Desde 1993, cada 3 de mayo se conmemora el Día Mundial de la Libertad de Prensa, proclamado por la Asamblea General de las Naciones Unidas y promovido por los países miembros de la Unesco. Este año, la organización Reporteros Sin Fronteras (RSF) publicó una nueva edición de la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa.

Dicho informe afirma que, en general, la situación es de miedo y tensiones generalizados, y se suma a esto una creciente influencia de los Estados y de los intereses privados en las redacciones. Asimismo, "revela la intensidad de las acometidas de los Estados, de ciertas ideologías y de intereses privados contra la libertad y la independencia del periodismo".

La Clasificación de la RSF señala que, en América, la situación de la libertad de prensa se deterioró en 2015 y esto se explica por las crecientes tensiones políticas en numerosos países, alimentadas a su vez por la recesión económica, la incertidumbre sobre el futuro y los repliegues comunitarios.

Los principales obstáculos al ejercicio pleno de este derecho son la violencia institucional, principalmente en Venezuela y en Ecuador, y el crimen organizado en Honduras, la impunidad en Colombia, la corrupción en Brasil y la concentración de medios de comunicación en Argentina. En Estados Unidos, el problema más grave es la vigilancia en Internet.
 

Los problemas específicos en algunos países

Según la RSF, México, Colombia y la gran parte de los países de Centroamérica padecen los estragos del crimen organizado: carteles, grupos paramilitares y narcotraficantes. El trabajo de investigación es peligroso en estos países, incluso a veces imposible, ante la determinación y el grado de violencia que se alcanza, que incluye las decapitaciones. México está marcado por una larga lista de periodistas asesinados, crímenes relacionados con la corrupción y con el narcotráfico.

El mayor descenso en la Clasificación corresponde a El Salvador, que ha perdido 13 posiciones. Este país, según el estudio, se encuentra corroído por la violencia de los carteles. Se asegura que situación no ha dejado de deteriorarse desde 2014, cuando Salvador Sánchez Cerén asumió como presidente y acusó a los medios de comunicación de participar en una “campaña de terror psicológico” contra su gobierno.

Se considera que en el continente americano es común que las autoridades ejerzan cierto control sobre los medios de comunicación. En Panamá el acceso a la información sigue parcialmente bajo el control del Estado y la cobertura de temas delicados, como la corrupción, da lugar a procesos legales por difamación. Los países en los que la situación de la libertad de prensa se encuentra en peor estado son, desde hace tiempo, Venezuela, donde la prensa de la oposición y los medios de comunicación independientes intentan sobrevivir a las intimidaciones y maniobras del presidente Nicolás Maduro, y Cuba, donde el régimen de Raúl Castro sigue controlando casi por completo la información.

La contracara es Costa Rica, país que sigue a la cabeza de la Clasificación de la región, e incluso se encuentra en el grupo de los diez primeros países a escala mundial. Posee legislación muy favorable para la prensa y un verdadero reconocimiento de la profesión periodística. Además, es el único país de Centroamérica que no padece altos índices de corrupción y las consecuencias que estos generan en el acceso a la información. Jamaica y Canadá completan el podio, incluso a pesar de que este último ha perdido diez puestos respecto del informe del año pasado, ya que ahí la libertad de prensa sufrió mucho a finales del mandato del primer ministro Stephen Harper.