Cuál es el camino para unificar los códigos de verificación sismorresistente en Mendoza
El Ministerio de Infraestructura planteó la necesidad de que haya una metodología en común a la hora de construir en Mendoza, ya que actualmente existen reglamentos municipales diferentes. ¿Cuántas fallas geológicas hay en la zona urbana? ¿Quién debe controlar las construcciones?
Especialistas tiene dudas sobre los controles de sismorresistencia en las construcciones de Mendoza. Prensa Gobierno de Mendoza
En la provincia de Mendoza "hay un serio problema", dicen las y los expertos. Es que, actualmente, existen diferentes reglamentos o códigos, según la municipalidad correspondiente, para realizar construcciones, y cada una posee un nivel de riesgo y seguridad distinto. Especialistas coinciden en que “esto no puede permitirse en un territorio donde los sismos son frecuentes y, cada tanto, de importante intensidad”.
De hecho, como cada comuna se rige según lo estipulado en su respectiva ley municipal, ahora se busca contar con un sistema unificado que brinde mayor seguridad en las construcciones civiles. Por este motivo, el Ministerio de Planificación e Infraestructura impulsa un proyecto para unificar criterios de verificación sismorresistente que sean comunes en todo el territorio provincial. En ese sentido, cabe destacar que tanto Mendoza como San Juan tienen códigos de edificación y de prevención sísmica,que rigen desde principios del siglo pasado (1923) y cuya aplicación y seguimiento son, según las personas consultadas, poco estrictos, aunque se busca afinar sus criterios.
Esta propuesta se planteó en una reunión de Casa de Gobierno en la que participaron secretarios de obras públicas, representantes de los colegios de arquitectos, de ingenieros, de agrimensores, de Defensa Civil, del Instituto de Geología y del Instituto Nacional de Prevención Sísmica (Inpres). Las distintas autoridades presentes coincidieron en la necesidad de avanzar en esta línea, que permitirá no solo revisar ingenierías de construcción, sino que también optimizará los recursos.
Reunión en Casa de Gobierno. Unificación de criterios de verificación sismorresistente. Fuente: Prensa Gobierno de Mendoza
“La base de esta reunión nació hace dos años y tiene como fin la elaboración de un proyecto más abarcativo, que involucra al nuevo código de verificación sismorresistente y su unificación en los distintos departamentos de Mendoza. Esto no solo implica la parte que tiene que ver con lo sismorresistente, sino también otras disciplinas, como las urbanas y las arquitectónicas público-privadas. A grandes rasgos, esta idea contempla que todo mendocino o mendocina que desee construir, más allá del estilo de construcción, desarrollo o en cualquiera de las 18 municipalidades, cuenten con un criterio unificado para la presentación del plano: mismo rótulo, mismo proceso de corrección y mismos parámetros para su revisión sismorresistente”, expresó a Unidiversidad el ministro de Planificación e Infraestructura, Mario Isgro.
Según el ministro, ya se tiene un cuerpo borrador de un proyecto que pronto será elevado a la Legislatura para su tratamiento. “De ser aprobado, sería un beneficio para todas las administraciones municipales porque se ordenaría la manera de construir en la provincia. Algo importante a destacar de esta unificación de códigos es que se respetará y se pondrá en valor la vieja ley de autonomía municipal. Por ejemplo: hay patrones urbanísticos que no pueden ser implementados en una zona desértica o agrícola. Por eso la independencia municipal. Mas allá del tipo de construcción, lo que la unificación de códigos viene a realizar es que, cuando venga alguien a construir, se tengan parámetros sismorresistentes específicos”, determinó Isgro.
Un código con siglos y falencias
Para Leticia Martínez, presidenta del Colegio de Arquitectos de Mendoza, en tanto, “la unificación de este código no sería la única respuesta a la forma de edificar”.
“Esta unificación de códigos de construcción es un gran paso. Lo que hay que destacar de él es que no tiene nada que ver con el código urbano, de este no se va a modificar absolutamente nada. Todo lo que tiene que ver con los indicadores urbanos, como el suelo, su tipo u ocupación, es independiente e inherente a cada municipio. Aquí lo que se está proponiendo es que en la construcción se aplique el sistema Cirsoc que, grosso modo, posee coeficientes de resistencia más estrictos, rigurosos y seguros, y son muy correctos. Pero de nada sirven si no hay un estricto control”, dijo.
Por su parte, Isgró sostuvo que “Mendoza es una de las primeras provincias del país en tener este tipo de código desde 1923”. “Todas las construcciones que fueron realizadas desde ese año en adelante y presentadas a revisión en esos municipios han tenido ese elemento de control que les ha dado la garantía de ser sismorresistentes. De ahí en adelante, el código ha ido evolucionando y llegamos a que hoy la provincia se encuentra bajo el sistema Cirsoc. Gracias a los controles que se han venido realizando desde esa fecha, aún tenemos casas de adobe o cualquier otro material alternativo al ladrillo en muy buenas condiciones”, subrayó.
Sin embargo, para la presidenta del Colegio de Arquitectos, “hay varios municipios que, por acelerar los tiempos o por falta de recursos humanos, no están realizando los controles o inspecciones requeridas”.
“Hay municipios que dejan las inspecciones abiertas. ¿Eso qué significa? Que el municipio sigue la inspección hasta cierto punto y luego la abandona. De no ir el inspector o quien en realidad tiene que controlar que la estructura esté en óptimas condiciones, se aprueba y queda habilitada sin conocer los riesgos que eso puede generar. Es negligencia, un verdadero peligro, porque nadie la inspeccionó y puede costar una vida. En realidad, lo que se debería hacer no sería solo unificar el código que va a permitir que todos los municipios se manejen de la misma manera, sino también un mayor control de las edificaciones”, remarcó.
Laura Giambiagi, investigadora del Ianigla, exhortó a avanzar en un código que no permita construir sobre los sitios donde las fallas están delimitadas.
Un mapa para sectorizar las fallas sísmicas
Laura Giambiagi, del Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales (Ianigla), indicó que "la entidad viene trabajando en los mapas de sectorización de las fallas geográficas" y, en ese marco, exhortó a avanzar en un código que no permita construir sobre los sitios donde esas fallas están delimitadas.
“Si bien no somos tangenciales al código de verificación sismorresistente, es muy importe el aporte que desde nuestra institución podemos hacer en materia sismológica. Nuestro punto aquí se centra en localizar aquellas estructuras que son potencialmente sismológicas y que pueden ocasionar daño a las construcciones edilicias de Mendoza. Hablamos de fallas con antecedentes geológicos en las que no es conveniente construir. En Capital, hay una serie de estructuras, como calle Belgrano; en Godoy Cruz, tenemos calle Paso de los Andes, y algunas zonas del piedemonte mendocino. Si nosotros podemos estudiar eso y transmitirlo a los municipios o a quien esté encargado de la construcción de edificios, creemos que sería un gran aporte”, selló.
Mendoza, una ciudad asentada sobre fallas sísmicas
Anteriormente, en una nota que Unidiversidad realizó a José Francisco Mescua, geólogo e investigador del Ianigla y Conicet Mendoza, se habló de este tipo de fallas, muy presentes en la provincia. Según el geólogo, el área metropolitana de Mendoza está situada sobre una decena de fallas activas, entre las que se destacan la falla de La Cal y la falla de Barrancas.
“La primera está ubicada al lado de la fábrica de cemento y al costado de la ruta que lleva a Villavicencio, tiene actividad reciente comprobada y se extiende por unos 30 kilómetros, desde el Cerro La Cal, en el departamento de Las Heras, hasta la Ciudad de Mendoza, pasando por toda calle Belgrano de Ciudad. Diversos trabajos sugieren que su traza atraviesa calle Belgrano de Ciudad y que se expresa superficialmente en el desnivel con calle Perú. En tanto, la falla de Barrancas –ubicada en el distrito maipucino– es un pliegue de orientación norte-sur que se extiende desde el río Mendoza hasta el dique El Carrizal. Es una de las fallas más activas de la zona y es donde tuvo su foco sísmico el terremoto de 1985”, explicó Mescua.
“En Mendoza existen más de una decena de fallas geológicas activas –continuó el investigador–. Sin embargo, hace falta poder estudiar con exactitud la cantidad de fallas ubicadas entre el piedemonte y el Área Metropolitana, así como conocer sus recorridos, los detalles y su actividad. Es un tema muy importante en el que hay que trabajar, aunque la realidad es que no es tan simple, ya que está edificado sobre estas, y tampoco están los recursos necesarios para poder hacerlo. Es algo prioritario”.
Lo que falta: estudios y cultura sísmica
Si bien las y los investigadores abocados a la sismología están analizando permanentemente mapas de fallas y estudiándolos, una de las prioridades es lograr definir con precisión científica sus características.
“Aún no se ha podido estudiar la historia del movimiento para muchas fallas de Mendoza. En la falla de La Cal, se pudieron hacer estudios paleosísmicos que detectaron que, en los últimos 800 años, se registraron tres sismos por encima de 7 grados, pero la idea es poder conocer más detalles de esta falla y de otras”, indicó el geólogo.
Asimismo, se refirió a las dificultades para trazar su recorrido, aunque sea estimado, y determinar su ubicación, ya que la ciudad se construyó encima de ellas.
“Es un problema no saber exactamente dónde están y si hay otras, ya que, en un terremoto, los daños más significativos se concentran cerca de las fallas, y es allí donde se levanta el terreno. Si hay justo un edificio arriba, por más sismorresistente que sea, lo levanta. Si hay fallas activas que se han movido recientemente, a futuro pueden seguir moviéndose”, resaltó.
En lo que se refiere a la cultura sísmica en Mendoza, Mescua resaltó que, por lo general, la gente reacciona después, aunque que lo ideal sería trabajar en la prevención para atenuar los daños y la cantidad de víctimas.
“La prevención y la preparación están instaladas, pero podría estarse más preparado aún. Si bien las construcciones siguen las normas sismorresistentes, hay que ir actualizándolas periódicamente, y resulta urgente identificar las otras fallas que atraviesan la ciudad”, insistió el geólogo. Advirtió que no es mucho lo que se ha avanzado dentro de la temática en los últimos años.
“En otras regiones del mundo sísmicamente activas, como California, en Estados Unidos, por ejemplo, las normas de ordenamiento territorial son muy especificadas. Uno no puede construir sobre la falla y se establece una zona de 15 metros a cada lado de las fallas identificadas. En Mendoza debería pasar exactamente lo mismo”, completó.
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