Crean una fotogalería para visibilizar y fomentar el deporte adaptado para personas con discapacidad
“Hay equipo” es el nombre de la galería virtual creada por el periodista deportivo y fotógrafo Pablo Dondero. Allí cuenta en imágenes la historia de 20 deportistas con discapacidad, con el criterio de la inclusión.
El golbol es un deporte que se juega con una pelota con cascabel y es una de las disciplinas incluidas en la galería. Foto: Pablo Dondero / Télam
Competencias de atletismo para personas ciegas, tenis de mesa y básquet en silla de ruedas, natación, golbol –deporte que se juega con una pelota con cascabel– son algunas de las imágenes en blanco y negro que forman parte del trabajo de investigación realizado por el fotógrafo y periodista deportivo Pablo Dondero, que decidió crear una fotogalería virtual accesible que visibiliza y promueve el deporte adaptado en Argentina –de forma competitiva y recreativa– a través de la historia de 20 deportistas con discapacidad que hacen eje en la inclusión.
"En el año 2012, previamente a los Juegos Olímpicos de Londres, me di cuenta de la escasa cobertura mediática que solían tener los Juegos Paralímpicos. Por eso, empecé a investigar y a contactarme con distintos deportistas para poder fotografiarlos y conocer sus historias", remarcó Dondero, creador de Hay Equipo, el sitio web diseñado con estándares internacionales y nacionales de accesibilidad que garantiza su navegabilidad para todas las personas, "independientemente de sus conocimientos, habilidades físicas, cognitivas y perceptivas".
"Mi intención fue registrar distintos deportes recreativos y de alto rendimiento para apoyar su difusión, siempre poniendo el foco en el deporte, no en la situación de discapacidad", aclaró el fotorreportero en declaraciones a Télam.
Tras registrar acontecimientos deportivos relevantes, como los Juegos Juveniles Parapanamericanos en Buenos Aires de 2013 y los Paralímpicos de Río de Janeiro de 2016, como otros recreativos entre 2012 y 2016, creó la galería virtual con el apoyo del programa de Impulso Cultural del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y el mecenazgo de Banco Galicia.
El periodista dijo que busca fomentar la idea del deporte como un espacio social "donde se conjugan el goce, la participación, el respeto por la diversidad y la convivencia ciudadana". Foto: Pablo Dondero / Télam
"El objetivo es que las fotos queden siempre disponibles, se puedan ir agregando cada vez más imágenes y sumar entrevistas audiovisuales", indicó Dondero, que también es licenciado en Comunicación audiovisual de la Universidad Nacional de San Martín y fotógrafo de la Secretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación. Como parte de este trabajo documental, el autor dijo que busca fomentar la idea del deporte como un espacio social "donde se conjugan el goce, la participación, el respeto por la diversidad y la convivencia ciudadana".
Una de las historias retratadas es la de Daniela, que nada desde los cinco años. Foto: Pablo Dondero / Télam
Las historias
Una de las retratadas es Daniela Giménez, que tiene 31 años, nació en Resistencia (Chaco) y nada desde los cinco años. Su primer torneo fue a los 11 y, tras participar de otros a nivel competitivo, llegó a formar parte de los Juegos Paralímpicos de 2016, donde participan cerca de los 10 mejores del mundo de cada disciplina deportiva.
Daniela nació sin una mano y, en una época en la que escaseaba la información sobre derechos de personas con discapacidad y sus posibilidades, a sus padres les dijeron que su hija "iba a ser dependiente de alguien toda mi vida". "Por suerte, no se quedaron con eso y se apoyaron mucho en personas que fomentaban mi independencia, les recomendaron que hiciera deporte, pero que fuera individual era bastante importante, para que me pusiera yo sola los límites físicos; comencé natación y empecé a competir en cuanto me empezó a ir bien y no paré", relató la deportista a Télam.
Según contó, "el deporte adaptado no cambia y cambia, porque el reglamento es exactamente el mismo, pero se adapta y existen códigos de excepción que, dependiendo de la discapacidad o patología que tengas, estás exceptuado de hacer algo que dice el reglamento".
Por ejemplo, en el estilo de mariposa y pecho, "uno tiene que tocar la pared en la vuelta y la llegada con las dos manos (eso dice el reglamento)". Y agrega: "Yo tengo el código de excepción que dice que puedo tocar con una sola, pero que tengo que tener la intención de hacerlo con las dos. Entonces, tengo que estirar con el muñón y hacer como si fuera a tocarla. Y así con otras cosas. Son 12 códigos de excepción que considera a todas las discapacidades dentro del país".
Pero, para la natación, "el deporte es el mismo, no se usan prótesis, tampoco es un deporte nuevo, como el golbol y otros exclusivos para los Juegos Paralímpicos". Por ejemplo, el golbol es un deporte creado específicamente para personas ciegas o con baja visión donde participan dos equipos de tres jugadores, y la pelota tiene un cascabel, ya que que se basa principalmente en el sentido auditivo para detectar su trayectoria.
"El deporte es todo, es mi vida", dice Daniela, y añade que le dio la oportunidad de "conocer el mundo, otras culturas, mundos nuevos", y que la ayudó "a entender problemas sociales", le generó "un sentimiento de empatía".
"Tirarme a nadar a una pileta terminó decantando en que yo puedo cambiarle la percepción a un montón de gente sobre lo que son la discapacidad y el deporte adaptado. No solo a las personas desinformadas en el tema, sino a personas con discapacidad que nacieron en este mundo desinformado y poco accesible. A mí me dijeron que no podía, pero aprendí y eso vale mucho más que una medalla", resaltó la deportista.
Los y las retratadas coincidieron en que el deporte ocupa un lugar muy esencial en su vida. Foto: Pablo Dondero / Télam
También la historia de Gabriel Cópola forma parte de la galería visual. Tiene 39 años, es licenciado en Educación Física y Magister en Gestión de la Educación Superior, trabaja como docente universitario y coordina un espacio socio-laboral en un hospital nacional. Un siniestro vial le provocó una fractura de columna y lo dejó como secuela una paraplejia. A los 15 años, empezó a jugar al tenis de mesa: "Me enteré de que se podía hacer ese deporte a través de un programa de televisión", cuenta en diálogo con Télam.
"El tenis de mesa es el deporte más inclusivo de todos porque puede jugarlo una persona con y sin discapacidad. La reglamentación prácticamente no tiene modificaciones y eso hace que sea un deporte de puertas abiertas", destaca.
"El deporte implica en mi vida cotidiana una responsabilidad, porque le doy y le di muchísimo de mi tiempo y, a su vez, es una pasión que me permitió desarrollarme como persona, como deportista, en mi país y en el mundo", contó el tenista que participó de los Juegos Paralímpicos de Londres en el 2012; Río, en el 2016 y Tokio, en 2020.
Fuente: Télam
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