Con Atlas propio

La Provincia de Mendoza fue considerada en los años 60 por el geomorfólogo francés George Viers como un “paraíso geomorfológico”, debido a la variedad de formas del relieve que alberga en sus 148.827 km2 de superficie. Secas y templadas planicies sembradas de dunas al este, contrastan con altos y fríos cordones montañosos del oeste.

Así, interpuestos entre ambos ambientes, dilatados glaciares, cerrilladas, depresiones tectónicas, gran número de volcanes, extensas mesetas, etcétera, completan el nutrido mosaico de modelados terrestres.

Sin embargo, frente a esta diversidad, no existían suficientes estudios geomorfológicos y más aún, numerosos sectores no contaban con trabajos, a pesar de ser verdaderos “libros abiertos” en lo que se refiere a tipos de geoformas, es decir, formas que presenta la superficie terrestre.

Por otra parte, no había una obra que permitiera “reunir” los relieves de Mendoza, ya que la totalidad de los ensayos estaban repartidos en libros dedicados a un relieve en particular, separatas, capítulos de libros, actas de congresos, de difícil acceso o publicados en otros países y en otros idiomas.

Esta existencia de manuales y tratados extranjeros ha permitido dar solución a parte del problema. Sin embargo, los ejemplos geomorfológicos concretos están  referidos mayormente a localizaciones lejanas, descuidando la riqueza y variedad de las geoformas locales.

Por ello, el Dr. Raúl Mikkan, geomorfólogo y docente de la Facultad de Filosofía y Letras, ha emprendido la tarea de realizar un Atlas de la Geomorfología de Mendoza para cubrir esta carencia. De este modo, se complementa la formación adquirida en los tratados de geomorfología generales con ejemplos propios, accesibles, expresivos, ordenados, documentados y especialmente cartografiados.

“Nuestro objetivo es superar algunos de los aspectos planteados, al estudiar y cartografiar en detalle relieves característicos de Mendoza, para publicarlos en dos volúmenes que sirvan como consulta de base para diferentes finalidades. También tiene como meta ser una referencia para alumnos y profesionales de diferentes niveles educativos, investigadores de disciplinas afines o para quien simplemente busque satisfacer una curiosidad personal,” explicó Mikkan.

 I. El estudio de las formas de la tierra

La Geomorfología es una disciplina que analiza la génesis y evolución de las formas del relieve terrestre. Su objeto de estudio se centra en la superficie de contacto entre la litosfera, hidrosfera y atmósfera. A su vez, trabaja interdisciplinariamente con los conocimientos que le aportan la Geología y Arqueología, sobre todo, para saber qué tipos de materiales hay en la superficie y las causas que dan formas a los relieves –repetición de terremotos, vientos, etc-.

II. El Atlas de la Geomorfología de Mendoza

En este momento, el Dr. Mikkan está desarrollando la segunda parte del Atlas Geomorfológico, que forma parte de la obra que tiene como antecedente el primer volumen, ya editado.

El Atlas da a conocer diferentes relieves provinciales, ya sean estructurales o climáticos, promoviendo la necesidad primordial de un análisis del paisaje geomorfológico para comprender la articulación y dinámica del espacio natural. Los ejemplos se han seleccionado y dispuesto por modelados característicos (volcánicos, kársticos, estructurales, climatogenéticos) con su correspondiente cartografía geomorfológica.

“En el primer tomo de esta obra está una parte de los relieves de nuestra provincia; por ejemplo, los relieves volcánicos (Payunia), Caverna de las Brujas, zonas de modelado glaciar (glaciares), Valle del Río las Cuevas y relieves del Piedemonte. Sin embargo, faltan otros tipos de geomorfologías para cubrir toda la región mendocina. Así, estamos trabajando en la segunda parte de esta obra, que tendrá en cuenta los relieves de la depresión de los Huarpes, Macizo de San Rafael, Planicies Orientales de Mendoza, relieves volcánicos de la zona del Chachahuén y la depresión norte de Mendoza,” comentó el Dr. Mikkan.

 ¿En qué etapa de avance del proyecto se encuentran actualmente?

Ya hemos realizado la recolección de información de antecedentes de trabajos previos. Mayormente, encontramos estudios geológicos. Ahora tenemos que hacer el trabajo de campo, es decir, salir al terreno, visitar esos lugares para cartografiarlos, sacar fotografías, para que cada relieve estudiado esté acompañado con una carta geomorfológica o mapa del área.

¿Cómo realizan las cartografías de las áreas de estudio?

Para realizar los mapas geomorfológicos hay que ir a las zonas que estamos estudiando, definir las unidades de relieve, caracterizarlas, describirlas, determinar los procesos que le dieron origen a cada forma de relieve y observar cómo están evolucionando. Posteriormente, volcamos estos datos en un software de dibujo, luego aplicamos en las fotos una delimitación. Esto lo hacemos por medio de la información desarrollada en la observación directa de las formas del relieve de la superficie terrestre.

Así, una vez marcado el límite a las unidades de relieve, colocamos una simbología especial, según los códigos de la Geomorfología. Esto nos permite saber si los relieves que focalizamos están siendo afectados por procesos erosivos e impactos del ser humano.

¿La Geomorfología trabaja interdisciplinariamente con la Arqueología?

Sí, es muy importante saber la edad de los relieves, entonces, los restos arqueológicos, en algunos casos, ayudan a conocer la edad de las formas del relieve.

Por ejemplo, en las Cuevas hay un derrumbe enorme de roca volcánica, llamado “Derrumbe de las Cuevas”. Una de las inquietudes que rodeaba ese fenómeno era determinar cuándo se había originado. Algunas publicaciones aseguran que es histórico; inclusive, llegó a tapar a una villa –Villa las Cuevas-, pero hoy sabemos que no es así. Hemos identificado que ese derrumbe tiene más de 2000 años, ya que esos bloques de piedra gigantescos servían de refugio para seres humanos que andaban en aquellos lugares. De ahí provienen el término de las Cuevas, es decir, cazadores recolectores utilizaban esas rocas como refugio protector ante las inclemencias del clima.

El Dr. Víctor Durán, arqueólogo de la UNCuyo, analizó los restos arqueológicos de aquellos antiguos pobladores -herramientas, fogones y cerámicas-, estudio que identificó la fecha de 2000 años de existencia de esos elementos. Por lo tanto, si esos pobladores utilizaban esas “cuevas” como refugio, el derrumbe debe tener una edad superior a la de los restos arqueológicos.

En los casos en que no se pueden precisar las edades de los relieves con estas técnicas, recurrimos a nuevas tecnologías, como son los métodos de fechados, la termoluminescencia de relieves, rocas y materiales.

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 - Proyecto subsidiado por la Secretaría de Ciencia, Técnica y Posgrado

Atlas Geomorfológico de Mendoza (II Parte).- Integrantes del equipo de investigación:

Director: Mikkan, Raúl. Durán, Víctor Alberto; Albiol, Claudia Ingrid; Pérez Alberti, Augusto; Peña Monne, José Luis.