El déficit de acceso al agua potable de red afecta al 14 % de los hogares urbanos argentinos y al 18 % de los niños, niñas y adolescentes. Estos porcentajes se duplican en el conurbano bonaerense, donde llegan al 27 % y al 32 % respectivamente.

Esta es una de las conclusiones del informe “Agua segura y alimentación, derechos pendientes de ser garantizados”, que realizó el Observatorio de la Deuda Social Argentina, dependiente de la Universidad Católica Argentina (UCA), con la colaboración de la Defensoría del Pueblo de la Provincia de Buenos Aires.

El estudio detalla que los derechos de acceso al agua segura y a la alimentación son esenciales y especialmente importantes durante la niñez y la adolescencia ya que, si existen carencias de este tipo en esa etapa, pueden obstruir el correcto desarrollo humano físico y cognitivo.

Sin agua segura

La muestra a nivel nacional incluyó a 5860 hogares y a 5479 niños, niñas y adolescentes de aglomerados urbanos, agrupados según el tamaño de los mismos y entre los cuales está incluido el Gran Mendoza. A esto se sumó un muestreo específico en el conurbano, que sumó 4660 hogares, y 5844 pequeños y jóvenes que viven en 31 partidos.  

El informe determinó que el déficit de acceso al agua segura está focalizado en el Gran Buenos Aires, especialmente en los hogares de niveles socioeconómicos más bajos, en situación de pobreza e indigencia y que habitan en asentamientos informales.

Agua, cómo te deseo...

"El agua es vida", "El agua vale más que el oro", son frases que se escuchan recurrentemente en los últimos años y están estampadas en más de una pared de Mendoza.

Al evaluar la composición del déficit de acceso al agua de red en la población del Gran Buenos Aires, se observó que el 39,9 % de los afectados son niños y niñas de 5 a 11 años, el 72,5 % de los cuales pertenecen a niveles socioeconómicos muy bajos.

“Esta información permite reconocer que, si bien se trata de un problema que afecta en mayor medida a las poblaciones más vulnerables del Gran Buenos Aires (GBA), es un fenómeno muy extendido en el territorio y que requiere de una política de Estado a gran escala y sostenida en el tiempo”, se puede leer en las conclusiones del informe.

Inseguridad alimentaria

El otro gran tópico que se analizó fue la alimentación. El informe determinó que la inseguridad alimentaria severa experimentó un fuerte incremento en el período interanual 2017-2018, tanto si se considera el total de los niños, niñas y adolescentes que viven en zonas urbanas como el del conurbano, que fue del 17,4 % y el 35,8 %, respectivamente.

Como en el caso de los problemas de acceso al agua segura, la situación de los pequeños que habitan en el Gran Buenos Aires en cuanto a la calidad de su alimentación fue sensiblemente peor a la media nacional. El informe determinó que tienen déficits graves en el acceso a los alimentos, especialmente si viven en hogares en situación de pobreza (el 79 %) y quienes residen en barrios informales (el 63 %).

En este grupo de hogares del conurbano, también se advirtió la peor situación de los niños, niñas y adolescentes respecto del déficit de nutrientes esenciales en su dieta. Esta situación alcanza al 7,8 % de esa franja etaria, que carece de todos los nutrientes esenciales en su dieta alimentaria diaria.

Los profesionales también analizaron qué porcentaje de esa población recibió asistencia alimentaria directa y gratuita en el conurbano. Determinó que los principales beneficiarios de esa ayuda directa son los niños y niñas en edad de cursar el ciclo primario, pero que la cobertura disminuye abruptamente si se considera a los pequeños en edad preescolar y adolescentes.