Día Mundial de la EPOC: Argentina está por encima de la media mundial
El 19 de noviembre de cada año se conmemora el Día Mundial de la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC). El objetivo es despertar conciencia sobre esta enfermedad, que se encuentra en el tercer lugar de las causas principales de mortalidad en el mundo, dos escalones por encima del cáncer de pulmón.
Foto: Télam
El 19 de noviembre de cada año se conmemora el Día Mundial de la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), con el propósito de crear conciencia e incentivar a los Estados a mejorar las políticas de atención a las personas que la padecen. Esta iniciativa, promovida desde 2002 por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y Global Initiative for Chronic Obstructive Lung Disease (GOLD), busca informar y alertar a la población sobre los síntomas, los factores de riesgo y el tratamiento para esta enfermedad que es la tercera causa de muerte en el mundo y que agrava el cuadro en pacientes que contraen COVID-19.
“La EPOC es una enfermedad pulmonar inflamatoria crónica que causa la obstrucción del flujo de aire de los pulmones. Típicamente es causada por la exposición a largo plazo a gases irritantes o partículas de materia, más a menudo por el humo del cigarrillo. El enfisema y la bronquitis crónica son las dos afecciones más comunes que contribuyen a la enfermedad pulmonar obstructiva crónica. Estas afecciones suelen ocurrir juntas y su gravedad puede variar entre los individuos con esta enfermedad. Por eso se dice que la EPOC no es una sola enfermedad, sino un concepto general que designa diversas dolencias pulmonares crónicas”, expresó a Unidiversidad Nicolas Cangiani, neumonólogo del Hospital Universitario.
Según el especialista, los síntomas más comunes son la disnea, la falta de aliento, una excesiva producción de mucosidad y una tos crónica. “Hay que decir también que la EPOC no es sólo la 'tos del fumador', sino una enfermedad pulmonar potencialmente mortal que se encuentra en el puesto 3 de las causas principales de defunción en el mundo, dos escalones por encima del cáncer de pulmón”, dijo Cangiani.
“Un fumador habitual tiene el 90 % de posibilidades de sufrir la enfermedad, ya que empeora con el tiempo y puede agravarse tanto que llega a ser incluso mortal. Suele también manifestarse de forma silenciosa: el 80 % de las personas que la padecen ni siquiera lo saben”, detalló el neumonólogo, por lo que se sugirió, ante la falta de aire, realizar una espirometría.
Para la EPOC no existe cura y cada año mata a cerca de 3 millones de personas en el mundo. De estas, el 13,6 % son adultos de más de 35 años en América Latina, sostiene la OMS. Además, el organismo reveló que hay cerca de 350 millones de personas en el planeta con esta afección y prevé que llegue a ser la tercera causa de muerte en los próximos años.
Mendoza y Argentina, por encima de la media mundial
“Si bien en Argentina no se tenía prevalencia o datos precisos de esta afección a nivel poblacional, tiempo atrás se llevó a cabo un estudio denominado EPOC.AR sobre las principales ciudades del país: CABA, Buenos Aires, Rosario, Córdoba, La Plata y Mendoza. EPOC.AR fue el primer estudio argentino, en el cual se realizaron unas 5500 encuestas a pacientes mayores de 40 años. Aquí se evaluó a cada persona mediante una espirometría y se comprobó que la prevalencia en nuestro país ronda el 14,5 %, esto es el 4,5 % superior a la media mundial. Solo en Mendoza, según este estudio, se calcula que su valor estaría alrededor del 12 %, es decir, el 2,5 % menos que la media nacional y el 2 % por encima de la media mundial”, detalló Cangiani.
“De ese 12 %, se calcula que el 95 % de los casos de EPOC se deben al cigarrillo, su principal causa –continuó el neumonólogo–. Alrededor del 4 % se debe a la exposición de biomasa, esto es, pacientes que nunca fumaron, pero estuvieron expuestos a calderas, humo de leña, calefacciones, entre otras. El resto, este 1 %, se debe al déficit de la encima o proteína ALFA1 antitripsina, que se produce en el hígado y que sirve para mantener la elasticidad del pulmón, como también para protegerlo de la degradación e inflamación causada por infecciones que atacan el tejido pulmonar; o de agentes externos como el tabaco u otras sustancias inhaladas que son contaminantes e irritantes. Si esta proteína o enzima está fallada debido a su genética, produce EPOC en tempranas edades, pero es ínfimo el porcentaje”, dijo.
Otro punto interesante de este estudio es el nivel sociocultural y su relación con el tabaquismo.
“En este estudio, se observó que la mayor incidencia se daba en sectores poblacionales de mayor edad, de 40 en adelante, y que la prevalencia era del 13 % en hombres y del 10 % en mujeres. Sin embargo, el punto que llamó poderosísimamente la atención aquí en la Argentina fue el nivel sociocultural. Con los resultados, se pudo constatar que, cuanto más bajo es el nivel, mayor es la proporción de gente que fuma, incluso con mayor severidad. Actualmente, por lo que se observa en los consultorios, esa prevalencia persiste. Es más, se nota que la edad de inicio del consumo del cigarrillo ha descendido y alcanza edades de 13 años en adelante”, manifestó el neumonólogo.
Además, según el especialista, hoy muere más gente por el cigarrillo que por la COVID-19. “En Argentina, mueren alrededor de 40 mil personas al año a causa del cigarrillo. Asimismo, en el país se calcula que 2,3 millones de personas padecen de EPOC. A ese número que preocupa, debemos sumarle el hecho de más del 77 % de personas con un subdiagnóstico de esta afección, es decir, son pacientes que tienen esta enfermedad, pero que no saben”, remarcó Cangiani.
“Esto demuestra tanto las falencias que hay en el sector primario de atención de la salud como del instrumental que se tiene para diagnosticar esta afección –continuó–. El EPOC se calcula mediante una espirometría, pero si no se tiene este instrumento en los principales centros de salud, clínicas y hospitales regionales, se hace difícil su detección temprana. Por eso, es primordial establecer políticas públicas y sanitarias acordes para llegar a un rápido diagnóstico. Hay que generar conciencia sobre el gran impacto que el consumo de tabaco produce en fumadores activos y pasivos. Acceder al diagnóstico precoz y a tratamientos adecuados y modernos son claves”, completó.
Pulmones: la “zona cero” para el EPOC y la COVID
Para Cangiani, con la EPOC ocurren cambios irreversibles en las estrechas vías aéreas y alvéolos, que son los diminutos sacos de aire al final de las ramificaciones desde donde el oxígeno es llevado al organismo y los desechos y el dióxido de carbono se eliminan. Como resultado de estos cambios, la cantidad de sacos de aire se reducen marcadamente, lo que hace potencialmente que los efectos del coronavirus se agraven.
“En casos severos de COVID-19, se desarrolla una neumonía irregular y difusa que causa que los sacos de aire se llenen de fluido y evita que el oxígeno llegue al cuerpo. Si, debido a la EPOC, ya hay un número menor de sacos de aire, el problema se complica, y aumentan las probabilidades de fallo respiratorio y la necesidad de respiración asistida a través de un ventilador”, explicó el especialista.
“Una razón por la que nos preocupan los pacientes con EPOC durante esta pandemia es que, al ya tener problemas debido a niveles de oxigenación bajos, el virus los puede empeorar al potencialmente llevar el oxígeno a niveles mortalmente bajos –continuó–. Los pacientes de EPOC tienen un riesgo 5 veces mayor de sufrir infecciones severas a causa de la COVID-19, el tipo de complicación que hace que los pacientes terminen en las unidades de cuidado intensivo y en ventiladores”. Por eso, en caso de ser caso confirmado por COVID-19 y si los síntomas de EPOC empeoran, los profesionales aconsejan buscar ayuda de inmediato.
“Algunas personas, por miedo al contagio por COVID-19, ignoran o minimizan sus síntomas y descartan la opción de buscar atención médica en persona cuando realmente la necesitan”, manifestó el médico del Hospital Universitario. Y remarcó: “Hemos visto un aumento en pacientes que presentan problemas no relacionados con la COVID-19 y que han esperado mucho más tiempo de lo normal para acudir al hospital, lo que ha hecho más difícil manejar su situación”, dijo.
Cangiani recomienda a los pacientes con EPOC, en tiempos de pandemia, mantener estable la enfermedad pulmonar, es decir, continuar con el tratamiento pautado sin suspender los broncodilatadores con o sin corticosteroides inhalados, ya que no hay ninguna evidencia de que deban evitarse.
Síntomas de la EPOC
Uno de los grandes problemas de la EPOC es que no siempre se diagnostica. Los fumadores se acostumbran a no quejarse o acudir al médico por tener tos o dificultades para respirar, advierte el especialista.
“Al principio, los síntomas pueden ser leves, comenzando con tos intermitente y dificultad para respirar. También puede confundirse con un refriado. Hay que decir que la enfermedad tiene una evolución lenta y normalmente solo se hace visible a partir de los 40 o los 50 años. A medida que avanza, los síntomas pueden volverse más constantes, hasta que se vuelve cada vez más difícil respirar. Podrían experimentarse sibilancias y opresión en el pecho, o tener una producción excesiva de esputo. Algunas personas con EPOC tienen exacerbaciones agudas, que son brotes de síntomas graves”, explicó el médico.
Los primeros síntomas incluyen:
- Dificultad ocasional para respirar, especialmente después del ejercicio;
- Tos leve pero recurrente;
- Necesidad de aclarar la garganta con frecuencia, especialmente a primera hora de la mañana;
- Es posible que una persona empiece a realizar cambios sutiles, como evitar las escaleras y las actividades físicas.
Los síntomas pueden empeorar progresivamente y ser más difíciles de ignorar. A medida que los pulmones se dañan más, es posible experimentar:
- Dificultad para respirar, incluso después de un ejercicio leve, como subir un tramo de escaleras;
- Sibilancias, que es un tipo de respiración ruidosa de tono más alto, especialmente cuando se exhala;
- Opresión en el pecho;
- Tos crónica, con o sin mucosidad;
- Necesidad de eliminar la mucosidad de los pulmones todos los días;
- Resfriados, gripe u otras infecciones respiratorias frecuentes;
- Falta de energía.
En las etapas posteriores de la EPOC, los síntomas también pueden incluir:
- Fatiga;
- Hinchazón en los pies, tobillos o piernas;
- Pérdida de peso.
Necesitás atención médica inmediata si:
- Tus uñas o labios se tornan azulados o grisáceos, ya que esto indica niveles bajos de oxígeno en la sangre;
- Tenés problemas para recuperar el aliento o no podés hablar;
- Te sentís confundido, desorientado o mareado;
- Tus palpitaciones se sienten aceleradas.
Es probable que los síntomas sean mucho peores si actualmente fumás o te exponés regularmente al humo de segunda mano. La EPOC no tiene cura, pero sí es prevenible. Por ejemplo, se puede dejar de fumar. Cabe recordar que esta patología es parte del nuevo grupo de las enfermedades crónicas no transmisibles.
“El fundamental y primer paso es dejar de fumar, esta acción es una de las pocas cosas que puede modificar el curso de la enfermedad. A esto se suman ciertas acciones que contribuyen a mejorar la calidad de vida, como una alimentación adecuada, acompañada de actividad física planificada y progresiva que, dependiendo de la complejidad de las personas, podrá hacerse sin supervisión y, en los casos más complejos, dentro de un programa de rehabilitación respiratoria supervisado”, detalló Cangiani.
Además, la EPOC puede detectarse mediante una sencilla prueba, la espirometría, que consiste en medir qué cantidad de aire se espira en una espiración profunda lo más rápido posible.
“La espirometría es fundamental pero, lamentabemente, cuando la enfermedad ya está en etapa avanzada, se debe recurrir a la utilización de tratamiento farmacológico. Básicamente se utilizan medicamentos broncodilatadores, que ayudan a disminuir los síntomas de la enfermedad (principalmente el agitamiento), o bien oxígeno adicional, la oxigenoterapia domiciliaria. También hay opciones más complejas, como el trasplante de pulmón, incluso para algunas formas de enfisema hay técnicas reductivas de volumen que pueden ser quirúrgicas o por endoscopía bronquial. Todo este proceso requiere de un seguimiento médico con la participación de nutricionistas y kinesiólogos, un uso adecuado de los medicamentos y, para la enfermedad avanzada, de un correcto tratamiento de oxigenoterapia y de medicina paliativa”, completó el neumonólogo.
Fumadores pasivos y vapeadores
Con respecto a los vapeadores y cigarrillos electrónicos, Cangiani recordó que están prohibidos por la Anmat y que se ha observado el desarrollo de enfermedad pulmonar asociada, que ya fue descripta en varios pacientes que utilizan esos dispositivos con cuadros graves y hasta mortales. "Como están prohibidos por la Anmat, cualquier dispositivo que se adquiera no está regulado de ninguna manera en nuestro país. Tampoco está demostrado que ayude a dejar de fumar, y además, no es seguro, no solo porque provoca daño pulmonar, sino que hubo accidentes y quemaduras por fallas de las baterías de los aparatos. Lo que recomiendo, si alguien quiere dejar de fumar, es que se acerque a los especialistas", apuntó.
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