Otro año de trabajo intenso está llegando a su fin. Un año en el que nos esforzamos por defender la Universidad pública en cada ámbito en que tenemos injerencia: desde lo patrimonial, en especial con la disputa que llevamos adelante en el plano judicial en resguardo de los terrenos de la UNCUYO, con avances inéditos en los últimos 30 años, hasta en lo presupuestario, con el logro de un incremento significativo en las partidas que el Estado nacional destinará para nuestra casa en 2017. En todas nuestras acciones hemos priorizado la custodia de este intangible bien público que es la Universidad, con todas y cada una de sus facultades, sus institutos y organismos, su imprescindible abanico de posibilidades en materia de becas, programas y múltiples iniciativas vinculadas con lo social, la salud, el deporte y la cultura.

Durante 2016 hemos creado nuevas carreras, hemos producido la actualización de muchos de nuestros contenidos curriculares. Avanzamos significativamente en el concepto de territorialización, una fabulosa herramienta que, a través de la planificación, la inversión y la colaboración con los municipios, nos permite expandir nuestra oferta académica en diversos lugares de Mendoza.

Fuimos capaces no sólo de mirar hacia afuera y crecer, sino también de abrirnos a la realidad local, trabajando codo a codo con los distintos niveles del Estado para ofrecer soluciones conjuntas para problemas complejos, demandas sociales o pedidos de capacitación sobre asuntos particulares de acuerdo a los requerimientos del sector público o privado. Procuramos dar nuevos pasos hacia la internacionalización que pusieran a la UNCUYO en un contexto colaborativo acorde con las exigencias del mundo global y la formación de profesionales capacitados para entender nuevos problemas y desafíos.

Dimos cumplimiento estricto a los Convenios Colectivos de Trabajo al garantizar para nuestro personal docente y no docente la mayor tranquilidad para el ejercicio cotidiano de sus tareas. En ese contexto, produjimos una inédita efectivización docente y cumplimos así una vieja deuda con aquellos profesionales que forman a nuestros alumnos. Ya estamos iniciando el proceso de efectivización no docente y se reconoció un reclamo de muchos años al personal de los organismos artísticos.

Estamos orgullosos de lo hecho, pero no satisfechos. Sabemos que aún nos queda un largo trajín en la construcción de la Universidad plural y reformista que anhelamos. Sin embargo, estamos convencidos de que estamos en camino. Como decimos desde el inicio de la gestión, “Ahí vamos”.