La noche del 11 de junio de 1982, en aquel combate que le significó la rendición a la Argentina ante los ingleses, una bomba cayó sobre la cabeza de Eduardo Araujo. Hoy es uno de los soldados argentinos “sólo conocido por Dios”. Su cuerpo es uno de los que habrían quedado enterrados en el Cementerio de Darwin, donde el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) realiza exhumaciones para tomas de ADN de 123 soldados caídos en el conflicto bélico de Malvinas e Islas del Atlántico Sur de 1982. La madre de Eduardo Araujo fue entrevistada por la Cruz Roja y dio su muestra de ADN hace tan sólo dos meses, cuando la decisión de pedir la localización de los cuerpos de soldados argentinos enterrados en Darwin –tarea que comenzó el pasado 19 de junio– se tomó hace cinco años.

La expresidenta Cristina Fernández de Kirchner anunció el 2 de abril de 2012, en Ushuaia, que había solicitado a la Cruz Roja Internacional que mediara para "identificar" los cuerpos de los soldados caídos en combate en 1982.

María Fernanda Araujo, titular de la Comisión de Familiares de Caídos en Malvinas e Islas del Atlántico Sur y hermana de Eduardo Araujo, aseguró a Unidiversidad –antes de contar la historia de su hermano– que dicha organización está totalmente en contra de la forma en que se comenzaron a manejar las cosas, porque quienes tuvieron la iniciativa de la localización de tumbas en Darwin hasta el día de hoy no le consultaron a la Comisión de Familiares, asociación que nuclea a 550 familias de soldados caídos en Malvinas (que fueron 649 en total).

María Fernanda Araujo, hermana del soldado caído en la Guerra de Malvinas Eduardo Araujo y titular de la Comisión de Familiares de Soldados caídos en Malvinas e Islas del Atlántico Sur. Foto publicada en La Nación.

“Haber pasado por encima a la madre de un héroe de la Patria –declaró María Fernanda en referencia a la experiencia de su mamá y de muchas otras– es lo que nosotros consideramos pésimo y donde nosotros vemos los horrores que se cometieron”. La presidenta de la Comisión diferenció su posición de la institucional: aseguró que desde la organización no están de acuerdo con la forma en que se procedió en los comienzos y que, en su caso particular, hubiese preferido que no se realizaran las exhumaciones de las cuerpos.

“El comienzo de esto fue ‘Identidad a los 123 NN desaparecidos por la dictadura’", afirmó María Fernanda. Y agregó que, dadas las condiciones y las causas en las que su hermano murió, “es probable que se encuentren restos o no, pero si no se encuentran restos de mi hermano, él no es ni un NN ni un desaparecido”, sentenció; “mi hermano es un héroe”. Por otro lado, Araujo comentó que está en contacto con Diego Rojas Coronel, quien es el jefe de misión de la CICR y quien le ha confirmado que, hasta ahora, en Darwin las tareas se desarrollan como se tenía previsto.
 

Dos años después

Hacia fines de 2014, el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) informó que estaba todo listo para poder realizar las tareas de exhumación en el Cementerio de Darwin, pero que debían hacerse antes de marzo o abril de 2015 ya que, luego de ese tiempo, la labor sería “casi imposible”. Unidiversidad intentó cotejar esta información y averiguar por qué estas tareas se realizan dos años después de esa fecha establecida como “límite”, pero desde el EAAF dijeron que no harán declaraciones sobre el trabajo en Darwin.

La historia contada dice, a través de una denuncia de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, que al mes de abril de 2015 Gran Bretaña estaba poniendo “trabas burocráticas” en los trámites para iniciar la localización de las tumbas. En cambio, la historia en primera persona, a través de María Fernanda Araujo, cuenta que lo que sucedía es que no se tenía ni la mitad de muestras de ADN de familiares de los soldados enterrados, porque gran parte de esas familias no fueron consultadas hasta hace muy poco tiempo. Por eso no podía iniciarse el proceso y, por el mismo motivo, la presidenta de la comisión se mostró agradecida de que se haya demorado dos años más para que se hiciera como correspondía y luego de haber sido consultados por la Cruz Roja y por diferentes áreas gubernamentales nacionales, como son la Secretaría de Derechos Humanos y el Ministerio de Desarrollo Social.

Las declaraciones de 2014 del EAAF resultan curiosas, sobre todo si se tiene en cuenta que es el mismo equipo que ha realizado pruebas de ADN para el reconocimiento de restos de desaparecidos durante la última dictadura militar. Los cuerpos de los soldados caídos en Malvinas tienen prácticamente la misma “antigüedad”.

Según algunos especialistas locales que fueron consultados, los cotejos de ADN no se vuelven imposibles, sino que son más difíciles con el paso del tiempo. Sandra Fúrfuro, directora del Laboratorio de Análisis de ADN de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNCUYO,  aseguró que de acuerdo al tiempo y según el estado de conservación, va a ser distinta la calidad de los restos, pero no hay un impedimento en cuanto a tiempo para exhumar y para poder analizar los ADN. En un sentido parecido, el director del Cuerpo Médico Forense del Poder Judicial de Mendoza, Gerardo Mazziotti, dijo que la tarea sí se hace cada vez más dificultosa, pero no quiere decir que sea imposible.

La Cruz Roja estima que finalizará sus labor en las Islas en el mes de agosto, mientras que se presentarían los informes hacia fin de año. A continuación, una cronología sobre los hechos desde 2008 hasta el momento en cuanto a la localización de los soldados argentinos enterrados en el Cementerio de Darwin: