Con el vino en la piel es el nombre de la puesta artística del Acto Central de la Fiesta Nacional de la Vendimia 2017. Con la dirección de Héctor Moreno, se basa en un texto poético que propone un homenaje al pueblo viñatero y a su esperanza inagotable, y que apunta contra los cuestionamientos en cada edición por su creciente pomposidad.

El guión, a cargo de Héctor Moreno y Claudia Guzmán, relata la travesía del hombre hasta el vino como fuente de la sangre de las generaciones que han soñado con la vendimia. Los artistas del espectáculo reflejarán el trabajo de la viña, los misterios que atesora cada copa y la presencia del vino en nuestras vidas como corporalidad de esta tierra mendocina.

La propuesta de este año promete una armonía entre los aspectos tradicionales que forjaron su identidad y la constante renovación que los tiempos demandan. Así, el espectáculo dará inicio con un prólogo que homenajeará a los artistas de cada temporada vendimial, con la presencia estelar de los bailarines Gustavo Barrera y Héctor Cavallini, presentando al vino desde los cielos y definiendo a los ángeles como su inspiración.

La obertura brindará una ofrenda al sueño sanmartiniano, al cumplirse 200 años de la Gesta Libertadora. El resto de la obra dirigida por Héctor Moreno pondrá en valor aquellos mitos y delirios, pero también aquellos temores que existían alrededor del plan continental de San Martín, bajo el lema "Independientes para ser libres". Honrando su memoria, el segundo acto, denominado "Latidos de libertad", pondrá el foco en destacar la integración latinoamericana, logro indiscutido de la campaña libertadora.

Pero los homenajes no quedarán solamente en figuras de los cimientos de nuestra patria, ya que la música popular tomará el escenario de Con el vino en la piel. Así, podrá escucharse a los mendocinos Hilario Cuadros, Armando Tejada Gómez o Leonardo Favio, incluso figuras latinoamericanas, como el compositor peruano Abelardo Vásquez.

El viaje temporal nos remontará a las raíces huarpes, comprendidas como constructoras de nuestra identidad, a través de una danza de los telares. Desde Cultura prometen un "gran dispositivo aéreo" para hacer relucir la secuencia, que seguirá con la llegada del hombre a Mendoza, su mestizaje y posterior vinculación definitiva con el vino. Por supuesto, no faltará la veneración a la Virgen de la Carrodilla, patrona de los viñedos. 

Las infaltables críticas que despierta la fiesta giran en torno a la pérdida de visibilidad que han sufrido los viñateros a través de los años. Esta vez, Con el vino en la piel cerrará con un brindis que contará con un homenaje a los trabajadores, cuyo esfuerzo inspiró esta celebración a cargo de Héctor Moreno.

El espectáculo no sólo intentará integrar a la comunidad mendocina, sino que convocará a los ajenos a conocer el germen de nuestras tradiciones mediante esta celebración del vino, la bebida nacional. "Representar lo que somos, gracias a lo que fuimos y a lo que queremos ser, para que los mendocinos se sientan parte y aquellos que nos visitan puedan mirarnos el alma y descubrir nuestra identidad", concluye la sinopsis oficial.