Cooperativas agrícolas mendocinas que se dedican al cultivo de la vid, el tomate y la floricultura participan en un proyecto que busca impulsar la agricultura regenerativa. Para llevar adelante la iniciativa, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) firmó un convenio con la Fundación Banco Credicoop. Esta alianza público-privada trabaja en el proyecto denominado Crecer Cooperando, cofinanciado por el BID Lab, el laboratorio de innovación del Banco Interamericano de Desarrollo, que impulsa la innovación enfocada en tecnología y emprendimiento. En este caso, el objetivo es reconvertir a las cooperativas hacia la agricultura regenerativa, basada en cuidar la materia orgánica y la biodiversidad del suelo.

El proyecto se desarrolla en distintas provincias del país. Además de Mendoza, participan Misiones (yerba mate y mandioca), San Juan (vid, tomate y floricultura), la región del Alto Valle del río Negro y Neuquén (peras y manzanas), que comenzarán un proceso de transición hacia la agricultura regenerativa de la mano de especialistas de INTA.

José “Pepe” Portela, especialista en ecofisiología vegetal y uno de los referentes en agricultura regenerativa del INTA, explicó la importancia de este cambio. “La agricultura regenerativa se presenta como una oportunidad frente a las nuevas demandas. Es que, mediante este manejo agronómico, es posible lograr una productividad más eficiente en el uso de recursos, con estabilidad en los rendimientos”, comentó.

Portela explicó que la agricultura regenerativa se centra en la fabricación de materia orgánica y el mantenimiento del suelo como organismo siempre vivo, a fin de intensificar sus procesos naturales, generando mucha actividad biológica y diversa. “Regenerar un suelo involucra tanto a la biodiversidad del suelo como aquella complementaria a los cultivos”, puntualizó.

Por su parte, Gustavo Marino, responsable de proyectos y asistencia técnica de Fundación Banco Credicoop, reconoció que “es la primera vez que la agricultura regenerativa está en la agenda de la Fundación”. “Esta temática gana terreno en la Argentina y el mundo, ya que permite agregar valor y diferenciar los cultivos y sus productos derivados en el mercado internacional, lo que mejora el precio”, subrayó.

Marino celebró el vínculo con el INTA y recordó que comparten muchos años de trabajo articulado y diversos proyectos de desarrollo agrícola. “Tienen técnicos muy profesionales y capacitados que nos permiten avanzar en este proyecto que genera mucha expectativa e interés entre los productores", comentó.

La agricultura regenerativa se basa en el cuidado de la materia orgánica y la biodiversidad del suelo. Foto: INTA

El proyecto

Mediante el proyecto Crecer cooperando, los equipos técnicos impulsan diversas estrategias de agricultura regenerativa en los campos de 300 productores y productoras asociadas a cooperativas agrícolas de Misiones, Mendoza, San Juan, Río Negro y Neuquén. El objetivo es facilitar el acceso a tecnologías innovadoras tales como sistemas de riego, energías alternativas renovables y mallas antigranizo, así como actividades de capacitación y asesoramiento técnico en materia tecnológica, de comercialización y financiamiento.

En este sentido, Portela destacó la importancia de impulsar estrategias a medida de cada realidad. “Cada sistema productivo es único y está definido por características propias y particulares. Incluso, en el mismo lote, pueden ser necesarias estrategias regenerativas diferentes”. Agregó: “No hay recetas ni indicaciones universales”, motivo por el cual “cada centro regional tendrá actividades propias, seguramente parecidas, pero no necesariamente iguales”.

Para esto, Marino explicó que tienen un recorrido ya trazado junto con los equipos especializados del INTA, que consiste en la sensibilización de los productores, así como su capacitación y asistencia técnica para la implementación en las fincas. “Hay mucha expectativa puesta en el proyecto y muy buena aceptación por parte de los productores involucrados”, sostuvo.