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21 DE NOVIEMBRE DE 2024
La iniciativa partió de dos alumnas de la UNCUYO con apoyo de Fondo de Iniciativas Estudiantiles (FIE). El objetivo es generar valor en los residuos y conciencia ambiental.
Fotos: Cooperativa Coreme / Camila Castro
Unidiversidad / Ángeles Balderrama
Publicado el 14 DE DICIEMBRE DE 2020
Durante este año, la pandemia generó graves consecuencias en las economías familiares y produjo cambios a nivel laboral, social y ambiental. Por este motivo, Ylenia Stefanelli, alumna de Administración, y Camila Castro, estudiante de Comunicación Social, presentaron “Dónde va lo que vuelve”, un proyecto financiado por el Fondo de Iniciativas Estudiantiles (FIE) que busca mejorar la situación de recuperadoras y recuperadores urbanos a partir de la generación de cuadernos reciclados.
“Estamos trabajando con la Cooperativa Coreme para generar valor en los residuos que recolectan. Esta cooperativa ya viene trabajando con la universidad a través de programas como UNCUYO Separa, entonces aprovechamos ese vínculo para generar un proyecto que pueda empoderarlos y ayudarlos. Por el momento, solo fragmentan y venden, pero lo que nosotras proponemos es seleccionar algún material y producir un producto que a futuro se pueda vender y genere un ingreso adicional, en este caso, cuadernos a partir de papel y envases tetra”, explicó a Unidiversidad Camila Castro.
"Dónde va lo que vuelve" surgió a través del Fondo de Iniciativas Estudiantiles, coordinado por la Dirección de Políticas Públicas y Planificación, que pertenece a la Secretaría de Relaciones Institucionales, Asuntos Legales y Administración de la UNCUYO. El programa busca generar espacios de encuentro y participación donde los y las estudiantes impulsen acciones y debates en torno a las temáticas actuales, y aporten desde su perspectiva contenidos que no se encuentran en las currículas.
“Nos parece importante poder llevar un poco de lo que aprendemos en las aulas a la comunidad, y ha sido una experiencia enriquecedora. Con este fondo, nosotras compramos los instrumentos que van a servir para hacer los cuadernos y, al mismo tiempo, nos capacitamos en temáticas relacionadas con el reciclaje. En la Cooperativa, les enseñamos cómo reciclar papel, pero hemos trabajado de manera horizontal. Cuando llegamos, notamos que nos ven de manera superior por venir de la universidad, pero desde el primer momento buscamos que el aprendizaje sea mutuo y que no sea un saber que baja, sino un diálogo”, dijo Castro.
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La iniciativa estudiantil invita a comunidad mendocina a que se pregunte adónde van los residuos que tiramos, que luego ingresan a nuestro hogar en forma de subproducto. Además, busca dar espacio a la duda que los y las recuperadoras urbanas tienen cuando se cuestionan: "¿De dónde viene lo que recolectamos?". Dado que ambos agentes se desconocen, el proyecto propone vincularlos a través de cuadernos.
“Las y los recuperadores urbanos recolectan residuos de los puntos verdes o de convenios, como es el caso de la UNCUYO. En este caso, trabajan organizados en cooperativas, buscan el material y lo llevan a su espacio de trabajo. Después lo fragmentan, lo prensan y lo venden a intermediarios. Lo que nosotros vimos es que, en la mayoría de los casos, son muy perjudicados porque les pagan muy poco. Estamos hablando de personas que no han terminado sus estudios o viven en situaciones de vulnerabilidad, y los intermediarios se aprovechan al momento de negociar”, destacó Castro.
En un año atravesado por la pandemia, el trabajo en territorio se complejizó debido a las restricciones impuestas por la cuarentena. Por este motivo, al inicio, la vinculación se realizó de manera virtual. Sin embargo, la principal dificultad que encontraron fue la falta de acceso a la tecnología, ya que algunas personas “ni siquiera tenían celular”.
“Pudimos ir a la Cooperativa, pero no tantas veces como hubiésemos querido. Han tomado muy bien el acompañamiento, pero durante bastante tiempo fue digital y hay una gran brecha tecnológica. No todos tienen internet o celulares que sean compatibles, y otros directamente no tienen celulares, entonces fue muy difícil. Cuando pudimos acercarnos presencialmente y tener contacto con ellos, las cosas fueron mejorando e inclusive notamos que algunos nos mandan fotos para que veamos el progreso”, comentó la alumna.
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El cuaderno reciclado busca además que se encuentre presente la identidad de la Cooperativa. “No queremos que se compre por pena sino que sea un producto que fomente mayor conciencia ambiental, que se conozca el rol del recuperador urbano y apoye a la economía solidaria e inclusiva”. “Queremos que el cuaderno sea un puente entre los y las recuperadoras y la comunidad mendocina, que tenga un mensaje ambiental e interpele a la sociedad”, concluyó Castro.
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