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Miles deciden cruzar la frontera para vacacionar en la costa pacífica pero también para realizar compras ya que el vecino país sigue siendo un destino destacado en ofertas. Aquí, cinco ejemplos de electrónicos y su diferencia con los valores que se manejan en nuestra provincia.
En Mendoza, un parlante como este cuesta tres veces más de lo que sale en Chile (Foto ilustrativa)
Unidiversidad / Sabrina Villegas Musri
Publicado el 10 DE ENERO DE 2018
Familias y grupos de amigos viajan a Chile a disfrutar sus vacaciones y regresar a sus hogares con chiches electrónicos. La distancia entre Mendoza y la costa chilena es mínima en comparación con la que hay que recorrer hasta las playas del mar argentino y la tentación por las tendencias en celulares, televisores y parlantes aumenta al observar sus precios. Aquí, por diversas razones vinculadas principalmente con impuestos como el IVA, los Ingresos Brutos o Ganancias, no es posible igualar los valores de los productos ofrecidos por comerciantes chilenos. Y, además, allá los tratos firmados con la Unión Europea, Estados Unidos, China y Corea del Sur permiten el libre comercio, con lo cual el país trasandino importa casi sin restricciones.
Si bien la cotización del peso chileno puede variar según el día, a grandes rasgos puede decirse que mil pesos chilenos equivalen a 30 pesos argentinos. De esa manera, para calcular cuánto saldrá determinado producto se debe multiplicar su precio (en pesos chilenos) por 0,03. Así, si un electrodoméstico cuesta 100.000 pesos chilenos, podemos decir que equivale a $3.000 de los nuestros.
Una Play Station, con capacidad de 500 gigabytes y tres juegos cuesta en Chile 290.000 pesos chilenos, es decir unos 8.700 pesos argentinos. El mismo producto aquí se consigue a $13.000, con lo cual es cercana a los $4.300.
Comprar un televisor LED de 32 pulgadas “LG” cuesta en nuestro país $6.500. Para conseguir el mismo smart TV en el país vecino se necesitan 170.000 pesos chilenos, es decir unos 5100 pesos argentinos. Como observará no hay mucha diferencia: $1.400 (un poco más el dinero para la nafta que se necesita para ir y volver a Los Andes, el primer pueblo con centros comerciales del otro lado de la cordillera).
Unos auriculares, ya sea para escuchar música en el tiempo libre o para utilizarlos en el trabajo, marca “Philips” cruzando la Cordillera de Los Andes puede conseguirse a aproximadamente 10.000 pesos chilenos, es decir unos 300 de los nuestros. A diferencia del ejemplo anterior, la disparidad es mayor ya que en locales mendocinos se venden a $980, es decir tres veces más caros.
Los parlantes, tan de moda en los últmos tiempos, también conviene traerlos de Chile ya que un equipo marca “Sony” puede conseguirse a mitad de precio. Las tiendas de aquí los ofrecen a $9.000 mientras que en las de allá se consigen a 150.000 pesos chilenos, es decir, a unos 4.500 pesos argentinos.
Si el interés, en cambio, se centra en la telefonía, se puede mencionar que un celular liberado marca “Huawei" del modelo P9 Lite, en Chile está a dos mil pesos menos que acá: mientras allá sale 140.000 pesos chilenos (unos 4.200 pesos de los nuestros), aquí lo ofrecen a $6.300, es decir $2.100 menos.
Qué se puede traer de Chile
La normativa argentina define como equipaje a “los efectos nuevos o usados que un pasajero pudiere utilizar para uso o consumo personal o bien, para ser obsequiados, siempre que la cantidad, calidad, variedad y valor no permitieren presumir que se importan o exportan con fines comerciales”. Al pasar por la aduana argentina, la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) controla que la mercancía nueva se ajuste a lo definido como equipaje.
Este régimen permite a los viajeros que ingresen por una frontera terrestre, como es el caso de del Sistema Integrado Cristo Redentor, una exención (franquicia) para objetos hasta un límite de US$150, mientras el exceso queda sujeto al pago de un único tributo con una alícuota del 50%. Así, por ejemplo, si el objeto comprado costó US$200, se deberá pagar un impuesto de US$25.
Las franquicias son individuales pero si los viajeros constituyen un grupo familiar, pueden ser utilizadas en conjunto, aún si se trata de un único objeto. Los menores de 16 años cuentan con una franquicia del 50% del valor de los adultos, es decir, de U$S75.
Así, por ejemplo, un televisor que costó unos 300.000 pesos chilenos, es decir unos US$500 (el dólar en Chile cotiza aproximadamente a 600 chilenos por unidad), una familia tipo compuesta por una pareja y dos chicos menores de edad, podrá sumar sus franquicias, con lo cual reunirá US$450 (US$150 por cada mayor y US$150 por los dos menores) y deberá pagar US$25 de impuestos por el excedente.
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