La Cámara de Diputados aprobó, durante la madrugada del miércoles 20, la reforma tributaria que impulsa el Gobierno nacional. Con esta ley, el oficialismo busca rebajar la presión impositiva en un lapso de cinco años. Fue aprobada con 146 votos afirmativos, 77 negativos y 18 abstenciones. Ahora deberá debatirse en el Senado la próxima semana.

Luego de sancionarse la reforma previsional que modifica la actualización de las jubilaciones y asignaciones sociales, el Congreso de la Nación avanzó en la iniciativa fiscal de Cambiemos que ahora pasó al Senado. Tras casi siete horas de debate, el oficialismo reunió un número más holgado de diputados, en comparación con el tratamiento de la ley jubilatoria aprobada en medio de polémicas y hechos violentos. Fue gracias a un respaldo mayor por parte del interbloque Argentina Federal que se logró dar sanción inicial a la reforma tributaria, en tanto que para la previsional, los votos de ese sector político habían estado divididos.

"Con este proyecto, el Poder Ejecutivo promueve la rebaja de impuestos distorsivos, grava la renta financiera y modifica gravámenes internos, como los que alcanzan al tabaco –se fija una alícuota del 73 %– y los combustibles. Es una reforma de carácter gradual y en un plazo de cinco años –es decir, hasta 2022– se espera un alivio en la presión tributaria equivalente al 1,5 % del PBI, para alentar la inversión y la creación de empleo", manifestó el presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda de Diputados, Luciano Laspina, de Cambiemos.

Aspectos fundamentales de la reforma tributaria

• Las empresas no pagarán aportes patronales hasta una remuneración bruta de 12 000 pesos para 2022, en una escala que comienza el año próximo con 2400 pesos, sigue en 2019 con 4800 pesos, en 2020 con 7200 pesos y en 2021 con 9600 pesos.
• Se fijan incentivos para la reinversión de utilidades –se reduce la alícuota del impuesto a las Ganancias del 35 % al 25 %– y se establece la devolución anticipada de saldos de IVA por las inversiones que hagan las compañías a largo plazo. Esto regirá para las sociedades, incluidas las llamadas SAS.
• Se crea un impuesto para la renta financiera a las personas físicas según las siguientes alícuotas: depósitos bancarios, títulos públicos, ONs, cuotapartes de fondos comunes de inversión, títulos de deuda de fideicomisos financieros, bonos y demás valores, en moneda nacional sin cláusula de ajuste: 5 %, y en cambio, si están en dólares o tienen cláusula de ajuste, la tasa es del 15 %. Tendrá una deducción especial.
• Se exceptúa de pagar el impuesto a las Ganancias a los inversores no residentes, salvo en el caso de que hayan invertido en Lebacs emitidas por el Banco Central de la República Argentina.
• Se crea un impuesto por Enajenación y transferencia de derechos sobre inmuebles situados en el país del 15 %. En lo que respecta a los resultados provenientes de operaciones de enajenación de acciones y fideicomisos, monedas digitales, títulos, bonos y demás valores, así como por la enajenación de inmuebles, quedarán alcanzados por Ganancias al 15 %. Quedan exentos los títulos y las acciones que coticen en Bolsa y los no residentes, salvo en el caso de las Lebacs.
• Se reduce del 21 al 10,5 % el IVA de los pollos, cerdos y conejos, con el fin de permitir que bajen los precios de esos productos alimenticios de neto corte proteico y que son clave en la canasta familiar.
• Se gravará con un IVA del 21 % a los servicios digitales prestados por un sujeto residente o domiciliado en el exterior cuya utilización o explotación efectiva se lleve a cabo en el país.
• En el caso de las bebidas espirituosas, la alícuota pasó del 29 al 26 %. Se dispuso además que las bebidas que contengan cafeína y taurina (energizantes) tributen un 10 %.