La segunda jornada de alegatos fue bajo la atenta mirada de amigos y familiares de desaparecidos por razones políticas de la última dictadura cívico-militar de nuestra historia. En esta ocasión la abogada Viviana Beigel, del Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos, explicó los procedimientos por los cuales operaba el Terrorismo de Estado en la provincia de Mendoza.

La jurista detalló cómo era el modus operandi de los distintos cuerpos policiales, parapoliciales y militares que secuestraban, torturaban y desaparecían a cientos de mendocinos en aquella nefasta página de nuestra historia. Además agregó detalles en base a testimonios de algunos de los sobrevivientes y testigos sobre el funcionamiento de este plan criminal de aniquilamiento de “elementos subversivos”, y cómo el mismo funcionaba desde antes del golpe militar del ’76. Testigos que, a través de sus relatos, cuentan como desde el año 1975 ya se operaba desde el Terrorismo de Estado. Incluso queda datado en nuestra historia la justificación del Poder Ejecutivo Nacional que, a través de los decretos 2770/2771/2772 del año 1975 daba lugar a todo este tipo de brigadas y estas macabras prácticas represivas.

Continuando con su alegato, Beigel se dispuso a señalar a uno de los responsables de la represión de ese período: el Brigadier Julio César Santuchone, Jefe de Policía de aquel entonces y creador del Comando Moralizador Pío XII, responsable de persecución, secuestro y asesinato de prostitutas bajo el justificativo de “la moral”. Minutos después la abogada explicó el funcionamiento del Comando Anti Comunista de Mendoza, su relación con la Concentración Nacional Universitaria, que se encargaba de la persecución y desaparición de estudiantes; y la centralización de los distintos centros de detención clandestina en el D2.

Viviana Beigel se encargó de explicar cómo fueron después del 24 de Marzo de 1976 las distintas tareas llevadas a cabo por las Fuerzas Armadas al tomar forzosa e impunemente el poder político del país. Así detalló, con lujo de detalles y mediante las declaraciones indagatorias de varios de los represores, la existencia del Centro de Operaciones tácticas –encargado de la logística- y la Comunidad Informativa, que guardaban información de los Centros Clandestinos de Detención.

La doctora se ocupó de detallar los papeles desempeñados por Miret y Romano entre otros civiles, y por Lucero y Oyarzábal entre otros militares, pilares de las “dos patas” de la genocida dictadura cívico-militar en nuestra provincia. Beigel también mostró su indignación ante la impunidad de todos estos años transcurridos y sostuvo “los crímenes de lesa humanidad van más allá del individuo porque traspasan al sujeto y son una aberración contra la humanidad toda”.

Y para cerrar un emotivo alegato la abogada aseguró “nuestra memoria sigue viva: no olvidamos, no perdonamos y queremos justicia”, un pedido que en la voz de ella representó a tantas familias que aún esperan justicia. Por los 30000 desaparecidos, que quisieron callar y siguen hablando. ¡Ahora y siempre!