El frenesí por el dólar se intensificó ayer jueves, ya que alcanzó un nuevo máximo de $ 43,41, a pesar de los intentos del Central para contener la avanzada. Y aunque en el Gobierno nacional minimizaron el salto, lo cierto es que los números ponen en relieve los temores por el incierto futuro político y económico.

La divisa estadounidense ganó $ 1,7 respecto al cierre del miércoles y culminó a $ 41,42 para la compra ($ 43,41 para la venta) en las pantallas de casas de cambio y de los bancos, donde se define el precio de referencia para los pequeños ahorristas.

Pero el incremento no se dio por las compras de pequeños ahorristas, sino por la decisión de los grandes jugadores del mercado de dolarizar sus carteras. El BCRA recurrió al mayor salto de la tasa de referencia desde el 4 de octubre, cuando la nueva política monetaria estaba por cumplir su primera semana de vida.

La autoridad monetaria habilitó una suba de 1,311 puntos porcentuales (pp) en el rendimiento anual promedio de las Leliq y, por segundo día consecutivo, absorbió pesos de la plaza (el total asciende a $ 90.000 millones).

Algunos analistas asocian la escalada del dólar con el exceso de confianza en el Central. Plantean que la expansión de pesos que generó a fines de febrero, sin contemplar el clima adverso en el frente exterior, explica la dimensión actual de la ola compradora.

El dólar saltó por arriba de los 43 pesos y marcó un nuevo récord

La divisa tuvo otra jornada complicada con una suba de casi el 4 %. En Mendoza, se vende a $ 42,50.

Pero más allá de las interpretaciones, los esfuerzos oficiales no contuvieron al dólar, que en el mercado mayorista subió $ 1,75 y cerró a $ 42,50 para la venta.

La cotización final se apuntaló con transacciones de último momento: operadores cambiarios revelaron a este diario que, antes del cierre, entre las 14.55 y las 14.58, se registraron siete transacciones para comprar siete millones de dólares. Por esa jugada, el dólar pasó de $ 41,79 a $ 42,50.

“Tuvimos dos días feriados en la Argentina, algunos movimientos externos, no encontramos todavía causas de preocupación con respecto al tipo de cambio”, planteó el ministro Dante Sica.

También fue un día movido en el mercado de futuros, donde se negociaron u$s 1.283 millones con intervenciones del BCRA intentando calmar las expectativas del mercado. De este monto más del 65% se pactó entre marzo y abril con precios finales de $ 43,70 y $ 45,10 con tasas finales a estos precios del 42,94% y 41,35% TNA.

El titular de la cartera de Producción y de Trabajo se mostró confiado en el esquema monetario del BCRA. “Tenemos una política cambiaria definida, con los márgenes de intervención que dispone el Banco Central, así que no estamos preocupados”, dijo.

La estrategia oficial establece que el Central podrá vender reservas en el mercado para frenar una suba del dólar cuando la cotización en la plaza mayorista supere el extremo superior de la banda, que hoy se ubicará en $ 50, 231.

Frente a las preocupaciones sobre las definiciones que puedan arrojar las próximas elecciones, y que estimulan a los inversores a abandonar sus posiciones en activos argentinos para buscar refugio, ayer también salió el Fondo Monetario Internacional (FMI) a remarcar que continuará “apoyando” a la Argentina sin importar los cambios políticos.

Por lo pronto, ese renovado voto de confianza del FMI no aportó calma al mercado cambiario local ni convenció a los inversores externos, cuyas dudas se plasman en el riesgo país: el indicador que elabora el JP Morgan avanzó ayer a 783 puntos básicos.

En diálogo con este diario, el analista financiero Christian Buteler evaluó que: “Si bien están los dólares que tienen que entrar de la cosecha, más los que el Tesoro tenga que vender para hacer frente a su déficit, no sabemos la magnitud de la demanda”.

“¿Qué podemos esperar para los días subsiguientes? La volatilidad con el dólar será el común denominador desde acá hasta las elecciones. Serán más los días con sobresaltos que las jornadas tranquilas”, vaticinó Buteler.

Buteler agregó que el escenario futuro del mercado de cambios dependerá de “la demanda adicional por las elecciones o de la demanda que podría llegar de la mano de una crisis cambiaria como la del año pasado”.