"Puedo dar fe de lo que vi. Fui a la Comisaría 27, donde estaban detenidas cuatro mujeres. Solicité verlas. Dos son menores, y habían sido golpeadas y les arrojaron gas pimienta. Las mayores estaban en calabozos de 2 x 2, sin agua ni baño. Una de ellas estaba muy golpeada; tenía la cara hinchada y le dolía la cabeza. Estaba aterrorizada y enfurecida". Así describió Fernando Rule, integrante de la Comisión Provincial de Prevención de la Tortura, el panorama con el que se encontró el lunes 28. Fuera de la Comisaría, el referente habló con otra chica, quien había estado en la redada también y había sido mordida por un oficial, según sus dichos. En la mano tenía una herida que atestiguaba el hecho.

Diario UNO publicó que, según voceros de la fuerza, dos jóvenes oficiales, "un hombre y una mujer, intentaron detener a cuatro personas que se encontraban en actitud sospechosa. En ese momento, este grupo, junto a algunos vecinos, comenzaron a apedrear a los uniformados". Los oficiales resultaron heridos, el patrullero terminó con graves daños y  cuatro mujeres fueron detenidas.

Rule dijo que la explicación que le dio la policía sobre el operativo fue "somera" y que "se estaba buscando a un hombre, que el resto de los familiares y amigos ofreció resistencia física y se desató ese lío". Sin embargo, destacó que la policía no le indicó que el personal hubiese sufrido pedradas o daños, sólo que los trataron muy mal. "No me consta que sí, pero tampoco que no", aclaró.

Con todos esos datos, Rule se comunicó con el Procurador de las Personas Privadas de la Libertad, Fabricio Imparado, ya que esa es su función oficial como jefe de la Comisión Provincial de Prevención de la Tortura. Sin embargo, advirtió que no le quedó claro a quién buscaban ni por qué, dónde se realizó la redada y por qué hubo disparos. "No queda claro, en definitiva, por qué un operativo siempre en un barrio pobre, por qué con armas, si había orden de allanamiento, si entraron en la casa", argumentó.

En este sentido, el referente dijo que este tipo de operativos se ha legitimado con el aval político y cultural de la clase media. "Y esto tiene su origen, en este caso, en la famosa facultad de la policía para detener a cualquier ciudadano por averiguación de antecedentes. Eso fue un gran error que estamos pagando", cerró.