La industria manufacturera se encuentra estancada en una “larga siesta”. Desde hace un año, los números no repuntan; por el contrario, empeoran y en ciertos casos la situación es tan magra que incluso hay fábricas que producen menos de la mitad de lo que podrían.

Según un informe técnico del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) publicado este martes, la utilización de la capacidad instalada en la industria se ubica, en promedio, en el 60,1 %. El dato corresponde a mediciones de julio y está exactamente cinco puntos por debajo de lo registrado en el mismo mes pero de 2017.

El peor caso lo presenta el sector de la industria automotriz, que trabaja al 48,1 % de su capacidad instalada. Un número que, sin embargo, presenta mejorías respecto de julio del año anterior, cuando el índice descendió hasta el 45,5 %. El crecimiento se explica, principalmente, por el aumento de las exportaciones de vehículos durante el primer semestre de este año.

Como contrapartida, el sector menos ocioso es el de las industrias metálicas básicas, con el 86,3 % de su capacidad en uso. En julio de 2017, el nivel era del 75,9 %.

Por demás, el automotriz y de las industrias metálicas básicas fueron los únicos dos rubros que lograron un avance respecto del año pasado. En todos los otros sectores, el índice disminuyó respecto de 2017, en ciertas ocasiones por más del 10 %.  El caso más representativo es el de la refinación del petróleo, que pasó del 84,4 % al 66,2 % en un lapso de doce meses.

El indicador de la utilización de la capacidad instalada en la industria que releva el Indec mide la proporción utilizada de la capacidad productiva de un determinado sector industrial. Para su cálculo, “se tiene en cuenta cuál es efectivamente la producción máxima que cada sector puede obtener con la capacidad instalada”. Entre otras cosas, se considera “el aprovechamiento potencial de las plantas productivas, empleando el máximo de turnos posibles y las paradas necesarias para el mantenimiento apropiado de dicha capacidad”.

Los bloques sectoriales que presentan niveles de utilización de la capacidad instalada superiores al nivel general son: industrias metálicas básicas (el 86,3 %), papel y cartón (el 73,8 %), productos del tabaco (el 73,0 %), productos minerales no metálicos (el 71,4 %) y refinación del petróleo (el 66,2 %).

Los bloques sectoriales que se ubican por debajo del nivel general de la industria son: productos alimenticios y bebidas (el 58,9 %), edición e impresión (el 58,6 %), productos de caucho y plástico (el 54,3 %), productos textiles (el 53,6 %), la metalmecánica excepto automotores (el 51,1 %), sustancias y productos químicos (el 50,8 %) y la industria automotriz (el 48,1 %).

Por otro lado, los bloques que presentan una menor utilización de la capacidad instalada respecto a 2017 son: alimentos y bebidas, productos del tabaco, industria textil, papel y cartón, edición e impresión, refinación del petróleo, sustancias y productos químicos, productos de caucho y plástico, productos minerales no metálicos y la metalmecánica excepto automotores.