Finalmente hoy, uno de los hombres de mayor confianza del gobernador Alfredo Cornejo se sentó por primera vez en su sillón de juez de la Suprema Corte de Mendoza. El primer mandatario y el presidente de ese cuerpo, Jorge Nanclares, presidieron el acto de toma de juramento a Dalmiro Garay.

“Ha sido un estratega jurídico en la defensa del Estado y siempre estuvo del lado del interés público. Ha liderado las reformas más ambiciosas”, dijo el Gobernador a la hora de ponderar la figura de este abogado, egresado de la Universidad Nacional de Cuyo, magíster en Derecho Administrativo de la Economía, que con 45 años se convirtió en el miembro más joven de la Corte, luego de que el mandatario provincial lo propusiera para ocupar el cargo que Alejandro Pérez Hualde dejó tras anunciar su jubilación.

Cornejo transparentó, una vez más, que cuando eligió a Alejandro Gullé como procurador de la Corte, a José Valerio como juez de la Suprema Corte para reemplazar al renunciante Hernán Salvini, y ahora a Dalmiro Garay para ocupar cargos en el Poder Judicial, buscó que compartieran una visión del Estado con “una economía más sana, una sociedad armónica y consolidar instituciones fuertes que regulen nuestro funcionamiento”.

Por su parte, Nanclares puso en valor los trabajos realizados junto a Garay. A modo de ejemplo, citó las modificaciones realizadas al Código Civil. “Mendoza es una provincia a la vanguardia en materia de reformas judiciales. Junto a Garay, vamos a poder continuar con esta gestión que hemos encarado”, agregó el presidente de la Corte.

En tanto, el propio Garay manifestó: “En este acto, asumo el compromiso de administrar justicia, sin importar las personas que acudan a pedirla. Quiero hacer un formal compromiso por la constitucionalidad de Mendoza, reafirmando mi total comunión con la división de poderes. Hoy el ciudadano exige cada vez más de sus servidores, pidiendo cada vez más transparencia. Es por ello una necesidad de este poder generar los consensos necesarios hacia adentro y hacia afuera del servicio en pos de reinventar las formas de relación con el justiciable”.