De la apropiación en la dictadura a la restitución de su identidad: los casos relacionados con Mendoza
En menos de una semana, Abuelas de Plaza de Mayo anunció la resolución de dos nuevos casos: el nieto 131, hijo de una pareja mendocina, y el nieto 132, hijo de una militante tucumana. Esta lucha de décadas tiene su correlato local: mendocinas secuestradas embarazadas, niñas y niños víctimas de apropiación dentro y fuera de la provincia. La búsqueda continúa.
La lucha de Abuelas de Plaza de Mayo por la restitución de la identidad de nietos y nietas apropiadas tiene su correlato en Mendoza. Foto: www.canalc.com.ar
El 22 de diciembre del 2022, Abuelas de Plaza de Mayo anunció la restitución de la identidad del nieto 131, hijo de una pareja mendocina que emigró a Buenos Aires en el contexto de la represión. Seis días después dieron a conocer al nieto 132, Juan José, cuya madre fue secuestrada en Tucumán. Las tramas de algunas de estas historias se ubican en Mendoza y otras tienen a personas nacidas en la provincia como protagonistas. La lista está incompleta y, por eso, la búsqueda continúa.
Estos hechos se han dado a conocer por múltiples medios y los juicios por delitos de lesa humanidad son, aún hoy, fundamentales para revelar verdades. Durante el juicio que se desarrolló en Mendoza entre noviembre de 2018 y marzo de 2019 por la apropiación de Claudia Domínguez Castro —nieta 117—, el fiscal Dante Vega aportó una interesante y exhaustiva sistematización. La fiscalía elaboró una valiosa lista que enumera a 23 niños y niñas que en Mendoza fueron, de una u otra manera, víctimas de la represión estatal.
Partos en cautiverio
Por un lado hay quienes nacieron en cautiverio, porque sus madres fueron secuestradas embarazadas, y recuperaron su identidad. Es el caso de Claudia, hija de Walter Domínguez y Gladis Castro, cuyo caso se conoció en 2015 y se transformó en la nieta 117. El secuestro de la pareja fue perpetrado en diciembre de 1977 y la mujer fue mantenida con vida hasta marzo, cuando nació la niña. Hubo tres condenas por este delito: el exmilitar Segundo Héctor Carabajal, quien la entregó, fue condenado a 15 años de prisión y quienes la registraron como hija biológica, Julio Bozzo y Antonia Reitano, recibieron penas menores.
En la misma categoría se encuentra Miriam, hija de María del Carmen “Pichona” Moyano y Carlos Poblete, cuya identidad fue restituida en 2017. La mujer era mendocina y el hombre, sanjuanino. La pareja fue secuestrada en Córdoba y a ella la trasladaron a la maternidad clandestina de la ESMA, en Buenos Aires, para dar a luz antes de desaparecerla. El oficial de inteligencia del D2 de Mendoza, Armando Osvaldo Fernández ,la anotó como hija biológica y en el juicio por el caso recibió la pena de diez años de prisión. También condenaron a su esposa y a otro policía que ofició como testigo en el registro.
Ilustración: Max Aguirre
A este mismo grupo pertenece el nieto 131, hijo de Lucía Ángela Nadín y Aldo Hugo Quevedo, un matrimonio mendocino que militaba en el Partido Revolucionario de los Trabajadores - Ejército Revolucionario del Pueblo (PRT-ERP). Por la persecución, emigraron a Buenos Aires en el 76 y al año siguiente fueron víctimas de desaparición forzada. Ella estaba embarazada de dos o tres meses y la mantuvieron con vida hasta el parto. El bebé nació en cautiverio entre abril y mayo del 78, quizás en la ESMA.
De todas maneras, hay casos de mujeres secuestradas embarazadas con hijas e hijos cuyas identidades aún no se restituyen: los casos de Adriana Bonoldi, casada con Marcelo Carrera, cuyos secuestros fueron en diciembre y noviembre de 1976, respectivamente, y el de María Inés Correa Llano, pareja de Carlos Jakowczyk, que desaparecieron a mediados de ese año. También hay información de que Olga Inés Roncelli cursaba un embarazo cuando la detuvieron ilegalmente pero, según testimonios, fue asesinada en el D2 sin dar a luz.
???? Felicidad por la restitución de identidad del hijo de Lucía Nadin y Aldo Quevedo.
Bienvenido a la verdad #Nieto 131 ????https://t.co/1SqN6UnyGQ pic.twitter.com/2F0hZborxC— Abuelas Plaza Mayo (@abuelasdifusion)
Infancias nacidas en libertad y apropiadas
Por otro lado, son dos niños y una niña quienes fueron secuestrados con sus padres y madres y, años después, restituyeron su identidad. El primero de estos casos es el de Ernesto Sebastián, hijo de Oscar Ramos y Ana María Bakovic, nacido a principios del 74. La mujer fue detenida en abril del 75 y cuando la trasladaron a la Penitenciaría de Mendoza el niño se quedó con ella. Pero solo podía permanecer allí hasta los dos años de edad, entonces el pequeño pasó al cuidado de Ángel Felipe Miranda, hermano de una compañera de cautiverio. Oscar permanecía en la clandestinidad y en septiembre del 76 pudo juntarse con Ernesto Sebastián. Padre e hijo fueron secuestrados.
Para esa época, Ana ya había sido trasladada a la cárcel de Devoto y desde allá comenzó a reclamar por el niño, sin resultados. Siguió buscando desesperadamente cuando quedó en libertad, preguntó en juzgados, en la Casa Cuna, consultó libros de registros, pero no obtenía respuestas. En febrero de 1984, contó Bakovic en un juicio de lesa humanidad, una señora le dijo que sabía dónde estaba su hijo. Con esos datos revolvió los archivos del juzgado nuevamente y entre los NN lo encontró. La jueza la contactó con la familia que lo tenía y ella fue a verlo: “Hola, mami, ¿y el papi?”, le preguntó el niño. Oscar Ramos continúa desaparecido.
El segundo de estos casos es el de Celina Rebeca, nieta 87, hija de Alfredo Mario Manrique y Laura Noemí Terrera. La familia fue secuestrada cuando volvía de San Juan, a fines de julio de 1977. La niña tenía ocho meses y fue entregada a otra familia. En 2006, un comunicado anónimo advirtió al Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos (MEDH) de Mendoza reconocer a la niña cuya fotografía aparecía en una serie televisiva sobre la apropiación de menores durante la dictadura. El MEDH reactivó la causa ante el juzgado federal, desde donde ordenaron los análisis genéticos que confirmaron la identidad de la mujer. Por este caso condenaron al exjuez federal Otilio Romano y al coronel y exjefe de Inteligencia (G2) VIII Brigada de Infantería de Montaña, Paulino Enrique Furió.
El tercer caso de este grupo es el de Carlos Alberto, hijo de Francisco Goya y Lourdes Martínez Aranda. El hombre, chaqueño y militante de Montoneros, conoció a la mujer en su exilio en México. En el 79 viajaron a España, donde nació el pequeño, a quien originalmente llamaron Jorge Guillermo. La familia fue secuestrada en julio de 1980, cuando intentaba ingresar a Argentina por Las Cuevas, Mendoza.
Separaron al niño de Francisco y Lourdes —quienes fueron víctimas de desaparición forzada— y sus familiares comenzaron una ardua búsqueda. Emilio Goya —hijo del primer matrimonio del hombre— dio con el acta de nacimiento en el país europeo y la investigación cobró fuerza con una denuncia ante el Equipo Argentino de Antropología Forense. Lograron saber que el pequeño fue anotado bajo el nombre de Carlos Alberto y comenzaron las acciones judiciales. En julio del 2008, el Banco Nacional de Datos Genéticos confirmó la filiación de Carlos, quien no solo conoció a su hermano sino también a la mamá de su papá, Pilar Goya, histórica militante de Abuelas de Plaza de Mayo fallecida en 2016.
El resto de menores de edad que integran la lista que elaboró la fiscalía de la Justicia Federal de Mendoza, fueron secuestrados y secuestradas junto con sus padres y madres pero prontamente volvieron a sus familias. Se trata de Ángela Urondo Raboy, Yanina Rossi Ferrón, Martín Alcaraz Campos, Jimena y Guadalupe Olivera Rodríguez, Antonia Muñoz Larrieu, Alejo Hunau Ontivero, Mauricio y Natalia Galamba Morales, Josefina y Soledad Vargas Sarmiento, Mariano Morales Rúpolo, Laura Rita Montecino Núñez, María Laura y Martín Carzolio Tissone.
La búsqueda continúa
Entre el anuncio del nieto 130, Javier Matías Darroux Mijalchuk, y el del 131 pasaron alrededor de 1300 días, el periodo más largo sin restituir la identidad de nietas y nietos víctimas de apropiación. En Mendoza no hay sede de Abuelas pero las consultas y denuncias pueden realizarse ante el Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos, cuya comisión de Identidad trabaja en estos casos. Funciona en la Fundación Ecuménica de Cuyo, el teléfono es 4230037 y su correo electrónico, medhmendoza@gmail.com. Pueden comunicarse todas las personas que hayan nacido entre el 75 y el 80 y tengan dudas sobre su identidad o quienes conozcan a alguien en esa situación.
Fuente: www.lesahumanidadmendoza.com y www.abuelas.org.ar
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