“Me reconforta que haya venido más gente a escuchar poesía que a escuchar hablar de política”. Con esa frase, el escritor y periodista Reynaldo Sietecase arrancó la presentación de su libro Kamikazes. Los mejores peores años de la Argentina, en la Feria del Libro.

El comentario estaba anclado en el encuentro sobre poesía erótica en el que leyó sus textos y que se concretó un día antes de explayarse sobre su faceta periodística, que inició en Buenos Aires hace quince años cuando llegó de su Rosario natal.

Sietecase contó que eligió el título Kamikazes..., siguiendo las enseñanzas de uno de sus primeros maestros, Mario Trejo, quien le repetía que titular es vender, no en un sentido comercial, sino en el de hacer atractivo algo, tan atractivo que alguien lo quiera leer. Y cree que el juego con esta palabra japonesa que remite a los vientos fuertes funcionó a la perfección para analizar los últimos diez años que, según quién los cuente, relatan a la Argentina como si fuera Disneylandia o Bagdad.

El periodista definió su libro como un texto de historia, aunque al instante aclaró que no le preocupan los géneros sino haber trabajado con rigurosidad periodística los diez temas que incluye, y que van desde el transporte público, la nacionalización de YPF, el modelo económico, la lucha con las entidad del campo, La Cámpora, los juicios a los represores y la inseguridad, entre otros aspectos.

Sietecase planteó su opción de no ser parte de la lógica maniquea actual, en la que todo es blanco o negro, oficialistas y opositores, aunque aclaró que esto no significa ser objetivo ni neutral, sino analizar cada una de las políticas y no forzar la agenda de temas. Se definió como una persona de izquierda por tradición y aprendizaje, y es desde ese lugar que plantea los aciertos y errores de las gestiones de Néstor y Cristina Kirchner.

La visión maniquea del fenómeno kirchnerista fue uno de los puntos que desarrolló Sietecase frente a un público que, si bien no colmó la Sala Roja del espacio Julio Le Parc, tuvo una activa participación a la hora de las preguntas. Según su visión, en este período si un periodista adhiere a una política del Gobierno es porque lo compraron y si critica alguna medida, es porque responde a los intereses empresarios. Está convencido que esta lógica no colabora para analizar a fondo cada una de las políticas, para ser capaz de ver los aciertos y los errores.

Sietecase cree en un término medio, en que se puede hacer bien la labor periodística sin que el posicionamiento ideológico obligue a dejar de lado el análisis. Para el escritor, es tan dudoso el medio de comunicación que critica todas las políticas adoptadas por el gobierno, como el que jamás hace una crítica de las mismas. En ambos casos, dijo, se fuerza la agenda periodística para evitar hablar de algunos temas o para poner otros en el tapete.

El periodista comentó que las gestiones de Néstor y Cristina Kirchner pusieron en marcha políticas en las que cree, como apoyar a los organismos de derechos humanos e impulsar los juicios a los represores, pero que eso no lo inhibe de decir que antes del 2003 no se ocuparon del tema, o que no investigaron qué paso con los fondos públicos destinados a las viviendas sociales. En ese misma línea, compartió la nacionalización de YPF, pero recalcó que eso no le inhibe de decir que antes no se ocuparon de la política energética o que dieron un gran negocio a la familia Eskenazi; que está a favor de las retenciones pero considera un desastre político cómo se implementaron, o que la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual es un gran logro, pero que el gobierno hasta ahora no la aplicó como debía.

Sietecase nombró algunas de las deudas de estos diez años de gobierno, como la reforma fiscal, la inflación o la inseguridad. Dijo que este último es uno de los problemas más difíciles de resolver porque no hay autoridad política sobre las fuerzas de seguridad, lo que se agrava por el nivel de corrupción que hay en la fuerza. También nombró los aciertos: el impulso a los juicios por delitos de lesa humanidad, el avance en materia de derechos y la política social, que incluyó a cientos de personas que estaban fuera del sistema luego de la debacle de 2001.

El periodista también habló sobre el estilo de los gobiernos kirchneristas. Dijo que la confrontación es una estrategia política, adhiriendo al pensamiento del filósofo belga Chantal Mouffe, uno de los autores que lee en forma asidua la presidenta, según expresó.

Esta lógica –señaló– determina que la confrontación amalgame el frente interno y que sin ella no se logre nada, no se avance. Él entiende que es una estrategia equivocada y que es necesario generar consenso para gobernar.

Su límite

Sietecase, que conduce el programa de radio Guetap por Vorterix, también habló sobre periodismo y sobre las formas de ejercerlo. Comentó que trabajó en medios cercanos al gobierno y también en opositores, y recordó su salida del canal América luego de hacer en 2009 una entrevista a Francisco De Narváez, que era candidato y uno de los socios del canal.

Sietecase explicó que las estructuras periodísticas son verticales y que, si bien no plantea la rebelión contra la línea editorial, tampoco es lobbista de los intereses del medio y que su límite es no hacer mal su trabajo. “Hay un montón de variantes que tienen que ver con hacer este laburo con dignidad. No hay un dueño de medios bueno, no son Gieco o Carr, son Vila-Manzano, Clarín, Garfunkel, pero la discusión es cómo trabajar. Defendamos nuestro trabajo haciéndolo bien. Mi límite es que yo no hago mal mi trabajo”.