En todas y cada una de las acciones que llevamos a cabo en nuestra gestión universitaria dejamos en claro un mensaje de paz, enmarcado en la reivindicación de Memoria, Verdad y Justicia, única trilogía que nos permitirá enfrentar los desafíos del futuro habiendo saldado el pasado.

Este compromiso cobra mayor dimensión este año, en ocasión del centenario de la Reforma Universitaria de 1918. Así, nuestro objetivo es el de conmemorar este aniversario vinculando los principios reformistas y la defensa irrestricta de la universidad pública como ámbito necesario y pertinente, para contribuir a una sociedad donde los derechos humanos sean comprendidos, asimilados y respetados por todos.

Esa será nuestra gran labor docente, nuestro silencioso aporte y nuestra sencilla contribución para que las nuevas generaciones, nacidas y formadas felizmente en democracia, puedan hacer aún más sólidas sus bases éticas para desarrollarse plenamente en libertad. Por eso, para la universidad pública, el compromiso con los derechos humanos es parte constitutiva de su carácter inclusivo y democrático.

En este marco actual de desafíos futuros nos damos espacio también para recordar que, como natural usina del debate y el pensamiento, los claustros fueron uno de los objetivos específicos de quienes, montados en la estructura del Estado, perpetraron en su nombre los crímenes más aberrantes que recuerde nuestra historia.

Ese terrorismo de Estado también se sirvió de cómplices que desde la academia justificaron la barbarie de la dictadura, y aquí también se persiguió, se cesanteó, se expulsó y se desapareció a estudiantes, docentes y trabajadores. Por eso, como siempre, nuestro homenaje y acompañamiento para esas víctimas y sus familias.

Leé la versión completa de Edición U sobre Educación y derechos humanos

Derecho estructural

La educación como derecho humano es la base que conecta con los otros derechos para construir sociedades más igualitarias.