposición por tratarse del proponente. “¿Cómo construir en un lugar que queda aislado durante la mitad del año una infraestructura así?", preguntó retóricamente Ureta, y se explayó sobre cómo planean avanzar en cada una de las áreas del proyecto. Habló de los objetivos ambientales y de las características únicas del lugar, de las edificaciones que construirán (serán modulares, fabricadas en la ciudad y trasladadas al lugar), del uso del agua (de dónde tomarán el agua y cómo tratarán los efluentes), de la energía que producirán (se generará el 80 % solar y el 20 % eólica), del empleo que generarán (buscan que el 70 % sea local) y de cómo tratarán las residuos (compostaje y reciclado).
“Va a ser una condición ser y pensar de manera sustentable para estar en El Azufre”, advirtió Ureta para enmarcar el objetivo de la empresa.
Luego fue el turno de ver y escuchar los detalles de la Manifestación General de Impacto Ambiental (MGIA), que estuvo a cargo de la Fundación Universidad de Congreso, que contrató a la FUNC (UNCUYO) para su realización. Quien comenzó explicando cómo se desarrolló el estudio fue el ingeniero Eduardo Moreno, que dijo que el trabajo de campo sirve “para conocer cómo está el territorio ahora” y que a eso le llaman “línea base”. También contó que gran parte del equipo multidisciplinar de la FUNC que trabajó ya tenía experiencia en la zona porque también estuvo detrás de la Declaración de Impacto Ambiental para el dique Portezuelo del Viento. Además, habló por la FUNC Gabriela Luquez, que a su vez está a cargo del Instituto de Ciencias Ambientales de la UNCUYO.
“Una manifestación de impacto ambiental es una declaración de carácter preventivo”, remarcó Luquez. “Encontramos un espacio que requiere seguir estudiándolo, con las dinámicas de esta naturaleza tan inexplorada”, señaló.
En términos amplios, el estudio indagó sobre las condiciones ambientales generales, de disposición y uso de suelo (geología local), las características energéticas, las condiciones acuáticas naturales y su uso antrópico, las zonas urbanizadas y proyectadas y los accesos (medios de elevación, plantas de tratamiento, asentamiento/dormitorios, proyección de paneles, etc.).
Foto: imagen satelital del masterplan de Centro El Azufre. Fuente: El Azufre SA
Entre las observaciones, encontraron ítems que “cumplen con lo solicitado” y otros que “cumplen parcialmente”. Asimismo, entre las conclusiones, mencionaron que “algunos desarrollos podrían requerir de evaluaciones específicas mediante la presentación de los proyectos respectivos, a criterio de la Autoridad de Aplicación”. Es que en el masterplan hay iniciativas que son de gran impacto, como las 60 hectáreas para destinar a los paneles solares o la construcción de una pista de aterrizaje.
La audiencia pública duró más de cuatro horas. Fueron pasando por el micrófono, primero, y por la plataforma Zoom, después, decenas de personas que buscaron que su voz quedara plasmada. Dijeron presente puesteros, represente del sector comercial y turístico de Malargüe, ambientalistas, docentes, representantes de las comunidades indígenas y funcionarios del Gobierno provincial y municipal.
También se escuchó la voz de personas que participaron de los distintos dictámenes técnicos, como el científico Pierre Pitte, del Ianigla-Conicet. Para el glaciólogo, el proyecto “incorpora elementos de desarrollo sostenible, pero falta información y análisis de algunos elementos ambientales clave”.
Entre esos elementos sobre los que falta mayor investigación, enumeró cómo influye el nivel de nieve que cae en un contexto de calentamiento global, cómo se afectan las vegas altoandinas, dado que allí se ubica el sistema de vegas más grande de la provincia. También manifestó dudas sobre la idea de la empresa de forestar el lugar, dado que no hay información sobre cómo reaccionaría el ecosistema a especies que no son nativas. Asimismo, al igual que otros expositores, destacó que hay que seguir investigando sobre el vulcanismo, dado que El Azufre está en la zona del volcán Peteroa, segundo en el ranking de riesgo a nivel nacional. Pitte también se preguntó qué se va a hacer con las 12 mil hectáreas de terreno asignado, dado que el masterplan se proyecta solo sobre el 3 % de la locación. En líneas generales, muchos de los puesteros que se expresaron dijeron que no están en contra del proyecto, pero temen por su modo de vida y fuente de trabajo. Pidieron “no ser dejados de lado”.
Cómo sigue
Soledad Barros comentó a Unidiversidad que todas las personas contaron con cinco días hábiles para sumar el material que creyeran correcto agregar.
La Unidad de Evaluaciones Ambientales de la Sayot tomará todo el material y luego emitirá su aval o no a la DIA para el megaproyecto El Azufre. Si la DIA sale favorable, el proyecto podrá avanzar, dado que no requiere de autorización legislativa, aunque los tiempos se podrían estirar si la Sayot exige más estudios particulares.
Esta es la audiencia completa
Haciendo clic acá, se puede acceder a la Manifestación General de Impacto Ambiental y a todos los dictámenes técnicos sobre El Azufre.
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