“No olviden jamás que bastará una crisis política, económica o religiosa para que los derechos de las mujeres vuelvan a ser cuestionados. Estos derechos nunca se dan por adquiridos, deben permanecer vigilantes toda la vida”. Simone de Beauvoir

Se conmemora el Día Nacional de los Derechos Políticos de las Mujeres, debido a que el 23 de septiembre de 1947 se promulgó en nuestro país la Ley N.° 13010 que consagró la igualdad de derechos políticos entre hombres y mujeres. Gracias a esta norma, las mujeres pudimos empezar a elegir y ser elegidas, haciéndose efectivo este derecho en las elecciones nacionales realizadas en 1951. 

En un año electoral, es bueno recordar que los derechos políticos se configuran ejerciendo el voto por parte de las personas y mediante la obligación por parte del Estado de generar las condiciones para que ese ejercicio se lleve a cabo de manera libre y democrática. Pero también, ante una crisis institucional, recordemos más que nunca que las mujeres históricamente fuimos marginadas del orden político y que fue a través de las luchas colectivas que nos dimos lugar.

De aquel tiempo a esta parte, no cesan de manera definitiva las desigualdades estructurales, socioeconómicas, culturales e institucionales que limitan la participación principalmente de las mujeres. Seguimos supeditadas al trabajo doméstico, a las tareas de cuidados, a las brechas salariales, al encasillamiento en las temáticas de género. Es a nosotras a quienes se nos exige probidad, se nos cuestionan nuestras capacidades, nuestra imagen y nuestros cuerpos.

Porque no, no se trata solo del sufragio: se trata del derecho a ser electas, del derecho a ocupar cargos públicos, de ser parte activa del diseño y ejecución de políticas públicas, de estar también al frente de la agenda pública y de la toma de decisiones. Básicamente, se trata del derecho a tener voz propia y voto, por supuesto, en cuanto a la vida pública y política del país.  

Ante un panorama nacional de imperdonables retrocesos, un día como hoy nos convoca una vez más a estar atentas. Conmemoremos con alegría esta fecha que nos reivindica como mujeres políticas, y que esa alegría nos brinde la fuerza para renovar la vigilancia frente a un orden que debe brindar mayor justicia e inclusión.