El presidente de Ecuador Lenín Moreno, mediante decreto ejecutivo número 100, quitó este jueves 3 de agosto todas las atribuciones y delegaciones al vicepresidente de la República, Jorge Glas, profundizando la grieta en el movimiento oficialista Alianza País.

Sin embargo, la decisión no implica la destitución de Glas, quien enfrenta una ola de acusaciones de corrupción por parte de opositores, incluida su supuesta vinculación en el caso Odebrechet.

En uno de los párrafos de la orden ejecutiva, Moreno apunta a la "deslealtad" de su vicepresidente. "Que tanto la lealtad como el compromiso asumido por el proyecto político de la Revolución Ciudadana implican servir a la Patria en unidad de esfuerzos, lo cual no ha sido debidamente entendido por el Vicepresidente de la República".

Glas, vicepresidente desde 2013, publicó el miércoles una dura carta con una larga lista de reproches contra el presidente, alineándose así con el exmandatario Rafael Correa en la dura pugna que desgarra al oficialismo.

Moreno apartó así a Glas de sus funciones al frente de la millonaria reconstrucción de las zonas arrasadas por el terremoto de abril del año pasado, que dejó más de 600 muertos. También le retiró sus responsabilidades en los sectores productivo y tributario.

Frente a esto, Glas rechazó la posibilidad de renunciar y aseguró que no pretende conspirar contra Moreno ni generar inestabilidad en el país, así lo dio a entender mediante una conferencia de prensa a la que convocó durante esta jornada.

En pleno receso legislativo, la bancada de Alianza País se reunió de urgencia hoy para analizar el desencuentro entre Moreno y Glas y la profunda división en sus filas entre los partidarios de Moreno y del expresidente Correa.