Dos de cada diez personas roban por hambre en los supermercados, según información de la cadena Átomo. La Justicia lo define como “hurto simple”, pero es un delito excarcelable y sólo sirve para recolectar antecedentes penales. Sin embargo, en la mayoría de los casos, la persona devuelve lo “robado” o paga lo que corresponde.

El dueño de supermercados Átomo, José Millán, afirmó a Unidiversidad que el 20 % de las personas que roban en las sucursales lo justifican por la necesidad de asistir a sus familias. En el resto de los casos, se sustrae tecnología y bebidas alcohólicas.

Millán definió que “no es el mejor momento económico”, pero destacó que es optimista porque atravesó situaciones peores en los últimos años al frente de la cadena.

Por su parte, Fernando Aguirre, vocero de la Cámara Argentina de Supermercados (CAS), explicó a este medio que no cuentan con estadísticas de los hurtos en los locales, porque en la mayoría de los casos cada supermercado arregla con la persona que es detectada robando y no radica la denuncia.

“La gente la está pasando mal”, dijo el vocero de la Cámara Argentina de Supermercados, aunque aclaró que los robos son un mal hábito que sucede en las sucursales desde hace muchos años.

La federación de centros comerciales precisó que otro de los factores que condicionan los motivos de los hurtos es la zona y el contexto en que cada supermercado se ubica. Los hipermercados son más vulnerables a robos de tecnología, mientras que los comercios minoristas registran hurtos de alimentos de primera necesidad y pequeños objetos de valor.

Para evitar sustracciones, muchos productos poseen una etiqueta adhesiva que funciona por radiofrecuencia y que permite detectar la situación a la salida del local. Generalmente, el rótulo de seguridad se coloca en productos de cosmética (cremas faciales, por ejemplo), en objetos tecnológicos y en artículos de alto valor, como los alimentos importados.

Sin embargo, desde la CAS reconocieron que no es factible aplicar esa tecnología a otros productos de almacén y comestibles, ya que suele ser más caro el dispositivo que el bien a la venta.

Qué pasa con el que roba

Desde el Ministerio de Seguridad detallaron que sólo interviene la policía cuando los vigiladores privados de cada comercio avisan del robo. En caso de que la persona se resista a devolver lo sustraído, se la traslada a la oficina fiscal para que preste declaración.

Los robos a supermercados califican como “hurto simple”, son excarcelables y sólo terminan como registro de antecedentes penales de la persona. Actualmente, los comercios pueden denunciar robos y delitos desde la página web del Ministerio Público Fiscal.