Como un dèjavú de terror colectivo, los pueblos sanjuaninos de Jáchal e Iglesia se movilizaron en la noche del miércoles 14 –cuando aún se recordaba el primer derrame ocurrido allí un año atrás– ante la confirmación de que se produjo otro vertido furtivo de agua con cianuro en la mina Veladero, que opera la canadiense Barrick Gold.

El "incidente" fue el jueves 8 pero se conoció recién una semana después. Durante la tarde del miércoles comenzó a circular la versión a través de las redes sociales hasta que finalmente fue confirmada por la misma empresa, la cual aceptó, mediante un comunicado, que se había producido una rotura de un caño corrugado en el valle de lixiviación. Pero tal como ocurrió hace un año, aseguró que el derrame no llegó al río.

Algunos periodistas sanjuaninos, conmocionados, se comunicaron con sus colegas mendocinos para transmitir esta situación de modo preocupante, ya que se instaló la pregunta de por qué el “incidente” ambiental se comunicó una semana después de sucedido.

Otra arista que observaban con preocupación eran las “puebladas” de los vecinos de Jáchal e Iglesia, los departamentos afectados por la actividad minera. Hubo concentraciones espontáneas en las plazas de las comunas resentidas por el derrame. Incluso en la primera de esas localidades, los dirigentes municipales se resguardaron en la sede policial para evitar la calentura popular que pedía la renuncia del intendente Mario Vega. Mientras, desde la ciudad de San Juan salían versiones de represión a los manifestantes y posterior intervención del gobierno comunal.

Los puntocom activos en ese momento reaccionaron inmediatamente al confirmar el nuevo derrame y anunciar la conferencia de prensa que el gobernador de San Juan, Sergio Uñac, daría a la medianoche. La jornada terminó a pocos minutos de iniciado el jueves 15 con la voz del mandatario cuyano avisando que había ordenado parar las actividades en la mina y que había mandado al ministro de Minería, Alberto Hensel, al lugar junto a una comisión de técnicos.

Uñac también exigió públicamente que la empresa no deje a los empleados de la mina sin trabajo y sin salarios mientras se mantenga la detención de las actividades.

Repasá aquí el informe especial de Unidiversidad al cumplirse un año del primer derrame en Veladero.