Cómo es el plan para garantizar el servicio de agua en Mendoza en 2030, 2040 y 2050
Está en proceso de elaboración el Plan Maestro para el Sector Hídrico y el Código de Aguas. Qué sectores aportarán para que se convierta en una política de Estado.
Especialista islaelí dijo que las decisiones en materia hídrica deben estar centralizadas, un solo decisor o decisora. Foto: Marcelo Chagas / pexels.com
En el auditorio de la Legislatura provincial se desarrolló una reunión informativa en el marco del proceso de elaboración del Plan Maestro para el Sector Hídrico y el Código de Aguas sobre el que se viene trabajando, elaborado por el Departamento General de Irrigación y en colaboración con la empresa Mekorot (Israel), con lo cual se da cumplimiento a una primera etapa de carácter informativo que tiene como objetivo concretar acciones y obras, y diseñar de manera estratégica el futuro provincial en esta materia para el corto, mediano y largo plazo.
El superintendente de Irrigación, Sergio Marinelli, sostuvo que estas reuniones se están haciendo en cada cuenca de la provincia. Consideró que la “situación que se vive actualmente es diferente” a la vivida, por incidencia del cambio climático y otras situaciones, por lo que es necesario realizar abordajes con nuevos enfoques.
“Estamos en etapa de aprendizaje”, remarcó, y subrayó que se está trabajando sobre el plan a corto, mediano y largo plazo, y a su vez, en el Código de Aguas. En el mismo sentido, indicó que se trabaja sobre la legislación de aguas que ha sido modificada en reiteradas oportunidades, y que el trabajo que se realice redundará en dos proyectos de ley que serán tratados en la Legislatura. Por ello, esperan "que esté presente todo el arco político” para que, cuando se dé el debate de las iniciativas, estas cuenten con el aval, con una participación ordenada y posibilitando consensos, además de poder rediseñar el plan, si es necesario, y mejorar continuamente.
“Estamos en la etapa informativa. Tiene que ver con la metodología”, comentó Marinelli, y sostuvo que, más allá de las diferencias topográficas y de otros aspectos que la provincia de Mendoza tiene con Israel, “bien vale tomar en cuenta los procesos y lo conceptual, y ver si lo podemos adaptar a nuestras propias realidades”. Agregó finalmente que se tomará en cuenta todo el territorio, y no solo los oasis, también todas las cuencas y los ríos para el diseño del plan. El plan pasará luego por la etapa de la búsqueda de acuerdos y consensos, con la participación de todos los sectores, para luego finalizar en la financiación del mismo y la puesta en práctica.
Aporte del Ianigla
Los representantes del Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales (Ianigla), Maximiliano Viale y Ezequiel Toum, indicaron: “Estamos a gusto de que se tomen decisiones con una apuesta fuerte a generar nuevos conocimientos, es el camino”. Agregaron que desde el Ianigla se centrarán en las “proyecciones a futuro” para el 2030, 2040, y el 2050. Evaluarán cuál es “la oferta hídrica de la cordillera de los Andes y cómo va a cambiar la demanda del agua en el llano”, también por efecto del calentamiento global.
Remarcaron los especialistas que implementarán modelos de circulación global de la atmósfera y que harán los estudios correspondientes, focalizados sus análisis en cómo el cambio climático ha producido cambios, tanto por las sequías como por otros inconvenientes. “Este cambio climático ya comenzó con fuerza y tenemos que adaptarnos y aprender a vivir con él”, justificaron.
“Cincuenta años después de la creación del Ianigla, estamos acá para aportar al plan hídrico”, resaltaron.
La visión israelí
A su turno, Diego Berger, de la empresa israelí Mekorot, por medio de diapositivas y material audiovisual, introdujo a los presentes en las acciones que se han llevado a cabo en aquel país. Repasó la historia reciente de las principales decisiones tomadas en materia hídrica por la escasez del suministro y mencionó una serie de “recomendaciones” para nuestra provincia en este sentido.
Berger, a grandes rasgos, indicó que cuatro pilares fundamentales se sostienen en Israel para el sector hídrico. Entre ellos, mencionó la Ley de medición del agua de 1955, la Ley del Agua de 1959, la reestructuración del sector hídrico de 2005 y el autofinanciamiento del sector hídrico. También destacó la construcción del acueducto nacional en 1964 (que conllevó un gasto del 5 % del PBI) y el reúso del efluente desde 1989. Asimismo, resaltó que, desde 2015, los “nodos” de tratamiento de las aguas producen biogás, con lo que producen energía que se utiliza en la misma planta.
Berger puso el acento en que las decisiones en materia hídrica deben estar centralizadas: un solo decisor o decisora con el aporte de una mesa ejecutiva directiva en la que estén representados los sectores. Al mismo tiempo, subrayó que hay que tener estudios y diagnóstico de la situación para que, a partir de ese punto, puedan tomarse las decisiones planificadas con vistas al futuro y adecuadas a los nuevos desafíos (cambio climático, etcétera).
“La cantidad de agua que está disponible para la agricultura es de acuerdo a la disponibilidad de recursos hídricos”, manifestó, haciendo especial hincapié en el costo del agua. Ponderó los sistemas diseñados en función del reúso del agua en Israel y destacó que el precio del agua es uniforme (doméstico y agrícola). “Una parte (del país) financia a otra parte (más desfavorecida)” remarcó, y sostuvo que “todos los costos se dividen por la cantidad de agua a vender”.
Para el consumo doméstico, dijo que no existe cargo fijo en la facturación, sino que se paga por consumo y que la tarifa varía entre 50 centavos de dólar y un dólar el metro cúbico. El mayor consumo puede llegar a generar un gasto de hasta 4 dólares por metro cúbico. Comparó, asimismo, los costos del agua en el Estado de Israel y Mendoza al manifestar que en nuestra provincia se paga casi 100 veces menos, en el sector agrícola, ese suministro.
Finalmente, indicó que, con los procesos llevados adelante desde 1968 a la fecha, se produce cuatro veces más con la misma cantidad de área irrigada y la misma cantidad de agua. Subrayó la necesidad de educar e incentivar a la población a hacer un uso eficiente del agua y que la tecnología que se incorpore logre “reducir la incertidumbre". "Hay que discutir con números y no hacer hidrofilosofía”, afirmó.
Por último, consideró necesario que se realicen reflexiones en torno al plan de acción a llevar a cabo, tomando como principales puntos el conocer los recursos hídricos de los que se dispone, definir los objetivos, planear estrategias, reducir la incertidumbre, implementar políticas claras, realizar los cambios e incorporaciones gradualmente, educar, capacitar y ejecutar lo previsto. Cerró diciendo que veía con buenos ojos la incorporación de los especialistas locales y destacó que se “debe usar el agua que se necesita y no lo que se quiere”. Una política pública con una gestión centralizada, una cultura del agua focalizada en la escasez del recurso más la educación generan la confianza para el plan de acción, remarcó en la última filmina a modo de reflexión.
Plan Maestro para el Sector Hídrico y el Código de Aguas
La etapa informativa se extenderá hasta julio del corriente. A las charlas informativas, que comenzaron este día, están invitados los usuarios en general, inspectores de Cauce, operadores de agua potable, intendentes, concejales, legisladores, cámaras empresarias, entidades vitivinícolas y sociedades rurales.
En la @LegislaturaMdz el Superintendente @smarinelliMza junto al Coordinador de Proyectos Internacionales de Mekorot, Diego Berger, disertó ante @MarioAbedok y @petilombardi, sobre la metodología con la que se elaborará el Plan Maestro para el Sector Hídrico 2030-2040-2050. pic.twitter.com/ekUtics0bX
— Irrigación Mendoza (@IrrigacionMza)
Al respecto, previamente, Marinelli afirmó: “El plan tiene distintas etapas. Estamos en la primera, que termina a fines de marzo, y es el análisis de la situación actual de los recursos hídricos en todos los ríos de la provincia. La segunda parte tiene que ver con la oferta y la demanda. La oferta la estudiará el Ianigla a través de tres científicos y la demanda; es un trabajo de Economía, considerando los usos actuales, la matriz productiva y algunos escenarios prospectivos”.
En tanto, “la tercera etapa consiste en llegar a los respectivos balances hídricos con base en proyecciones de oferta y demanda". "Con todo esto llegaremos, por último, a un documento donde se plasmen las acciones y obras que permitirán atender esa demanda creciente con una oferta decreciente”, continuó.
Para poder ejecutar el Plan Maestro, es necesario un Código de Aguas. “Estos dos procesos, Plan y Código, tienen que tener participación. Por eso las charlas que comenzamos hoy con Diego Berger, de Mekorot. Seguiremos escuchando ideas, propuestas, de cara a un futuro con menos agua. Finalmente, ambos deben ser aprobados por ley para que se conviertan en políticas de Estado. Por eso, una vez que estén los documentos finales, también se informará sobre eso y se discutirá. Por esa razón, la Legislatura está desde un primer momento en el tema”, concluyó Marinelli.
Fuente: Prensa Diputados de Mendoza
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