Cuando faltan apenas tres días para el domingo 22, Daniel Scioli, el candidato a presidente del Frente para la Victoria, pasó por Mendoza. Se mostró abrigado por el calor de los militantes locales y por los intendentes peronistas que retuvieron sus mandatos por un nuevo período en las elecciones pasadas.

Fue un acto brevísimo, con un discurso de apenas cuatro minutos y un aun más escueto contacto con la prensa. Por supuesto, Scioli visitó el desarrollo urbanístico que el Procrear construye en la Sexta Sección de Ciudad sin la presencia de Paco Pérez, el gobernador de Mendoza que estaba (¿aún está?) en Buenos Aires haciendo trámites ante el Banco Nación por financiamiento provincial.

El paso del candidato oficialista fue parte de la gira que incluyó Córdoba y San Juan. Sin grandes declaraciones, el postulante se instaló en la megaobra de las futuras torres de Suipacha y Tiburcio Benegas, en plena Ciudad de Mendoza, trabajos financiados con fondos de la Anses. Por eso, estuvo también el titular de ese organismo, el mendocino Diego Bossio.

En esta etapa final de la campaña, se hace notar que Scioli es sostenido por el kirchnerismo con la figura de Carlos Zannini (vice de Scioli y hombre fuerte del actual gobierno) y por el peronismo que pretende superarlo pero no aplastarlo, encarnado por el gobernador salteño Juan Manuel Urtubey.

Los medios destacan la reafirmación de las promesas que fueron hechas antes de las elecciones generales del domingo 25 de octubre. En el menú de ratificación de compromisos de Scioli, los medios impresos destacan que si llega a la Presidencia le aumentará a Mendoza la coparticipación federal y se hará cargo del excedente vínico para reactivar la industria vitivinícola.

En el día de la visita a la Provincia antes mandó mensajes a su contrincante Mauricio Macri. “Macri es devaluación, yo quiero que la gente se vaya de vacaciones feliz”, remarcó el sitio del diario La Nación.