Dieta flexitariana: alimentación 'veggie' sin que el consumo de carne sea imperdonable
Además del vegetarianismo y el veganismo, el “flexitarianismo”, la práctica de eventualmente comer carne, también es una tendencia en aumento. Consultamos con una nutricionista especializada en alimentación a base de plantas. Además, el testimonio de una joven “flexivegetariana” para comprender mejor esa decisión alimenticia.
El flexitarianismo es una alimentación principalmente vegetariana, aunque eventualmente incluye el consumo de carnes. Fuente: fauxels / pexels.com
Desayuno y mediatarde, almuerzo y cena suelen formar parte de los encuentros sociales con amistades o familiares. A ello, se agrega que cada vez más personas eligen como forma de alimentación el veganismo o el vegetarianismo. Por eso, es habitual encontrar la opción veggie en las cartas de los restaurantes u organizar comidas grupales con esa opción en el menú.
Como indicó un informe elaborado por la Unión Vegana Argentina (UVA), el 12 % de la población es vegana o vegetariana. El mismo informe agrega que otro 12 % de argentinos y argentinas se autorreconocen como personas “flexitarianas”. Por lo tanto, no es causal que se introduzcan tales cambios en los menús caseros o de comercios. Un regreso a lo “natural”, el cuidado del medioambiente, la empatía con los animales o una alimentación más saludable suelen ser los argumentos de aquellas personas que eligen reducir o dejar el consumo de carnes.
En esta nota, ahondaremos en la alimentación “flexitariana” o “flexivegetariana”. El término “flexitarianismo” hace referencia a un tipo de alimentación mayormente basada en plantas, aunque, ocasionalmente, incluya el consumo de carnes.
El flexitarianismo o flexivegetarianismo incluye el consumo ocasional de carnes. Foto: pexels
Para comprenderlo mejor, Unidiversidad dialogó con Carina Villegas, magíster en microbiota humana y nutricionista especializada en alimentación basada en plantas, o vegana y vegetariana. Además, acercamos el testimonio de una joven que se entiende a sí misma como “flexivegetariana”.
¿Qué es el flexitarianismo?
La misma palabra nos acerca la respuesta al interrogante: personas que la mayor parte del tiempo son vegetarianas, aunque flexibles. ¿Qué quiere decir? Simple: que eventualmente comen carne. La nutricionista Villegas explicó que, así como el vegetarianismo puede o no incluir lácteos y/o huevos, o alguno de los dos, o no incluirlos –a diferencia del vegetarianismo–, sí permite el consumo de carnes.
Villegas señaló que puede ser un tipo de alimentación mejor llamada "a base de plantas”. “Una alimentación basada en plantas es aquella que permite –o en la que la misma persona se permite– el consumo de algunas carnes en diferentes ocasiones, así sea por algún evento o porque lo desea, en muy bajas cantidades”, completó.
Si bien la alimentación totalmente libre de consumo animal es la vegana, dado que no incluye ningún derivado animal –tampoco huevos ni lácteos–, Villegas ubicó a las personas flexitarianas dentro de los grupos que se diferencian de la tradicional alimentación omnívora.
La alimentación totalmente libre de consumo animal es la vegana. Imagen: Freepik
Unidiversidad habló con Romina, de 29 años, que desde hace 8 es vegetariana. Al momento de contactarla, no conocía el término “flexitarianismo” o “flexivegetarianismo”, aunque se identificó rápidamente con su significado porque eventualmente consume carne.
Nos explicó que fueron varias las razones por las cuales eligió una alimentación a base de plantas. Una de ellas es que le caía “muy pesada” la carne y por una operación de la vesícula que colaboró en que fuera más “definitiva” la decisión. Con el tiempo, se sumó una sensibilidad sobre los animales: “Conocer cómo era el proceso y el trato hacia los animales para proporcionarnos la carne fue sumando a los demás motivos”.
Romina explicó en qué momentos elige tener una alimentación más “flexible”. En primer lugar, ubicó la situación familiar. “A veces, cuando compartís alimentación en un mismo hogar, donde son muchas personas y la comida es colectiva, accedés a alimentarte cuando no queda otra, o no hay otra opción", detalló.
Si bien hoy tiene una realidad distinta que le permite sostener una opción totalmente vegetariana –porque vive sola y toma por sí misma las decisiones sobre su alimentación–, en ciertas ocasiones sigue siendo flexible. Al respecto, señaló eventos sociales grandes, como cumpleaños, Navidad o Año Nuevo. Además, agregó situaciones de viaje: “En algunos lugares, tenés como opción solo pizza y papas, que termina siendo una alimentación muy pobre. Entonces, accedo a comer carne. Siempre lo mínimo posible, porque también al cuerpo le cuesta digerirlo”.
Por último, la mujer oriunda de Malargüe señaló que en el campo muchas veces hay escasez de ciertos productos, como “legumbres, verduras u opciones vegetarianas”, por lo tanto, cuando viaja al campo, accede a alimentarse de carne.
Alertas al momento de reducir o dejar el consumo de carnes
¿Implica alguna dificultad disminuir el consumo de carnes? Según señaló Villegas, no existe ninguna. “Es favorable –continuó– para la salud, para el sistema cardiovascular y para nuestro sistema digestivo. Disminuir el consumo de carnes –preferentemente las rojas– ayuda mucho a un mejor estado de salud”.
Disminuir o dejar el consumo de carnes "es favorable" para la salud. Imagen: Pexels
No obstante, advirtió que es importante asumir los cambios en los hábitos alimenticios de manera consciente y responsable. Principalmente, hay que estar atentos y atentas a los “niveles de la vitamina B12”, ya que, a medida que disminuye el consumo de carnes, ella también lo hace, incluso aunque se ingieran huevos y lácteos, porque “a veces no son suficientes”. Villegas explicó que la vitamina B12 es fundamental “para nuestro sistema nervioso, para los neurotransmisores, para el sistema inmunológico, ya que nos evita el deterioro neuronal o cognitivo”. Por esa razón, agregó: “Hay que chequearla y, si es necesario, suplementarla”.
De hecho, la joven flexivegetariana compartió que en un momento tuvo anemia: “Al principio, cuando comencé, fue medio impulsivo. En esa impulsividad y poco conocimiento, me estaba alimentando mal, aunque no comía carne”. Eso la llevó a ser más responsable con su elección: “No poner nunca en riesgo la salud por encima de una decisión de alimentación”, indicó.
Asimismo, la nutricionista destacó algunos de los productos que debe incluir una alimentación a base de plantas: “Legumbres, frutos secos, aceites de buena calidad, especialmente de oliva virgen o extravirgen; si consume carnes, de buena calidad o tipos de pescados azules de buena calidad”.
Cambios positivos y negativos en la alimentación
Villegas, quien tiene muchos y muchas pacientes que le piden planes alimentarios “disminuidos en carne”, nos explicó qué observa en su consultorio sobre los cambios alimenticios.
En términos generacionales, dijo que en las personas más jóvenes –adolescentes, principalmente– observa “mucha concientización con respecto al consumo de carnes, se ve más empatía hacia los animales”. mientras que las personas adultas “lo piden por un cambio de alimentación, por estilo de vida, por volver a lo natural, a lo esencial”. Además, indicó que no tiene problemas en atender pacientes que consuman carnes, “siempre dentro de los parámetros de la alimentación saludable”.
Si bien, por un lado, cada vez son más las personas que eligen una alimentación vegana, vegetariana o flexivegetariana, por otro lado, aumenta la circulación de alimentos ultraprocesados e industrializados. En esa problemática hizo hincapié Villegas: “En lugar de hacernos nuestra comida, estar consumiendo nuestros propios alimentos, cocinarnos nuestras propias recetas, estamos acudiendo mucho a lo industrializado, a lo rápido, sencillo y no sé si tan barato”.
Los alimentos procesados e industrializados se vienen imponiendo en la alimentación. Un regreso a lo natural es fundamental, indicó la nutricionista Villegas. Imagen: Freepik
La especialista ubicó este cambio también en términos generacionales: “Hemos dejado atrás lo que hacían nuestros abuelos y padres: preparar nuestros alimentos”, afirmó. En la salud es donde más impacta este cambio, según advirtió. “Por eso –continuó–, estamos viendo tantas enfermedades no transmisibles, como diabetes, hipertensión, enfermedades autoinmunes”.
Hay una reflexión que Villegas comparte con sus pacientes: “Está bueno cambiar la alimentación, pero cambiarla para bien también: hacerme mi comida, volver a lo natural, volver a lo esencial”. Y destacó: “No podemos funcionar con alimentos artificiales, necesitamos funcionar con alimentos naturales, ya sean de origen vegetal o animal”.
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