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En el mes de lucha contra el cáncer de mama, especialistas insisten en que la mamografía anual sigue siendo fundamental para detectarlo y tratarlo a tiempo.
La mamografía sigue siendo el estudio de rutina más adecuado para detectar a tiempo cualquier anomalía en las mamas. Foto: archivo Prensa Gobierno de Mendoza.
Unidiversidad / Nicolás Nicolli
Publicado el 13 DE OCTUBRE DE 2017
Apenas nueve años tenía Laura cuando perdió a su mamá por cáncer de mama. En los años 70, todavía era complicado hablar sobre la enfermedad sin la extraña mirada de los ajenos e, incluso, los propios médicos ignoraban cómo avanzar. El tratamiento era caro y los equipos de análisis tenían fama de generar más dolores que paliativos.
Pero los tiempos cambian. Cuarenta años después, la doctora Laura Vargas Roig está a cargo del Laboratorio de Biología Tumoral del Instituto de Medicina y Biología Experimental de Cuyo (Imbecu-Conicet) y se propone, como desafío cotidiano, que las mujeres mayores de 40 años se informen, venzan el miedo y se realicen los controles médicos que permitan un diagnóstico temprano del cáncer de mama.
"Si se diagnostica precozmente, se cura el 95 % de los pacientes", aseguró la doctora, y agregó que todavía "hay gente que no cree que el cáncer puede curarse". Los principales obstáculos son el desconocimiento y la falta de conciencia.
La investigadora del Imbecu explicó que el cáncer de mama es un conjunto de enfermedades que se producen cuando el crecimiento del tejido normal se descontrola. Se trata de una célula individual, producto de una serie de mutaciones somáticas, que adquiere la capacidad de dividirse sin control ni orden, reproduciéndose hasta formar un tumor. Lo que comienza como una anomalía leve pasa a ser grave, invade tejidos vecinos y, finalmente, se propaga a otras partes del cuerpo.
¿Por qué un “conjunto de enfermedades”? Es que hoy, gracias a los avances de la medicina y de la ciencia, pueden subdividirse los tumores de mama; en consecuencia, los tratamientos son distintos y hasta la evolución es diferente. “Por eso es que cada vez se trata de personalizar más el tratamiento de acuerdo a la biología del tumor de cada paciente”, aportó Vargas.
Factores de riesgo
Hay diversos factores de riesgo que hacen a la persona más propensa a padecer cáncer de mama. En primer lugar, que haya tenido una menstruación precoz. En segundo lugar, una alta exposición a estrógenos, no porque alteren los genes, sino porque provocan el crecimiento de las células que, con tanta hormona en circulación, deriva en un aumento de células anormales.
El sobrepeso es otro de los rasgos que aumenta las probabilidades de una persona de padecer cáncer de mama, debido a que el tejido adiposo (graso) produce estrógenos en la zona cercana a la cintura. Por último, el consumo excesivo de alcohol. "Es importante la actividad física y mantenerse en peso", recomendó la investigadora del Imbecu.
En Argentina se estima que una de cada nueve mujeres puede desarrollar el cáncer de mama en algún momento de su vida.
Pero la repentina realidad golpea a los conocimientos de los médicos. Según contó Vargas Roig, hay personas de 30 años que son diagnosticadas con cáncer de mama sin ningún tipo de antecedente. “Antes, la paciente tenía un nódulo y se le pedía que volviera en seis meses, pero ahora se hace un seguimiento”, expresó la médica ante la alarma de casos en personas jóvenes.
Algunos síntomas
Si bien la mayoría de los síntomas son indoloros, existen algunas señales que deben ser tenidas en cuenta más allá del dolor. Es fundamental que la mujer toque y conozca sus glándulas mamarias, por ejemplo, cuando se baña. Sin embargo, puede confundirse un bulto en el pecho con un quiste; de ahí la obligación de asistir a la consulta médica para despejar cualquier tipo de duda. Es que la mayoría de los nódulos (el 80 %) son benignos, porque las glándulas mamarias se están terminando de formar pasados los 40 años.
Si bien debe realizarse una mamografía anual a partir de los 40 años, en caso de que haya antecedentes familiares se recomienda consultar con el médico a partir de los 25 años.
El diagnóstico temprano salva vidas
Con respecto al tratamiento, Vargas Roig evaluó que es necesario desmitificar ciertos prejuicios que la gente suele tener respecto del cáncer en general.
El cáncer de mama pasa por cuatro estadios. Si se diagnostica en una primera etapa, el 95 % de las personas se cura. El tratamiento no es agresivo: se realiza una cirugía en la que se extirpa el tumor, no toda la glándula. De ser requerido, se acompaña de radioterapia y el paciente puede continuar su vida con normalidad. En caso de que el tumor extirpado tenga receptores hormonales, se le pide al paciente realizar una hormonoterapia, que consiste en tomar una pastilla durante cinco a diez años todos los días.
En el otro extremo, la enfermedad se diagnostica en un estado avanzado, cuando ya complicó a ganglios linfáticos y comenzó a circular en la sangre rumbo a otras partes del cuerpo. En el estadio 4 se produce una metástasis, que es el proceso de propagación de un foco canceroso a un órgano distinto de aquel en el que se inició. Es entonces cuando la quimioterapia es inevitable.
“Ninguna mujer debería ser diagnosticada por una metástasis”, reflexionó Vargas Roig respecto de los avances en la medicina que hoy existen en cáncer de mama. No obstante, las campañas y la difusión de los controles parecen no ser suficientes.
La doctora Laura Vargas Roig insistió sobre la importancia del diagnóstico temprano para aumentar las posibilidades de curación. Foto: Victoria Gaitán.
El 80 % de los casos de cáncer de mama es esporádico; es decir, una mujer que después de los 40 años desarrolla la enfermedad. Otro 15 % es familiar, cuando en la misma familia hay dos personas mayores de 50 años con la misma enfermedad. En tanto, se estima que del 5 al 10 % de los casos son hereditarios y son los únicos que pueden prevenirse con un estudio temprano.
La investigadora del Conicet dijo que hay un 50 % de riesgo de que los hijos hereden el cáncer de mama: “Si se ve que la abuela, la madre y la nieta tienen la misma enfermedad, uno tiene una alta sospecha clínica de que en esa familia hay un gen que se va transmitiendo de generación en generación”.
Los varones también pueden padecer cáncer de mama
Vargas Roig dijo que el 1 % de los varones puede padecer cáncer de mama y que, pese a lo que parece una cifra casi nula, tiene que estarse advertido. La glándula mamaria del hombre es "muy rudimentaria", por lo que depende de los médicos detectar la enfermedad.
El varón mayor de 60 años debe prestar atención a la dermatitis o a alguna anomalía en la piel en la zona del pecho.
"Al hombre no se le cruza que pueda padecer cáncer de mama, y al médico tampoco", observó la doctora.
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