Rápidamente se acerca el primer año de Alfredo Cornejo en Mendoza y Mauricio Macri en la Nación. Las luces de alerta siguen encendidas por los índices inflacionarios y dejan un signo de interrogación para el futuro cercano.

La idea del segundo semestre planteado por el iniciático presidente ya quedó superada y ahora está a la vista la recuperación de la economía con un plan de obra pública. Eso se nota en la superficie, más allá de la constante preocupación que genera la inseguridad como signo de la violencia social. Precisamente, el Gobernador se ha tomado este primer año para avanzar en el esquema de seguridad donde ha involucrado directamente a la Justicia al lograr instalar en la Corte local a José Valerio, el referente del ala dura del Poder Judicial.

Cornejo militó la candidatura de su elegido y lo posicionó en las antípodas de Omar Palermo, el otro bastión dentro del alto tribunal y que encarna el garantismo cercano al kirchnerismo. Las críticas al aspirante y hoy confirmado juez de Corte llegaron en especial desde los sectores feministas, que reclamaron a una mujer en la SCJ y vieron en Valerio a un magistrado con signos de misoginia y homofobia por los fundamentos de sus sentencias. Cornejo sostuvo ante ese embate a su postulante y lo defendió poniendo por encima de esos reclamos públicos lo que, él asegura, piensa el 80 % de los mendocinos.

O sea que, según el mandatario, los mendocinos queremos un juez duro como Valerio y para eso, de modo forzado, tradujo el resultado de la votación en el Senado (28 a 11) a favor del candidato como un reflejo de la voluntad popular cuando se sostiene que los sistemas de representación política hoy en la generalidad no satisfacen la demanda de los representados. Aún así, desde el Gobierno sostienen que esta fue una excepción a esa regla surgida también de las encuestas políticas. 

Ese foco elige Los Andes en una nota de este domingo titulada "Las victorias y los miedos de Cornejo", donde ubica al Gobernador en el centro de la escena política que domina, pero a quien las circunstancias de la crisis económica y el temor social creciente por la violencia en todas sus expresiones, como los femicidios, lo jaquean.
 

Dentro de Tribunales

El gobernador ganó en la interna judicial y hay sectores dentro del micromundo tribunalicio que avalan este resultado soterrado entre los expedientes. Aseguran que había que ponerle un freno al avance de Palermo y hasta esgrimen como un triunfo el número de votos a favor que Valerio consiguió en el Senado (28) contra los que consiguió Palermo en el momento de su nominación (26).

Pero desde esos mismos ámbitos aseguran que falta la estocada final contra la “mano blanda” palermista, que es el desmantelamiento de la Cámara de Apelaciones integrada por dos seguidores de esta facción: Luis Correa Llano y Ramiro Salinas, además de la creación de una Octava Cámara del Crimen, un antiguo anhelo de Valerio y los suyos.

Eso irá al corazón del palermismo y será también para Cornejo la factura que le corresponde al juez opositor por aquella resolución de la Corte de diciembre del año pasado que sorprendió al mandatario. Aquel fallo por el que se le daba lugar al Habeas corpus de Xumek, la ONG jurídica defensora de derechos humanos que denunciaba que el 48 % de las personas detenidas estaban sin condena, por lo que debían acelerarse los pasos procesales de los pedidos de prisión preventiva y, como consecuencia, les exigía mayor celeridad a los fiscales, a los jueces y a la Policía, además de ratificar a la prisión preventiva como una medida excepcional.

Cornejo sintió esa sentencia como un desaire por parte de los cuatro ministros de Justicia (Palermo, Alejandro Pérez Hualde, Jorge Nanclares y Julio Gómez) que la firmaron y la entrada de Valerio a la Corte es la devolución de aquel desplante, aseguran los discretos testigos de la vida interna en el Palacio de Justicia.

Aún resuenan las palabras de Cornejo en el cuarto piso de Casa de Gobierno el 26 de diciembre de 2015 respecto de aquella resolución fundamentada por el juez Palermo: “Hay condiciones objetivas para pensar que la decisión tiene un trasfondo político cuando los abogados que presentaron el pedido fueron funcionarios durante los gobiernos de Celso Jaque y Francisco Pérez, y no se construyó ni un sólo metro cuadrado de cárcel”.
 

Portezuelo del Viento (a favor)

En el cuadro de situación de analizar el porvenir inmediato del Gobierno y la Provincia se encuentra la pelea por la concreción de la represa hidroeléctrica de Portezuelo del Viento. Las distintas alternativas de una pulseada entre Mendoza y la Nación con la provincia de La Pampa parecen desiguales al notar que la Administración Central de Mauricio Macri ya decidió avanzar con la concreción de la gran obra hidroeléctrica.

El gobernador tiene una agenda especial con este proyecto que, de acuerdo al informe periodístico de Marcelo Arce para MDZ Online, habrá una definición oficial desde la Casa Rosada ante de que finalice noviembre. Las mismas crónicas remarcan que en marzo del año próximo la Nación llamará a los oferentes para licitar la obra, por lo cual, si La Pampa insiste en resistir la realización del dique, entonces deberá impugnar a Macri y no a Cornejo en este proceso.
 

Paritarias y la palabra productividad

En tanto otras alternativas se tejen alrededor del jefe de Estado local. Si se mira hacia el desarrollo económico, se lo ve atado a los designios nacionales. De todos modos entiende, según la mirada de Marcelo Torrez en Sitio Andino, que irá detrás de un consenso con algunos gremios privados y públicos y con el empresariado planteando un panorama difícil para las concreciones.

Dice sobre el asunto: “En principio hay voluntad de encarar una negociación paritaria para el 2017 alrededor de los objetivos que pide la nación: más productividad a menores costos”.

Cornejo, dice el analista, está atento a ejemplos de productividad en Mendoza pero que han tenido pérdida de competitividad o no generaron empleo. Es decir, el aumento de la productividad debería traer un crecimiento ascendente de la economía con la mejora de los índices, en especial de empleo, situación que en Mendoza aún no se da.