“Mendoza invierte el 3 % de sus recursos en infraestructura. El resto es destinado a pagar sueldos. El ideal sería del 5 y 7 %, pero hace 12 años que Mendoza no invierte eso", dijo Alfredo Cornejo la tarde del jueves 28. Quizá esa sea una de las últimas frases referidas al pasado reciente de la gestión de Paco Pérez.

La protección de un operativo policial que impresiona alrededor de la casona legislativa y, por fuera de ese cerco, los gremios estatales SUTE y ATE –junto al FIT– reclamando por las paritarias frustradas para los sindicalistas parecen una metáfora de lo que pasó hasta ahora en el gobierno de Cornejo y también de lo que pasará.

Por un lado, lo que pasó: el sector gremial más duro ha quedado relegado y aislado, gritando en el desierto sus reclamos salariales desoídos por el Ejecutivo, y con un sector sindical minoritario aceptando ese convite de Cornejo. Por otro, lo que viene: el aparato policial desplegado intimidatoriamente para poner en agenda nuevamente la seguridad por encima de otras prioridades del gobernador. 

Por lo menos parece que desde hoy domingo 1.º de mayo (dicho sea de paso, el día en que se produce el cuarto aumento de la nafta en lo que va del gobierno de Mauricio Macri), el Gobernador vuelve a la fuente. A su fuente.

Dos meses antes de asumir, un actual colaborador de Cornejo me dijo: “El Alfredo le pondrá su atención personal a la seguridad. Esa es su obsesión”.

Hace dos días, Cornejo aseguró a Unidiversidad que el discurso ante la Asamblea Legislativa apuntará a la situación en la que encontró la Provincia y a la necesidad de organizar el Estado. Pero también especificó que los dos anuncios más grandes serán dos leyes relacionadas con la seguridad y la justicia y que no habrá grandes noticias relacionadas con obras de infraestructura dada la situación provincial.

Sí se espera, entonces, una novedad que no será otra cosa que retomar el plan inicial, más teniendo en cuenta que el último registro delictual a nivel nacional nos ubicó a los mendocinos como los más violentos, los que más delinquimos y, en especial, los que más cometemos crímenes sexuales. Todo esto dicho, con el sentido de hacernos cargo de la inseguridad que padecemos y de la cual creemos que no tenemos nada que ver.

El Gobernador, desde su capitalismo democrático (suscribe a esa idea de gestión), piensa en disminuir el índice delictivo ajustando el aparato estatal, dándole especial énfasis al rol policial, al sistema penitenciario y al Poder Judicial.

Así encarará su gobierno Cornejo de aquí en más, pero obligado a no descuidar las otras preocupaciones que compartimos con el resto de los argentinos, motivos por los cuales hubo una gran manifestación de las centrales sindicales en Capital Federal el viernes 29. Esos males son la corrupción, la inflación, la devaluación, los tarifazos, la hipersuba de precios y el desempleo, este último aspecto como consecuencia negativa de las calamidades.