De iglesia a un asilo de mendigos: qué aportan los nuevos descubrimientos en el Área Fundacional
Los hallazgos son parte de los trabajos que lleva adelante un equipo del Conicet en el exhogar San Vicente de Paul. Permiten profundizar en el conocimiento del desarrollo urbano y de las formas de vida de las sociedades en tiempos prehispánicos, coloniales y republicanos.
En nuevas investigaciones de arqueología urbana realizadas por el Conicet, se descubrieron restos de antiguos habitantes de Mendoza. Foto: gentileza Horacio Chiavazza
En nuevas investigaciones de arqueología urbana realizadas por el Conicet se descubrieron restos de antiguos habitantes de Mendoza. Los hallazgos se produjeron en la manzana sur del Área Fundacional, en el exhogar San Vicente de Paul, y permitieron recuperar evidencia de los sucesivos edificios que ocuparon el predio.
Así, los trabajos que se llevan adelante en torno al proyecto “Distrito Fundacional” de la Secretaría de Ambiente de la Municipalidad de Mendoza permitieron detectar restos humanos, arqueobotánicos y arqueofaunísticos. Entre los hallazgos, se destacan los restos de un infante encontrados en lo que habría sido el interior de la iglesia Matriz, construida en el siglo XVIII, como así también evidencias de restos del antiguo Asilo de Mendigos de fines del siglo XIX.
Las investigaciones se realizaron en un marco interinstitucional que involucra a especialistas del Conicet, al Centro de Investigaciones Ruinas de San Francisco (Área Fundacional de Mendoza) y al equipo del laboratorio de Arqueología Histórica y Etnohistoria de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNCUYO. La investigadora Cristina Prieto-Olavarría y el becario Sebastián Silvestri, del Grupo de Historia Ambiental del Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales (Ianigla, Conicet-UNCUYO-Gobierno de Mendoza), forman parte del equipo de expertos y expertas.
Vista general de la excavación de uno de los sondeos. Foto: gentileza de Cristina Prieto-Olavarría
“Participar de este proyecto sociocultural nos ha permitido abordar tres aspectos relevantes. Primero, poner a la ciencia, particularmente a la arqueología, al servicio de la comunidad de la ciudad de Mendoza. Por otra parte, obtener registro arqueológico para profundizar en el conocimiento del desarrollo urbano y de las formas de vida de las sociedades en tiempos prehispánicos, coloniales y republicanos, como, por ejemplo, la dieta, la salud, la tecnología, el uso y explotación de recursos animales, vegetales y minerales, entre otros. En tercer lugar, hacer docencia y aportar a la formación de estudiantes universitarios en la escuela de arqueología que organizamos dentro del proyecto”, afirmó la investigadora.
Entre los aspectos importantes del proyecto, se destaca la recuperación de restos humanos, algo habitual en los terrenos que ocuparon antiguas iglesias, puesto que en el interior y exterior de los templos se realizaban los enterratorios. En este predio se construyó el Asilo de Mendigos de la Ciudad posteriormente al terremoto de 1861, y luego, el Hogar de Ancianos San Vicente de Paul. Según explicó la arqueóloga, los restos encontrados en las excavaciones corresponden a esos antiguos entierros de la Iglesia Matriz, los que fueron removidos a causa del movimiento de suelos y pasaron a formar parte del relleno de los patios actuales.
Los hallazgos forman parte de los estudios patrimoniales del predio que se realizan de cara al megaproyecto "Distrito Fundacional"
Estos hallazgos son parte de un proceso de varias semanas de trabajo que implicó recuperación y saneamiento de este sitio abandonado desde 2012. Horacio Chiavazza, docente de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNCUYO, es quien lleva adelante la coordinación del proyecto. Aclara que el diagnóstico de los cinco sondeos ha permitido detectar, en primer lugar, los restos del antiguo Asilo de Mendigos, edificio de adobe que se construyó hacia fines del siglo XIX y que estuvo en pie hasta 1959; en segundo término, parte de los cimientos de la Iglesia Matriz construida en el siglo XVIII y que se destruyó en el terremoto de 1861.
Entre los investigadores, hay docentes de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNCUYO, por lo que, durante las excavaciones, se llevó a cabo la Segunda Escuela Arqueológica de Campo, que convocó a estudiantes de las carreras de Arqueología, Historia y Turismo de esa facultad.
Fuente: Conicet
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