"La carrera de cualquier artista es una batalla permanente"

La actriz y coach de actores Sara Torres dictó un seminario sobre interpretación para cine y televisión. Sus orígenes, su carrera en España y otros detalles de esta destacada profesional, en esta entrevista.

"La carrera de cualquier artista es una batalla permanente"

Facultad de Artes y Diseño

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Nicanor Albornoz, becario de Prensa de la Facultad de Artes y Diseño

Publicado el 24 DE AGOSTO DE 2015

Egresada de la Licenciatura en Arte Dramático y del Profesorado de Arte Dramático de la Facultad de Artes de la Universidad Nacional de Cuyo, Sara Torres es un claro ejemplo de los frutos que rinde trazarse un objetivo y no bajar nunca los brazos. Trabajó en Mendoza en numerosas puestas y elencos de grandes directores como Walter Neira, Víctor Arrojo, Ernesto Suárez, Pinty Saba y Claudio Martínez. Pero en 1996 partió a España para hacer un doctorado sin saber que allí encontraría buena parte de su destino.

Sara participó como actriz en más veinte montajes españoles, entre los que se destacan Histeriotipos (Sala La Escalera de Jacob, 2012), ¿Pero quién mató al teatro? (dirigido por Joaquín Oristrell, 2002), El niño del Hospital Italiano (Sala Cuarta Pared, 2002), Antes del desayuno (de O´Neill, Compañía Versión original, 2001), Criminal (dirigido por Guillermo Heras, Compañía Nuevo Repertorio, 2000) y La modestia (de Rafael Spregelburd, Casa de América, 1999). También participó de series y films como El porvenir es largo (serie de Televisión Española), Cazadores de hombres (Antena 3) y Eva y Kolegas (serie para televisión digital).

Hace unos días volvió a Mendoza para dictar, en la Facultad de Artes y Diseño de la UNCUYO, la clínica "Del cuerpo imaginado al hecho real". Se trató de un seminario sobre interpretación para cine y televisión basado en los cursos que ha dado durante años en la escuela de teatro.

En España es también donde desarrolla la tarea que la trajo nuevamente a la provincia: entrenamiento de actores para cine y TV. Hace dos años fue reconocida por el influyente diario El Mundo como una de las seis coachs de actores más importantes del país, trabajando para series de las emisoras españolas Antena 3 y TVE.
 

¿Cómo fue que llegaste a trabajar en el medio artístico europeo?

En mi caso, la verdad que fue casi por inercia. Nunca me fui con la idea de dejar definitivamente Argentina. A mí me iba bien aquí, trabajaba mucho. Se dio la oportunidad de una beca para hacer un doctorado y después me fui “enredando” allí, contactando grupos independientes, maestros, escuelas. Empecé a trabajar como profesora y luego como actriz. La carrera de cualquier artista, en cualquier rama del arte, es una batalla permanente. Es un trabajo muy inestable, muy incierto, efímero. Se trata de estar generando cosas todo el tiempo, aquí o en cualquier lugar del mundo, si bien hay otros lugares que tienen un mínimo garantizado para todo ser humano que hace que sea un poco menos duro. Yo me fui en una época tal vez menos difícil para Europa, una época de “bonanza”. Muchos de mi generación iban a hacer posgrados, con becas parecidas a las mías. La mayoría retornaron.

¿Qué hace exactamente un coach de actores?

La palabra coach viene del deporte y significa “entrenador”. Llevado a la actuación, es un entrenador de actores que está al servicio de una meta muy concreta: te puede contratar un actor para preparar un casting, una serie, una película, o una productora para que entrenes un elenco, para que seas la bisagra entre director y elenco... Es como entrenar con una meta muy concreta y un plazo determinado. Generalmente los actores pueden quedar un tanto librados al azar, a veces con directores con poca experiencia o poco conocimiento, y pueden pensar que un actor es como un foco, que funciona con off-on. Un actor necesita una mirada que lo contenga, que lo guíe, que lo asegure, lo refuerce y lo corrija.

¿Cómo encontrás a Argentina y Mendoza en el panorama cultural?

Al no vivir acá, tengo una mirada parcial. España es plena temporada en diciembre y enero y estoy trabajando mucho como actriz. Suelo tener siempre que acomodar eso primero. Siempre ha sido muy motivadora Mendoza culturalmente. Cuando vivía aquí, y estos años que he estado viniendo, siempre encuentro cosas nuevas. Sobre todo en los últimos años he encontrado más salas y espacios. Espacios independientes, menos... Antes había más. En lo audiovisual, veo que se están haciendo muchas cosas que antes eran impensables: cosas que se están produciendo, el canal Acequia, la Ley de Medios… Eso antes no estaba. Entonces sí creo que, a su ritmo y dentro de sus circunstancias como provincia, lejos de la Capital, se están generando cosas nuevas.

¿En qué proyecto estás trabajando actualmente?

Ahora estoy trabajando en dos montajes de Denise Despeyroux, una autora uruguaya que vive hace mucho en España. Uno se llama Por un infierno con fronteras y el otro es Carne viva, que lleva en cartel ya un año sin parar y es muy interesante, porque consiste en tres espacios simultáneos, los actores hacemos tres veces la obra en el mismo montaje y el público es el que va rotando y entendiendo la obra desde diferentes recorridos.

 

Por Nicanor Albornoz, becario de Prensa de la Facultad de Artes y Diseño.