Desafíos de la educación superior: defender la universidad pública y adaptarse a las demandas sociales

Son las consignas que propusieron Mónica Marquina y Adolfo Stubrin, especialistas que participaron en la cumbre latinoamericana sobre la temática, que se realizó en la UNCUYO.

Desafíos de la educación superior: defender la universidad pública y adaptarse a las demandas sociales

En el encuentro se plantearon desafíos comunes de la universidad pública, como dar respuestas a un nuevo perfil del estudiantado. Foto: Undiversidad

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Verónica Gordillo

Publicado el 02 DE OCTUBRE DE 2024

Defender a la universidad pública frente a los recortes presupuestarios y, al mismo tiempo, profundizar los cambios que buscan dar respuestas a un mundo y a un estudiantado distintos. En esos dos aspectos coincidieron Mónica Marquina y Adolfo Stubrin, que participaron en la Cumbre Latinoamericana de Educación Superior, que se realizó en la UNCUYO.

El título de la cumbre, “Tradición, innovación y disrupción: reimaginando la educación superior en el siglo XXI”, refuerza los conceptos de Marquina y Stubrin. Ambos expresaron a Unidiversidad la necesidad de sostener la historia, la excelencia del sistema y, al mismo tiempo, acelerar las innovaciones que permitan responder a las demandas sociales, laborales, tecnológicas, estudiantiles. En suma, a un mundo que cambia en forma acelerada.

Hubo otro concepto en el que coincidieron: la necesidad de tener flexibilidad para cambiar, justamente, en el contexto actual en el que el Gobierno nacional analiza vetar la Ley de Financiamiento Universitario, por lo que el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) –y la UNCUYO, que lo integra– convocó a una nueva marcha en defensa de la educación superior pública, gratuita y laica para este miércoles 2 de octubre.

Dijo Marquina, especialista en Educación Superior e investigadora del Conicet: “Creo que lo peor que nos puede pasar en este momento es quedarnos resistiendo cualquier embate, en este caso del Gobierno, sin cambiar. Creo que la mejor señal para la sociedad que está mirando muy atenta todo lo que está pasando es mostrarle que estamos dispuestos a defender la universidad pública, pero también que estamos dispuestos a atender las necesidades que la sociedad nos pide. Y eso significa cambiar algunas estructuras históricas que no están en línea con esas necesidades y mostrarnos flexibles, atentos a lo que hoy los estudiantes y la sociedad necesitan”, fueron sus palabras.

Sostuvo Stubrin, doctor en Ciencia Política y exsecretario de Educación: “El Gobierno tiene una ideología de producir un ajuste muy rabioso sobre el gasto en las universidades, pero creo que ni las instituciones, ni la sociedad, ni el sistema político, ni el Congreso van a convalidar semejante propuesta. Estamos en un momento de resistencia, pero también de contraofensiva, en el sentido de que creo que estamos en condiciones de hacer saltos meritorios del desempeño institucional como para decirle a la sociedad que el dinero invertido en la actividad educativa en general y universitaria en particular está bien invertido”. comentó.

Marquina planteó que el momento actual es, al mismo tiempo, un desafío y una oportunidad para empezar a pensar el cambio y la innovación. Foto: Unidiversidad

Radiografía latinoamericana

La conferencia del sociólogo chileno José Joaquín Brunner dio inicio al encuentro. El director de la Cátedra Unesco de Políticas y Sistemas Comparados de Educación Superior brindó una radiografía del sector en Latinoamérica. Detalló que incluye 10 mil instituciones, de las cuales 3500 son universidades y, el resto, institutos de educación superior, y que entre todas aglutinan a 27 millones de estudiantes.

El profesor emérito de la Universidad Diego Portales planteó desafíos comunes del sistema, unos relacionados con políticas públicas, y otros, con la práctica educativa. Entre los primeros, nombró el financiamiento ya que, si bien aclaró que Argentina se encuentra en una situación especial, es un problema común en la región y la gestión por separado de las instituciones públicas y privadas (cuya matrícula creció) sin una política común que las integre desde lo público. Entre los segundos, enumeró la necesidad de adaptar las prácticas docentes para recibir un alumnado con trayectorias muy débiles, que, al mismo tiempo, plantea nuevos modelos de aprendizaje, así como vincular expansión, equidad y empleabilidad; el análisis de la extensión de las carreras y, en este sentido, la posibilidad de acortarlas y de plantear ciclos comunes.

Luego, un panel integrado por cuatro especialistas se explayó en las problemáticas comunes del sistema. Fueron Ana Fanelli, doctora en Economía y magíster en Ciencias Sociales; Pablo Landoni-Couture, vicerrector académico de la Universidad ORT de Uruguay; el físico, profesor e investigador mexicano Salvador Malo Álvarez, y Andrés Bernasconi, profesor titular de la Facultad de Educación de la Universidad de Chile.

El grupo coincidió en varios aspectos: la expansión del sistema en Latinoamérica, la necesidad de mejorar la tasa de graduación, de atender a los cambios demográficos, específicamente, la baja en la tasa de natalidad en la región. También, el nuevo perfil del alumnado, la necesidad de modificar la forma de enseñanza y los problemas de financiamiento, que se repiten en toda la región.

"La situación de América Latina es muy parecida, pero las respuestas van a ser, seguramente, diferentes en cada país", dijo Stubrin. Foto: Unidiversidad.

Respuestas particulares a problemas comunes

Marquina y Stubrin opinaron sobre las problemáticas que plantearon los expertos, que, aseguraron, forman parte de los debates y las posibles soluciones que deben dar hacia el interior del sistema.

Marquina expresó que, si bien las problemáticas son comunes, las respuestas deben delinearse al interior de cada país. “Aquí quedó claro que no hay una realidad de América Latina y otra de Argentina, todo forma parte de lo mismo: el desaceleramiento demográfico, los intereses de los estudiantes que están yendo por otros lados y no por las carreras tradicionales, los problemas de financiamiento, que son aspectos comunes. El tema es ver cómo cada país, cada sistema, enfrenta esos problemas. Y ahí es cuando Argentina, con las particularidades que tiene hoy y con su propia historia, puede dar respuesta a eso. Creo que, además de ser un gran desafío, es una gran oportunidad para empezar a pensar el cambio y la innovación”, dijo Marquina.

Stubrin coincidió en la necesidad de buscar respuestas locales a problemas regionales. “La situación de América Latina es muy parecida entre todos los países, pero las respuestas van a ser, seguramente, estratégicamente originales y bastante diferentes en cada país. Aquí hemos compendiado un montón de aspectos que no se pueden resolver en un minuto y para los cuales no creo que nadie tenga una solución mágica, sino que son temas para debatir en profundidad e ir combinando respuestas prácticas, operativas, respuestas institucionales, organizacionales y políticas, junto con una profundización de la discusión y un seguimiento muy estrecho, muy directo, del avance de la situación”, expresó.

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