El grupo autodenominado "A ocupar Wall Street" (Occupy Wall Street) sigue sumando adeptos en Nueva York, pese a los casi 700 detenidos en este último fin de semana. Tanto en Nueva York como en otras ciudades de todo Estados Unidos, el movimiento de "indignados" crece pese a la persecución y detención de muchos de los manifestantes.
Los indignados se hicieron escuchar durante el fin de semana en Estados Unidos, particularmente en Nueva York, donde cerca de 700 personas fueron detenidas el sábado cuando intentaban cortar el puente de Brooklyn. El movimiento que protesta por la crisis económica, autodenominado Occupy Wall Street (“A ocupar Wall Street”), entró en su tercera semana de manifestaciones. Al mismo tiempo se extiende por otras ciudades del país y amenaza con contagiar a Chicago, Los Angeles y Seattle. La organización, que se expresa en contra de la avaricia del sistema financiero, las ejecuciones bancarias y el alto nivel de desempleo vigente en Estados Unidos, amenazó ayer con instalarse en el sur de Manhattan durante varios meses. Hoy convocan a un nuevo acto de reclamo frente al Ayuntamiento de la ciudad, para manifestarse contra las detenciones del sábado. La acción de la policía neoyorquina, criticada por el alto nivel de fuerza utilizado, desató la polémica.
Los indignados neoyorquinos comenzaron sus acampadas el pasado 17 de septiembre con el objetivo de ocupar la bolsa de Wall Street, pero el gran despliegue policial frente a la sede bursátil reprimió ese avance y la mayoría del grupo permanece en el parque Zucotti y la plaza Libertad. Según fuentes policiales, prácticamente todos los detenidos fueron liberados al cierre de esta edición. No obstante, gran parte de los indignados tendrá que comparecer en menos de 30 días ante una Corte penal de Manhattan para responder a cargos por alteración del orden público y obstaculizar el tránsito en el puente.
Desde Twitter, ese grupo de protesta comparó las detenciones que la policía de Nueva York realizó el sábado, con las manifestaciones que en 1999 ocurrieron en la ciudad de Seattle (Washington) contra la globalización mundial y la Organización Mundial de Comercio (OMC). “Hubo más de 600 detenidos en las protestas de Seattle contra la OMC. La policía de Nueva York detuvo a más de 700 en cinco horas”, señalaron los indignados neoyorquinos en la red social, y pidieron a sus seguidores que no realizaran acciones violentas directas. Otro seguidor de la protesta, como Jason Pollock, señaló que este movimiento se puede considerar como parte del principio físico que enuncia que cada acción tiene su reacción. “Por años hemos visto a Wall Street dirigir el mundo”, dijo.
Tal como en Turquía, España, Grecia e Inglaterra, los indignados estadounidenses hartos del capitalismo salvaje que decide los destinos del mundo se cansaron del modelo económico global que se torna a cada instante más excluyente. El jueves próximo, en ocasión del décimo aniversario del comienzo de la guerra en Afganistán, los manifestantes tratarán de hacer escuchar su voz ante Barack Obama, culpable, a juicio de muchos de ellos, de haber traicionado las promesas de un cambio radical. Se espera para ese día una sentada en Freedom Plaza, lugar a mitad de camino entre la Casa Blanca y Capitol Hill.
Tal como dijo Karl Marx hace más de un siglo "los desposeídos tienen un mundo que ganar", al parecer las cosas no han cambiado tanto. En fin, con una percepción un tanto más esperanzadora, y siguiendo al mismo filósofo "los trabajadores no tienen nada que perder, salvo sus cadenas".