El consumo de aceite de cannabis en tratamientos para personas con epilepsia refractaria comenzará a tratarse este martes 14 de febrero en la Legislatura provincial. En Mendoza, el proyecto presentado por la senadora Patricia Fadel propone la cobertura del medicamento por parte del Estado y pide la incorporación en el vademécum de las obras sociales y prepagas. Sin embargo, hay muchos temas que no están claros y es por esto que la Comisión de Salud pública abordará las falencias que tiene el proyecto.

La diputada Liliana Pérez (UCR) adelantó a Unidiversidad que el trasfondo de la discusión es complejo y dio los motivos: no hay estadísticas ni evidencia científica sobre los efectos adversos de la droga, el medicamento no es curativo y no está clara la responsabilidad que le corresponde al Estado, puesto que el proyecto contempla la compra del medicamento para las personas que no tienen cobertura. Al mismo tiempo, la funcionaria señaló que el fármaco no está aprobado por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica Anmat) y es difícil que las obras sociales se hagan cargo de la compra. El principal argumento son los elevados costos que tiene importar el fármaco (en el exterior cuesta casi 400 dólares), más los gastos que implica para las familias retirar el medicamento de la aduana.  

Pérez aseveró que tienen contacto con la ministra de Salud, Claudia Najul, para agregar un protocolo y hacer un seguimiento de los pacientes y, de esa manera, saber si los agregados funcionan y avanzar en investigaciones. “Hay beneficio, el problema es que aún no está aprobado y al mismo tiempo tenemos que tratar de que haya control”, agregó la diputada.

El director del Observatorio de Salud Pública y Problemáticas de Consumo, Sergio Saracco, agregó que es importante la figura del neurólogo, que es quien debe seguir el proceso, y alertó a los padres de no caer en la automedicación. Al mismo tiempo pidió no confundir principios activos de la planta de cannabis y, en especial, entender qué es el cannabidol, uno de los 400 compuestos de la planta, y que su composición no tiene acción psicoactiva sino relajante.

Para que el aceite de cannabis sea considerado un fármaco debe tener un alto nivel de pureza, no debe tener agregados y se debe poder estandarizar para saber cuáles son los efectos adversos y las contraindicaciones. Según el especialista, la poca evidencia recolectada demostró que los efectos sobre las personas varían de acuerdo a cada situación: en algunos casos puede tener buena respuesta, en otros no tiene resultado y en otros puede tener efectos complejos. "Todo tratamiento médico que se suministra debe ser guiado por un especialista", señaló.
 

La ley a nivel nacional

En octubre de 2016 el Senado de la Nación aprobó el proyecto de ley que autoriza al Estado a importar y distribuir el aceite de cannabis para tratar determinadas enfermedades. La iniciativa se votó con 221 votos a favor y un voto en contra.

Según lo que indicaron en su momento, la ley incluyó la modificación para que el INTI y Laboratorios Nacionales puedan realizar el cultivo del aceite de cannabis destinado a la investigación.También dispone que la Anmat permitirá la importación de aceite de cannabis cuando sea requerida por pacientes que presenten las patologías contempladas en el programa, y no consideró el autocultivo.
 

Epilepsia refractaria

La epilepsia refractaria es una enfermedad neuronal en la que los medicamentos no hace efectos sobre el paciente en la medida en que aumenta la cantidad de episodios diarios. La  Liga Internacional contra la Epilepsia (ILAE) explica que se trata de una enfermedad resistente al tratamiento con dos fármacos antiepilépticos adecuadamente elegidos y pautados.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), afecta a alrededor de uno de cada 100 individuos en todo el mundo. Se trata de un trastorno con una tasa elevada de muerte prematura en comparación con la población general.