Dificultad para multar y escasa medición: qué hace Aysam para contrarrestar el derroche de agua
Ni los anuncios de la emergencia hídrica ni las campañas de concientización logran desalentar ciertos usos prohibidos. Para Alejandro Gallego, presidente de Aysam, “el derroche es el que más perjudica a las y los mendocinos”.
Foto: Télam
La situación hídrica en Mendoza es crítica desde hace ya 12 años. Las características climatológicas de la región, las pocas lluvias y nevadas en la temporada invernal y el bajo nivel de sus reservas para abastecer a la población cuando comienza el verano son una constante en la provincia, tanto que el Departamento General de Irrigación (DGI) y Aguas y Saneamientos Mendoza (Aysam) ya han considerado a esta situación deficitaria y de emergencia como “nueva normalidad”.
A ese marco poco alentador se le suma la falta de conciencia colectiva por el uso de este recurso tan valioso. Y es que, según advierte la Organización Mundial de la Salud (OMS), una persona por día debería consumir unos 250 litros; sin embargo, en la zona metropolitana de la provincia, esa cifra es ampliamente superada, con un consumo, por persona y por día, superior a los 400 litros, el 72 % más de lo recomendado por el organismo internacional.
La antigua red de agua y saneamiento es otro punto controvertido. Mendoza cuenta todavía con cañerías obsoletas que generan grandes pérdidas, tanto en la distribución de agua potable como en las colectoras cloacales. Según los datos suministrados por Aysam, el 42 % de las cañerías son de PVC con 35 años de antigüedad, el 33 % es de asbesto y cemento de 65 años de antigüedad, y el 16 % es de hierro con 100 años de antigüedad, sin olvidar el robo de este recurso que perjudica a grandes zonas del oeste mendocino.
Para entender esta situación y saber qué se está haciendo en materia de infraestructura para evitar el consumo excesivo y qué medidas se están implementando para detenerlo, Unidiversidad dialogó con Alejandro Gallego, presidente de Aguas y Saneamientos Mendoza (Aysam), que sostuvo que, de todos los problemas que Mendoza tiene en este aspecto, “el derroche es el que más perjudica a las y los mendocinos”.
“Entendemos que la situación es muy complicada, pero hace tiempo que Mendoza no recibía la inversión que estamos llevando a cabo en temas de agua y saneamiento. Al respecto, en el Gran Mendoza, las obras en la planta del Alto Godoy y el entubamiento del Canal Civit son de gran consideración, ya que implicará tener más agua y así generar el 20 % más de este recurso para las y los mendocinos”, expresó Gallego.
“Si bien estamos en una completa renovación del sistema, tenemos que decir que los problemas de verano continuarán para algunos sectores del Área Metropolitana. La baja presión y los cortes serán una constante en algunas zonas. Una de ellas, la más importante, es el departamento de Las Heras, ya que, si bien tendremos mayor suministro de agua, su caño troncal no tendrá modificaciones en su presión. Para inicios de 2022, estaremos renovando parte del tramo y esperamos que en 2023 las y los habitantes del departamento puedan tener solucionado este flagelo que viene de años”, dijo.
Otros de los puntos dentro del Gran Mendoza que también se verán afectados este verano serán las zonas del oeste de Godoy Cruz y de Ciudad, como la Sexta Sección y, en especial, La Favorita. Si bien desde Aysam se sinceraron en que las obras encaradas no serán suficientes para solucionar por completo el déficit, detallaron algunos trabajos que aportarán para aliviar la realidad.
“En este sector como en Luján de Cuyo, el problema que se ha presentado son las conexiones ilegales de agua del colector hídrico que atraviesa toda la zona, algo que ya está en manos de la justicia, que esperemos que se expida con rapidez. Por el momento, hemos avanzado, junto a los municipios, en la entrega de camiones cisterna con agua potable. También se ha realizado una propuesta de venta de agua en bloque. De avanzar la justicia, procederemos al cambio del colector hídrico de la zona”, remarcó el presidente de Aysam.
El mapa del derroche: Chacras de Coria, La Puntilla y Las Tortugas
Aguas Mendocinas planea colocar unos 20 mil medidores a comienzos del año próximo para neutralizar el derroche de agua. La instalación de los aparatos comenzará, según adelantó Gallego, en los primeros meses de 2022.
“A comienzos de año, tendremos la posibilidad de adquirir cerca de 20 mil medidores con su instalación. Esto no es algo que se pueda efectivizar de forma instantánea, pero queremos empezar pronto”, indicó el funcionario sobre la gran tarea que implicará pasar de un sistema de tarifa plana, en el que se paga un canon fijo por el servicio, a un abono referido al volumen de consumo.
Para determinar los lugares donde se instalarán los medidores, se tomarán dos referencias: la primera será el “mapa del derroche”, elaborado por el Entre Provincial del Agua y Saneamiento (EPAS), que señala principalmente a los usuarios de algunas localidades de Luján de Cuyo (Chacras de Coria y La Puntilla) y Godoy Cruz (Las Tortugas), sumados a los de zonas de Guaymallén, Las Heras y Capital, como los que más agua consumen.
El otro indicador a tener en cuenta serán las “advertencias” por uso indebido del recurso. “En total, hemos detectado a 500 usuarios violando las restricciones”, explicó Gallego.
De todas formas, el detalle de los domicilios elegidos para la colocación de los primeros 1000 medidores de agua de Aysam estará listo a finales de marzo, algunos días antes de que los técnicos de la empresa salgan a las calles a instalar los aparatos.
Treinta multas diarias por derroche
Ni los anuncios de la emergencia hídrica permanente ni las campañas de concienciación logran desalentar ciertos usos restringidos o prohibidos del agua potable. Así, aunque muchos ciudadanos sepan que no se debe, siguen regando calles pavimentadas o lavando el auto con la manguera.
Tanto es así que mensualmente Aysam coloca cerca de 300 multas a quienes incumplen la normativa para el uso de agua potable en la provincia de Mendoza. Se trata de un promedio que se mantiene y que crece levemente durante el verano.
“Por el momento, Aguas Mendocinas cuenta con seis agentes destinados a labrar multas y sanciones por el riego de veredas y jardines en horario prohibidos, autos y demás. Lo que intentaremos es duplicar la cantidad de agentes para cubrir una cuota mayor. Creemos que, si aumentamos el numero de agentes de control, las multas estarán en el rango de las 1000 a 1500 por mes”, detalló el funcionario.
Entre las infracciones más frecuentes, según Aysam, figura en primer lugar el riego de jardines en horarios prohibidos (con el 46 %) y, en segundo lugar, el lavado de veredas (el 37,8 %). Entre ambos, suman más del 80 % de las causas de multas.
Las infracciones son colocadas generalmente por inspectores de Aysam, que toman una foto como medida de prueba, pero también pueden ser motivadas por denuncias de los usuarios.
“Nuestra capacidad de controlar como organismo es limitada, por lo que hemos pedido a los ciudadanos que manden sus fotos cuando noten conductas inapropiadas. Muchas denuncias llegan a través de la página web y otras tantas por nuestras redes sociales. Siempre damos el derecho a descargo y luego, si corresponde, se le aplica la multa", detalló Gallego.
Más allá de la pena económica, para el presidente de Aysam, lo fundamental para evitar el derroche de agua potable es bajar el consumo por habitante y por día. "Estimamos el consumo en el orden de los 400 litros por persona y por día, lo que supera los 250 litros por persona y por día que aconseja lo Organización Mundial de la Salud (OMS) y triplica el consumo de Chile", detalló. Remarcó que gran parte de este consumo exagerado se da en el interior del hogar y no en el exterior, que es donde se puede multar.
"En el caso del llenado de piletas, no podemos hacer prácticamente nada", lamentó. Por esa razón, apuntó a la necesidad de avanzar en un modelo de micromedición del agua acompañada con tarifas que premien a los que ahorren y castiguen a los que derrochen.
Multas y sanciones
Si bien muchos aseguran que los controles no son suficientes o los que se realizan son deficientes, el EPAS actúa a lo largo del año para lograr un uso responsable del agua.
En su informe, las prohibiciones se dan a lo largo de los 365 días del año y durante las 24 horas. Sin embargo, hay restricciones durante el período estival, comprendido entre septiembre y marzo, que se extienden de 8 a 22.
El porcentaje de multas según tipificación es del 53 % de sanciones por riego de jardín, seguido por el 25 % de lavado de vereda, el 14 % por lavado de autos, el 6 % por riego de calzadas y el 2 % por otras acciones.
En cuanto a las multas para los que riegan con agua potable las calles pavimentadas (con balde, manguera u otro medio), veredas o automóviles mediante manguera y/o hidrolavadora, son de $ 3720 (primera infracción); si el usuario tiene una reincidencia, paga $ 7440, y en la siguiente oportunidad, deberá abonar $ 14 880.
Quienes realicen conexiones clandestinas de agua potable y saneamiento (cloacas) serán multados con $ 22 800. Si reinciden, se les anula, corta y retira la conexión.
En tanto, quienes rieguen jardines (mediante manguera, hidrolavadora o sistema de aspersión), calles no pavimentadas o llenen piletas y otros usos abusivos durante los horarios restrictivos del período estival abonarán una primera multa de $ 1860; si reinciden, $ 3720, y en una segunda reiteración y subsiguientes dentro de un año, la sanción será de $ 7440.
Recomendaciones: balde para lavar el auto y una ducha de 7 minutos
La recomendación desde la prestadora más grande de la provincia es no enlagunar el jardín cuando se riega, ya que se derrochan 750 litros de agua potable cada 45 minutos de riego.
Otro de los derroches frecuentes es el que realizan los propietarios de vehículos que los lavan con manguera o hidrolavadora. En esa acción, utilizan 750 litros de agua potable. Lo ideal es lavar los autos con baldes y en los horarios recomendados, de 22 a 8.
En el podio, también aparece el lavado de veredas con mangueras o hidrolavadoras. “Un tema interesante a tener en cuenta es que con manguera se derrochan unos 500 litros; en tanto, con balde se utilizan 40 litros, así que la diferencia es notoria. Lo recomendable es hacerlo de 22 a 8”, recordó Gallegos.
Las pérdidas, por ínfimas que sean, generan un derroche significativo. Por ejemplo, una canilla abierta durante una hora desperdicia 1000 litros de agua potable y las goteras de canillas o inodoros producen derroches de 46 a 110 litros de agua potable por día respectivamente.
El uso responsable y solidario del agua debe sostenerse durante las 24 horas los 365 días del año, incluido el gasto para la higiene personal. Lo recomendable es realizar duchas de 7 minutos y cerrar los surtidores mientras las personas se afeitan o se lavan los dientes. Todo es imprescindible para evitar el derroche.
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