Como un billete de lotería ganador encontrado después del sorteo. Esta sería la suerte de las mujeres si el proyecto que la senadora radical Claudia Najul presentó hace exactamente un año se tratara la próxima semana –tal y como está pautado– en la Cámara Alta Provincial. Lo que pretende la iniciativa es que se respete un cupo femenino del 30 % en los cargos de la Suprema Corte de Justicia, que no tiene una mujer entre sus integrantes desde que se jubiló la abogada Aída Kemelmajer de Carlucci, hace ya cinco años.

Si bien el proyecto tuvo buena recepción entre los legisladores de todos los partidos –extrañamente, alguien podría rechazar una iniciativa reparatoria como esta–, la comisión de Legislación y Asuntos Constitucionales, presidida por Carina Segovia (FPV), se tomó nada más y nada menos que doce meses para estudiar la iniciativa. En este tiempo, el gobernador Francisco Pérez ya postuló y el Senado eligió el único cargo disponible en el máximo tribunal de Justicia local, y este fue para un varón: Julio Gómez, exintegrante del Tribunal de Cuentas de la Provincia.

En el medio sucedió una situación muy particular: Pérez había propuesto a una mujer, la exsenadora provincial Miriam Gallardo, que es del sector azul del peronismo. Gallardo no pasó la prueba del Senado porque se consideró que sus antecedentes en el ejercicio de la abogacía no eran suficientes para un alto cargo como este. Entonces, el gobernador postuló a un hombre. Conclusión: la Corte sigue siendo propiedad exclusiva de los varones. Y el proyecto aún espera su media sanción en la Cámara en la que fue presentado.
 

El antecedente

En Legislatura, fue la exsenadora radical Graciela Herranz –quien además estuvo a cargo de la Dirección de la Mujer– la que presentó una iniciativa similar, en el 2004, pero no logró superar la burocracia legislativa y fue a dar al archivo. Esta vez, Najul –ella misma contó que tomó la idea de un proyecto presentado por Victor Fayad en el Congreso Nacional– espera que su propuesta tenga mejor suerte.

De todas maneras, y si los legisladores acuerdan su aprobación, habrá que esperar a que en la Corte se produzca una nueva vacante, situación que no ocurre tan frecuentemente.