Desarmar vínculos violentos para rearmar vidas, el trabajo de la Fundación Sobran Motivos

La Fundación Sobran Motivos es uno de los hogares que, en Mendoza, ofrecen contención a mujeres y personas LGTBIQ+ en situación de violencia de género. Cómo es el trabajo interdisciplinario y cuál es la situación de los refugios en la provincia.

Desarmar vínculos violentos para rearmar vidas, el trabajo de la Fundación Sobran Motivos

Foto: Facebook Fundación Sobran Motivos

Identidad y Género

#3J en Mendoza

Especiales

Julia López

Publicado el 02 DE JUNIO DE 2022

La Fundación Sobran Motivos (FSM) es un centro de contención y refugio para mujeres y sus hijos e hijas en situación de violencia que funciona desde 2012. El trabajo que hacen es interdisciplinario: psicología, trabajo social, abogacía. Están en permanente contacto con las áreas de género de todos los municipios, ya que desde ahí derivan a las mujeres que lo necesitan. Ellas acuden, en algunas ocasiones, de manera espontánea, pero otras derivadas por alguna comisaría o fiscalía. La fundación las acompaña en el incipiente proceso de rearmar sus vidas.

Para hablar de la dinámica de la FSM, dialogamos con una de sus integrantes, la psicóloga Ana Laura Roitman. En la casa, cuya ubicación no se hace pública por seguridad, hay quienes hacen de “operadoras”: tienen bastante trayectoria y las posibilidades de recibir a mujeres las 24 horas y alojar una situación de angustia. “Si llegás a un lugar como este, es porque hay algo en tu vida que se salió de eje”, expresó. En general, las operadoras logran dar contención, pero cuando la situación las desborda, se contactan con la psicóloga que está de guardia permanente.

El objetivo de Roitman es acompañar a las mujeres en situación de violencia y ayudarlas a pensar el vínculo del que están saliendo. Intenta ayudarlas a reconstruir en retrospectiva para que puedan detectar las señales que fueron apareciendo y ellas no pudieron ver, muchas veces por la misma manipulación: “Señales de alarma que, si hubieran podido ver, hubieran tenido la posibilidad, a lo mejor, de elegir otra cosa”. El objetivo es que en sus relaciones futuras, no solo de pareja, puedan detectar ese posicionamiento y moverse de ese lugar. 

Aunque esté clara la violencia, los sentimientos son encontrados. “Es muy difícil desarmar el vínculo”, explicó la psicóloga, porque se trata de una persona con la que eligieron planificar un proyecto de vida. A veces se conserva la idea de que todo puede cambiar o mejorar, y que ese plan se puede retomar. 

Actualmente, en la Fundación Sobran Motivos tienen dos proyectos. Uno empieza en junio y está abierto a la sociedad: se trata de talleres grupales para mujeres cis y trans que han atravesado abusos sexuales.

El otro es un taller de serigrafía que, por el momento, no está funcionando, pero retomarán cuando puedan trasladar las máquinas a la nueva casa. Procuran intercambiar con las mujeres ciertos conocimientos para que puedan empoderarse en cuestiones económicas. Esta instancia es fundamental porque muchas nunca tuvieron experiencias de trabajo fuera del hogar, por lo que les resulta muy difícil pensar en la posibilidad de sostenerse, sostener una casa o una familia.

La casa de la fundación tiene capacidad para veinte personas aproximadamente. La idea es que estén el tiempo que necesiten, algunas dos días, algunas dos meses. Todo depende de distintos factores, como qué sucede con el agresor o si ella cuenta con familiares o amistades que la reciban. Como, en general, trabajan con población de recursos económicos bajos, suele ser difícil configurar una red de contención en su círculo, alejada del agresor.

En la casa se respetan completamente el proceso y los deseos de cada mujer que entra. Nunca son obligadas a hablar si no están preparadas. En un principio, trabajan individualmente porque necesitan un espacio de mayor intimidad. Además, se las habilita para que su cotidianeidad no se vea afectada drásticamente: salen, hacen trámites, tienen actividades, se juntan con personas –fuera de la casa–.

Los recursos económicos de la FSM tienen origen diverso. Por una parte, cuentan con el apoyo del Estado y, por otro, de empresas que pagan distintos servicios: una solventa las viandas diarias; otra, el servicio de emergencias; otra, el sistema de seguridad. Además, a veces incorporan financiamiento de convenios y siempre reciben donaciones: de productos de higiene personal o de ropa, que son muy importantes porque es común que las mujeres y sus hijas e hijos lleguen solo con lo puesto.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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Aunque la mayoría llega al refugio por derivación de las áreas de género del Estado, la Fundación Sobran Motivos tiene sus propias vías de contacto por Instagram, Facebook o teléfono fijo al (261) 4282938.

 

¿Cuál es la situación en Mendoza?

En el ámbito de la Dirección de Género y Diversidad de la provincia, existe el programa “Hogares de protección para mujeres y comunidad LGTBIQ+ en situación de violencia de género”. Cuenta con una red de 13 refugios en Mendoza, para los cuales tanto la Dirección como las administraciones municipales descentralizan fondos.

Del total de hogares, uno es de administración central; otro, por convenio con la FSM y once son municipales. Estos últimos están distribuidos entre Malargüe, Tunuyán, San Carlos, General Alvear, Godoy Cruz, Guaymallén, Santa Rosa, La Paz, Las Heras, San Rafael y San Martín –actualmente cerrado por remodelaciones a cargo del departamento–.

“La derivación o ingreso a los refugios se hace a través de las áreas de género municipales o de la Dirección de Género (...) El criterio es, primero, buscar las redes de las mujeres”, señaló Belén Bobba, a cargo de esta oficina. Salvo que estén en riesgo y sea fundamental la derivación a un hogar, lo mejor es que acudan a redes propias de amistades o familias que las puedan contener, explicó la funcionaria. Por eso, el criterio de admisión se elabora de acuerdo a una evaluación interdisciplinaria.

violencia de género, ni una menos, fundación sobran motivos,